Tegucigalpa, Honduras.- “No te contaron mal”. Se desplegó el telón. Una veintena de músicos —entre instrumentistas y coristas—, de extremo a extremo, en escena. Gritos. Silbidos. Silencio. Y aparece el mariachi, todo de negro, micrófono personalizado en mano, y un fondo rojo que, en conjunto, daba pistas sobre lo apoteósico que estábamos a punto de presenciar: el ADN del mariachi; cantarle al tequila, a las mujeres y al desamor. Christian Nodal trajo su “Pal’ Cora Tour” a Tegucigalpa.
Fue una noche en la que el creador del “mariacheño” hizo una introspección sobre casi una década en la escena latinoiberoamericana. Con una voz que reúne la angustia clásica del temperamento regional mexicano y un carácter masculino, fuerte y perfectamente definido, el sonorense dio inicio a lo que sería su segundo encuentro con el público hondureño.
Y tras la algarabía desatada por “No te contaron mal”, “Ayayay”, “Se me olvidó”, “Ya pedo quién sabe”, “El amigo” y “Kbron y medio”, terminaron por entonar al aforo enfervorecido, joven y en su mayoría femenino.
“¡Muy buenas noches, Tegucigalpa, Honduras! ¿Cómo nos la estamos pasando esta noche? Me encuentro muy emocionado, muy melancólico de volver a estar pisando su hermosa y bella tierra. ¡Muchísimas gracias, Tegucigalpa, por recibirnos tan lindo esta noche!”, dijo el sonorense en su primera intervención.
“Son unos chingones, unas chingonas. Son uno de los públicos más bellos que tenemos alrededor del mundo, y siempre, siempre que nos juntamos en la tarima, es un gran honor. Gracias por estar aquí”, agregó, justo antes de los acordes de “Amé”, una que, según él, es de sus composiciones más entrañables.
A partir de ahí, el concierto discurrió en su interpretación con melismas íntimos que tocan las fibras del amor, el desamor y lo prohibido por igual. Hay una calma cargada de intención en su manera de cantar, una entrega mesurada que, sin alardes, logra transmitir emoción con autenticidad y conecta con el oyente.
Canciones como “La mitad”, “Por el resto de tu vida”, “Botella tras botella”, “Pa’olvidarme de ella”, “Te fallé”, “Probablemente”, “Si te falta alguien”, “Dime cómo queres”, “La loba” y “Amor tóxico”, en la naturaleza sonora de su voz, sobrecogieron a los capitalinos.
En su “Pal’ Cora Tour”, Nodal también rindió tributo a clásicos del repertorio popular latinoamericano, interpretando piezas como “Clavado en un bar”, “Devuélveme a mi chica”, “Cómo la flor”, “Así fue”, “Quién es usted”, “Acá entre nos”, “El rey” y “Eso y más”.
Finalizó sus más de dos horas de concierto con un sonido potente e impecable, agradeciendo a sus músicos en escena —mariachis, que por sí solos merecen mucho la pena ver y escuchar—. En la recta final interpretó “¿Quién es usted?”, “De los besos que te di”, “Ya no somos ni seremos” y cerró con “Adiós amor”.
Al concluir, se desplegaron efectos de humo junto a una lluvia de papeles multicolores que cubrieron el escenario, mientras el sonorense originario de Caborca se despedía con un sencillo pero sentido “Gracias, Tegucigalpa”.