Tegucigalpa, Honduras
“Un disco eléctrico de incorrección política, libertad y guitarras”, con estos adjetivos el músico argentino Andrés Calamaro define su más reciente producción discográfica, “Volumen 11”.
Para muchos fanáticos, este conjunto de 19 canciones trae de vuelta al prolijo e irreverente artista que devela su lado musical más cercano a Lou Reed, considerado el padre del rock alternativo.
El disco que toma el relevo a Romaphonic Sessions y que fue grabado exclusivamente con voz y piano, es el primero con temas originales desde la publicación de “Bohemio” en 2013.
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En esta nueva apuesta el argentino junto a su tecladista Germán Wiedemer y los ingenieros de sonido Uriel Dorfman, Guido Nisenson y Javier Verjano fueron dotando a la producción de una atmósfera cálida, sin desperfectos y cargada de sonido eléctrico.
De acuerdo con un comunicado emitido por el músico, a lo largo del disco, publicado el pasado 2 de diciembre, aparecen canciones que formarán parte de la banda sonora de “El bar”, el próximo filme del director español Alex de la Iglesia, en homenaje al guitarrista argentino Norberto Aníbal Napolitano, conocido como “Pappo”.
El álbum abre con “Apocalipsis en Malasaña”, que será utilizada por De la Iglesia y que es un blues “sucio”, con la voz tapada por la crudeza de las guitarras.
Le sigue “Frío y barro”, donde Calamaro evoca con su voz el clásico blues, mientras la melodía es invadida por guitarras limpias, ilustrada por su estribillo “el opio ya no es el opio del pueblo, no es opio, ni es del pueblo”.
Con este disco, el artista argentino toma con más fuerza su lugar dentro de la música latinoamericana.
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