Tan irresistible a la polémica. Luchador, carismático y frontal. José Alberto el Chepo Fernández, uno de los mejores laterales derechos del país en los años noventa, camina por las calles de esta ciudad sabiendo que en Honduras dejó una huella imborrable, sobre todo cuando deslumbró en Olimpia gracias a su potencia, rapidez y ese inigualable saque de banda; EL HERALDO fue a la cancha Ferry Point Park, donde ahora juega para el club Aduanas de la Liga Hondureña, y sostuvo un mano a mano con el feroz carrilero made in Corozal...
¿Qué hacés ahora, Chepo?
Desde 2002 me vine a Nueva York. Me vine legal y, aprovechando que mi esposa vivía acá, decidimos empezar de cero. Por ahora estoy desempleado, pero en la liga de fútbol no me va mal, gano entre 60 a 120 dólares por juego. Aparte, juego en otras ligas durante el verano.
¿Qué recordás de tu niñez?
Siempre es lindo recordar mi agradable niñez. Incluso, recuerdo que salí tarde de la escuela, como a los 15 años, porque solo me la pasaba jugando fútbol descalzo y con la calzoneta rota en mi barrio.
Tu sueño era jugar un día en Primera, ¿entonces?
Claro. En quinto grado decidí federarme en un equipo de Sabá, Colón; luego, jugando en Corozal un partido entre Gremio y Resto del mundo (un combinado entre Vida y Victoria), me vio Jorge Pineda, a quien le gustó mi talento y me recomendó para que llegara al Vida.
¿Quién era el DT del Rojo?
No le puedo llamar entrenador, tengo que llamarle mi papá: Enrique Grey Fúnez.
¿Y cómo fue esa experiencia?
Mi primera vez en Liga Nacional fue en 1991. Jugué la temporada completa y, desde ese entonces, Olimpia puso la vista en mí y compró mis papeles, para marcharme en 1993 a Tegucigalpa, mi nueva casa.
¿Cómo fue el paso a Tegus?
Te cuento que el haber estado antes en la Selección, siendo el único jugador del Vida en la H, me ayudó mucho para tranquilizarme, ya que tenía roce con jugadores de primera calidad. Al llegar a Olimpia no sentí la presión, ya que conocía a la mayoría.
¿Quiénes eran los pesos pesado de ese Olimpia?
Había grandes jugadores: Arnold Cruz, Alex Pineda Chacón, Rudy Williams, Juan Carlos Espinoza, Gilberto Yearwood, Wilmer Velásquez, Nerlin Membreño... solo monstruos.
¿Cómo calificás tu paso por Olimpia?
Fue una gran vitrina, Olimpia me dio muchas oportunidades y logré muchas cosas como jugador y como persona. Olimpia te hace cambiar tu mentalidad y la vida en la capital es muy diferente a la de la costa norte, pero logré asimilar muchas cosas.
¿Qué recordás del Chepo en la Bicolor?
Lo que más recuerdo es que era un grupo que nunca fue egoísta conmigo, nombres como Martínez Sambulá, Richardson Smith, Wilmer Cruz, Thomas Ráchez, Nicolás Suazo... y la gran satisfacción que me queda fue ganar la Uncaf 93 de manera invicta en El Salvador.
También sos famoso en Guatemala, ¿no?
Quique Grey Fúnez me llevó y jugué tres meses en Tally Juca. Un día, Comunicaciones llegó a Puerto Barrios, con el equipazo de Floyd Guthrie, Nicolás suazo y el Tyson Núñez, y me paré muy bien en el mediocampo, a tal punto que Cremas se fijó en mí y me contrató.
¿Y en Brasil, qué tal estuvo la cosa?
Llegué al Sport Recife y mi idea siempre fue controlar mi mente y estar bien. No tuve problemas ni con la directiva ni con los jugadores, solo tuve diferencias con la persona que me llevó; luego, cambiaron al entrenador y el nuevo DT no me pasaba, surgió un roce y, pasado un año, decidí que ya no quería seguir más. Pero quedó en los libros de los recuerdos que llegué a Brasil, fui uno de los ídolos del equipo y dejé el nombre del país muy en alto.