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Jorge Ramos, periodista de ESPN: 'Pavón ha sido el mejor de Honduras”

Pionero de la narración latina en EE UU. Amigo de Malinowski y de estilo polémico, el charrúa cuenta su anécdota con Blatter y le lanza un dardo a la Fenafuth

15.06.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- No se hizo en ninguna universidad, sino que el espíritu de futbolista frustrado lo empujó a abrazar el periodismo deportivo hasta llegar a convertirse en uno de los pioneros y más reconocidos relatores de habla hispana en Estados Unidos.

“Intenté jugar y las condiciones no me adornaban mucho. Quería estar cerca del fútbol y la mejor manera era a través del periodismo; lo hago totalmente empírico”, confiesa Jorge Ramos, quien desde muy joven dejó su natal Uruguay.

El reloj pica rumbo a las 7:00 de la noche de Honduras, 9:00 PM de Miami (su lugar de residencia), y el teléfono registra la inconfundible voz del creador del programa de ESPN Jorge Ramos y su Banda.

“Trabajamos desde nuestro hogar, hay que tener un poco de cuidado porque uno en la casa como que se deja estar… Y aparte, mi señora pobre tiene que lidiar conmigo viéndome la cara todo el día, ja, ja, ja”, cuenta.

Relator de mundiales, Champions, Eurocopas y diversas ligas del mundo, pero también crítico de cuchillo afilado. “Desde niño pregunté ‘por qué’. Soy polémico entretenido, pero yo no creo todo lo que me cuentan, eh”, se describe el hombre que ha pasado por las cadenas deportivas más importantes de EE UU: Telemundo, Univisión, Fox Sports e ESPN.

Jorge, un placer. Dice que intentó ser futbolista...

Yo jugué un año en la quinta de Rácing de Uruguay y era portero. Mas allá de que mi estatura no me ayudaba mucho, pero era un poco felino. Dejé el fútbol porque tenía que trabajar, pero aparte tenía a mi novia, que hoy es mi esposa, y no me daba el tiempo para todo. No me arrepiento porque si yo no estaba para continuar es que no estaba para triunfar.

Pero abraza el periodismo, ¿narraba en el colegio?

Yo nunca narré en Uruguay. Yo sabía que podía narrar, pero me daba vergüenza que se rieran de mí. Lo hice hasta que llegué a Estados Unidos (1976). A los 15 años empecé en mi país a hacer un programa radial de Danubio, mi equipo. Estuve tres años y tuve que buscar actividades de sobrevivencia, pero siempre me encantó el periodismo. Fui muy de leer y de escuchar mucho y provengo de un país de un gran nivel periodístico. Era imposible que yo cerrara los ojos, si a las 12:00 de la noche no escuchaba un programa de deportes, que se llamaba ‘Hora veinticinco’, y me levantaba escuchando otro.

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¿Y cuándo se estrenó como narrador de fútbol?

En el año 79 venía Argentina a festejar el primer año del Mundial que logró en el 78 y jugaba contra Cosmos. Fuimos de Chicago a Nueva York con mi amigo Luis Rossi a hacer el programa de radio que teníamos. Un partido de fútbol en Estados Unidos era casi exótico. Me dice Luis: “¿Vamos a narrarlo y comentarlo?”... Bueno, si salía bien, lo íbamos a pasar grabado. Solo había una cabina grande donde estaba una radioemisora argentina. Pero ¿qué pasó? Que en esa radio estaba el mejor relator argentino, para muchos, de todos los tiempos: José María Muñoz.

Con nervios, ¿eh?

Dije: ‘No, esto está muy fuerte, pero yo me animo, él va a estar en su mundo y yo en el mío”. Si hoy lo escuchara, creo que me agarrara la cabeza, pero creo que no lo hice tan mal. No solo lo pusimos al aire, sino que una emisora de Chicago nos llamó para que hiciéramos la campaña del equipo de fútbol Chicago Sting. Sentía un poco de vergüenza estar cerca de un monstruo como José María Muñoz y yo narrando mi primer partido. Pero el salto más grande lo doy en el Mundial del 86.

¿México 86 fue el primer mundial que narró?

Ese fue el primer mundial relatado en Estados Unidos. Lo relaté en directo desde la Universidad de California, mirando un televisor. Narré 29 partidos, mi garganta no podía más. Relaté el gol que Diego Maradona le hace a los ingleses. Ah, me comí la mano de Diego contra Inglaterra, yo no lo podía creer. Después del partido, empezaron a aparecer imágenes. En vivo yo no me di cuenta que era mano y en aquel tiempo no usaba lentes y veía muy bien ja, ja, ja. Narré cuatro mundiales: 86, 90, 94 y 98. Estuve en otros mundiales, pero no teníamos derechos para transmitirlo.

¿Cuánto tiempo le costó consolidar su estilo?

Yo traía un estilo netamente uruguayo-sudamericano, que todavía lo sostengo porque uno tiene que mantener sus orígenes, soy defensor de orígenes a muerte, reconociendo los del prójimo. Era complicado, un uruguayo con un acento muy diferente a lo que era el mercado dominado por los mexicanos. Creo que el hecho del acento y el estilo diferente llamó muchísimo la atención. Me costó mucho más abrirme las puertas con los ejecutivos de los diferentes medios que me miraban con desconfianza porque estando en un mercado mexicano-centroamericano, darle la oportunidad a un uruguayo. Con ellos sí me costó mucho más que con el público.

Supongo que su estilo frontal le trajo más de una confrontación con alguien...

