El público capitalino tendrá la oportunidad de acercarse a uno de los artistas jóvenes más importantes de Honduras. Se trata de Byron Mejía, que gracias al auspicio del Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET) presenta la exposición de pintura contemporánea titulada “Apología del poder”. La exposición se estructura con más de quince cuadros en formato de tres por cinco metros y estará abierta en el CCET del 25 de febrero al 19 de abril. La curaduría artística de la exposición la realizó el poeta Salvador Madrid. Hemos tenido la oportunidad de conversar con Mejía en pleno montaje de su muestra “Apología del poder”. Reproducimos parte de esa entrevista.
¿Cómo surge la idea de esta exposición? Creo que las exposiciones vienen siempre casi de la mano durante cada proceso creativo; siempre pienso visualizar los espacios posibles donde se podrá apreciar cada obra que intervengo, ya sea espacios públicos, museos, galerías, etcétera. Mi proceso creativo es constante, vivo en función de mi arte, es más que una necesidad de vida, es el filo que indica la dirección de mi visor, es la inconformidad permanente al cuestionamiento de nuestra realidad diaria.
¿Cuánto tiempo trabajó para esta muestra? Pensar en función de tiempo es difícil, pero creo que fueron aproximadamente 10 meses de proceso creativo arduo en mi taller en la montaña, muy alejado de todo para poder persuadir cada lienzo y lograr que cada uno por igual lograse captar la esencia de lo planteado.
¿Cuál es el centro estético de la exposición, conceptualmente cómo se plantea? Toda acción práctica requiere conocimiento. Mi trabajo es en gran parte una exploración de la acción automática propia del expresionismo abstracto, llevando consigo la deconstrucción de la forma como elemento principal, estas dos acciones van siempre de la mano en cada obra que ejecuto. Para esta exposición lo matérico cobra fuerza y el dibujo accidentado, ligero, espontáneo, se vuelve cómplice directo. Conceptualmente, las obras indagan temas directos, crudos, sobre la violencia imperante en nuestro país, su impacto directo, la fragilidad humana y ese conflicto existencial con el entorno.
¿Cuál es la experiencia de tener de curador a Salvador Madrid en este proceso? Salvador Madrid ha sido pieza fundamental en este proceso, con él pude lograr en gran medida depurar algunas inquietudes con la obra y fortalecer la conceptualización de la misma; además, gracias a su gestión valiosísima se lograron grandes cosas en esta muestra y varias para el futuro.
¿Por qué “Apología del poder”? Es el cuestionamiento sobre la deshumanización como conflicto diario, cuestiona el poder como arma de manejo de masas y sus malabares de manipulación mediante el discurso, es indagar sobre la fragilidad, nuestro entorno, lo crudo. Nuestra historia colectiva es más que un cúmulo existencial de desesperanza, sigue siendo capaz de concertar el caos, la ambivalencia y la capacidad de destrucción y renovación de nuestra cultura. Todo se transforma y se vuelve polvo. En una sociedad que convulsiona con el pasar del tiempo, la búsqueda de la razón se vuelve inminente en la construcción del lenguaje; la deshumanización se torna y emerge con notoriedad en los espacios habitados, en esta propuesta muchas de mis obras guardan y brotan con suma energía ese caos diario, esa insistente necesidad de ser irreverente, ese cúmulo diario de inquietudes de nuestra historia colectiva, ese polvo violento que nos hace trizas, que nos corroe la piel.
¿Qué opinión le merece la pintura contemporánea de Honduras? Actualmente existe un gran espacio abismal en la pintura contemporánea, por su condición de ser relegada por las nuevas vanguardias en el arte actual, que no se refleja de igual forma fuera de Honduras.
¿Cuáles son las expectativas que tiene Byron Mejía como artista? Ser constante en mi trabajo artístico, más que una obligación es la necesidad máxima para poder sobrevivir a este mundo caótico. Sin el arte no se sobrevive.
Conociendo que Byron Mejía es un artista multidisciplinario, que ha hecho pintura, dibujo, fotografía, arte objeto, ¿por qué esta vez apuesta por la pintura? La pintura fue y seguirá siendo el eje de mi producción artística, es una extensión más de mi cuerpo. Es más que una necesidad de expresión, es mi escape donde encuentro de cierta forma mi autonomía interna. Es la vía hacia un diálogo genuino con la interioridad. Aunque siga experimentando otros medios, siempre regreso a la pintura como necesidad fundamental de ser.