Con Joseph Blatter aquí en Miami. Hablamos del tema de corrupción y él tenía un guarura e inmediatamente me puso la mano delante de la cámara y dijo que eso no, y entonces yo le dije que eso sí, que estábamos en un país libre en donde la prensa tenía la posibilidad sin que se cercenara esa libertad… Discutíamos, entonces Blatter se levantó y se fue. No es que yo busque ese tipo de cosas, lo que yo no me prohíbo es de preguntar algo que puede ser un picante para el entrevistado.

¿Le hablan del fútbol de Honduras y qué se le viene a la mente?

Jugadores con muchísima calidad y poca formación. Mi amigo el Chiquito Estanislao Malinowski (extécnico uruguayo de Olimpia y Honduras) me hablaba maravillas del futbolista hondureño, me decía que el problema del hondureño era el mismo del futbolista en Centroamérica: la poca formación desde niño. Pero que empíricamente eran unos jugadores bárbaros. Yo más que disfrutarlo, me paso lamentando del fútbol hondureño porque digo: ‘Caramba, teniendo gran material humano, cuándo se van a dar cuenta aquellos que manejan los destinos del fútbol hondureño para hacer las cosas como se debe’.

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¿Cuál es la mejor liga de Centroamérica para usted?

Creo que por organización más que nada es Costa Rica. Pero cierto es que de Centroamérica, incluido Costa Rica eh, Honduras es el país con mejor talento autóctono, pero que lo desperdician lamentablemente. Los ticos, que tienen muy buenos jugadores también, trabajan muchísimo mejor. Cuando pienso en el fútbol hondureño, pienso en el desperdicio del talento que hay.

¿Para usted quién es el mejor jugador en la historia de Honduras?

Puedo hablar de los que yo vi, para mí Carlos Pavón Plummer, era un jugadorazo. Nildo Núñez me habló mucho de él. Lito Luzardo me decía: “Carlos Pavón tiene unas condiciones”... pero también, me parece que le faltó formación en su niñez y su juventud para poder dar el gran salto.

¿Por qué le da espacio al fútbol de Centroamérica en su programa?

Porque hay un importante mercado centroamericano. A mí me da mucha pena a veces con el hondureño y el centroamericano en general cómo se han abrazado al fútbol europeo. Yo veo que a la mayoría sí le interesa Honduras o El Salvador, pero primero están Real Madrid o el Barcelona, lo cual a mí me cuesta realmente digerirlo.

Queremos demostrar de alguna manera que estamos interesados en que ellos (centroamericanos en EE UU) no se separen de sus orígenes, que eso es lo que en suerte les tocó y que lo otro es para admirarlo. Es como una mujer, yo estoy enamorado de mi mujer, pero si pasa una chica linda, la miro, ¿no? El Real Madrid y el Barcelona es para verlo y disfrutarlo, pero no para rasgarse las vestiduras y pelearse, porque no tiene sentido.

¿O sea que es muy defensor de que el hincha defienda el fútbol de su país?

Lo que no entiendo es que hay gente que prefiere en lugar de ir a ver a su equipo al estadio quedarse en casa para ver al Madrid o al Barcelona. Después dicen que la violencia, el costo de la entrada… está bien, yo sé, son buenas excusas, pero son sus raíces. No son más que clientes; el Barcelona y el Real Madrid a Centroamérica la utilizan, pero nunca vienen a dejarle nada.

Estoy cansado de tener que ir a trabajar y en el avión me encuentro a guatemaltecos, hondureños, salvadoreños que están yendo a Europa y se gastan la plata por ir allá. Mi pedido es que no se olviden del fútbol de su país, después que no se quejen de su selección.

¿Cree que la Concachampions está hecha para mexicanos y estadounidenses?

Sí, normalmente lo arman todo para que no se enfrenten entre ellos y también la Copa Oro. Los torneos acá están armados para asegurarse la presencia de México y Estados Unidos en la final, y eso es lo que molesta, ¿como la dirigencia de los países centroamericanos y del Caribe no pelean por eso?, ¿Sabe por qué no pelean? Porque ellos algún beneficio deben recibir. Una de las cosas que ha hecho Concacaf y Conmebol, que es para reírse, es asalariar a los directivos. No pueden pelear por el fútbol de su país porque allí hay parte de la manutención de su familia.

Otras cortas a Jorge

¿Cómo se hizo amigo de Estanislao Malinowski?

Comida. “Nos conocimos en Los ángeles, cuando él fue con la Selección de Honduras. Fue a mi casa y nos comimos un asado”.

¿Jugadores catrachos del presente que le agradan?

Camada. “Estoy empezando a descubrirlos, Elis me parece un buen jugador, Roger Espinoza es fantástico, también Andy Nájar”.

¿Vio jugar a Tyson en el Nacional de su país?

Verdugo. “Fue un jugador bárbaro que triunfó en mi país, un futbolista espectacular, yo lo sufrí como hincha de Danubio”.

¿Cómo mira lo de Olimpia en la Concachampions?

Raro. “Creo que es una excepción. Estamos cansados de ver buenos momentos de equipos que vuelven a lo de siempre”.

¿Y aquel penal contra Panamá en Copa Oro?

Extracancha. “A Panamá le metieron la mano directamente, fue una vergüenza y muy grosero. Fue un hecho ex profeso”.

¿Cómo nace el programa Jorge Ramos y su Banda?

Radio y televisión. “Hernán Pereira me dijo que le pusiéramos ‘Jorge Ramos y 10 más’. Así estuvimos, pero me parecía egocéntrico y por eso lo cambiamos”.

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