El fútbol peruano está atravesando una profunda transición. Los clubes por fin se están organizando, pero la selección nacional sigue buscando su rumbo. La temporada 2025 puso de manifiesto grandes contrastes: entre una gestión eficiente y el caos que aún acecha a algunas partes del sistema. A continuación, ofrecemos una visión clara de cómo funcionan las ligas, qué falló en la selección nacional y qué historias marcaron la temporada.
Estructura y sistema de la liga
El auge de apuestas deportivas Colombia y otras plataformas similares ha hecho que comprender la estructura del fútbol peruano sea más relevante tanto para los aficionados como para los apostantes. La Liga 1, la máxima categoría, cuenta con 18 clubes que juegan de febrero a diciembre y los puntos de las fases Apertura y Clausura se combinan para determinar los campeones y los descensos. El Universitario y el Alianza Lima siguen dominando gracias a su estabilidad financiera, mientras que equipos como el ADT Tarma y el Cusco FC han acortado distancias gracias a fichajes inteligentes y una mejor preparación física. Esta competitividad constante ha hecho que el análisis de los partidos sea más predecible y basado en datos, un recurso clave para quienes desean tomar decisiones informadas.
Por debajo de la máxima categoría, la Liga 2 y la recién integrada Liga 3 conectan ahora toda la pirámide en un sistema profesional. Esta reforma permite que los clubes locales crezcan de manera sostenible, sin depender únicamente de torneos cortos o ascensos puntuales. Además, ayuda a regular las finanzas, lo que mejora la precisión de los datos de rendimiento utilizados en el análisis para apostar. Por primera vez, la estructura de la liga peruana se percibe como profesional y cuantificable, algo esencial no solo para ojeadores y clubes, sino también para quienes quieren realizar apuestas de futbol de manera estratégica y segura.
Cambios en la selección nacional y el cuerpo técnico
Las dificultades de la selección nacional reflejan años de inconsistencia en la planificación. Solo una victoria en doce partidos clasificatorios para la Copa del Mundo obligó a la federación a destituir al entrenador Jorge Fossati. Su rigidez táctica y su dependencia de jugadores veteranos limitaron el progreso, dejando al equipo sin goles y sin ideas.
Tras ese fracaso, la federación estableció objetivos claros para la recuperación:
■ Nombrar un nuevo entrenador permanente antes de la próxima ventana de clasificación.
■ Buscar peruanos aptos para jugar en la MLS, Europa y la Liga 1.
■ Elaborar un plan de transición para que los jugadores sub-23 se incorporen al equipo sénior.
El principal reto de Perú ahora es la identidad. La selección cuenta con jugadores técnicos, pero le falta intensidad. Los nuevos líderes deben reconstruir el equipo a partir de los clubes nacionales y dar prioridad a la disciplina por encima de la nostalgia.
Lo más destacado de la temporada
La campaña de 2025 fue una mezcla de grandes actuaciones y turbulencias fuera del campo. Los aficionados tuvieron motivos para celebrar victorias récord y nuevos líderes goleadores, pero las decisiones administrativas siguieron perturbando la competición. La temporada demostró que la principal batalla del fútbol peruano no solo se libra en el campo, sino también en la gestión profesional de las ligas.
Máximo goleador y grandes victorias
Facundo Callejo se convirtió en el máximo goleador de la Liga 1 con 21 goles. Su buen estado de forma llevó al Cienciano a victorias inesperadas y lo convirtió en el delantero más eficaz de la liga. Las cifras de Callejo destacan no solo por su capacidad goleadora, sino también por su regularidad: marcó en 14 partidos diferentes la mayor cantidad desde 2018.
La victoria por 6-0 del Universitario sobre el UTC Cajamarca el 27 de abril puso de manifiesto la diferencia entre equipos bien organizados y equipos mal gestionados. El UTC tuvo que lidiar con problemas de impagos de salarios y desplazamientos, mientras que el Universitario utilizó análisis basados en GPS para optimizar la forma física. Estos pequeños detalles técnicos están decidiendo ahora los resultados en el fútbol nacional peruano.
El drama de la descalificación del club
El caso Binacional puso de manifiesto lo débil que sigue siendo la gestión jurídica. Tras apelar el descenso, el club fue readmitido, pero volvió a ser descalificado a mitad de temporada cuando el tribunal revocó la sentencia. Este caos obligó a cancelar partidos y dañó la credibilidad de la liga ante los patrocinadores.
La disputa llevó a la federación a endurecer las normas de inscripción e introducir un plazo de 10 días para presentar recursos legales. No es perfecto, pero es el primer intento real de controlar la injerencia administrativa. Es probable que el incidente del Binacional se convierta en un punto de referencia para futuras reformas de gobernanza en el fútbol peruano.
Fútbol femenino y juvenil
El fútbol femenino ha avanzado más rápido de lo que muchos esperaban. La repetición del título de la Liga Femenina por parte del Alianza Lima demostró que el entrenamiento profesional y los contratos dan sus frutos. El acuerdo de retransmisión de la liga con Latina TV contribuyó a su visibilidad y las jugadoras ahora cuentan con cobertura sanitaria básica por primera vez.
En el ámbito juvenil, el nuevo Torneo Juvenil Sub-18 está transformando el desarrollo. Obliga a los clubes a presentar equipos de cantera reales en lugar de selecciones temporales. Ojeadores de Brasil y Chile ya asisten a los partidos, lo que significa que los clubes peruanos por fin pueden monetizar el talento joven en lugar de perderlo de forma gratuita.
Perspectivas futuras y retos
El fútbol peruano cuenta ahora con una estructura funcional, pero necesita disciplina para que sea sostenible. Los clubes deben controlar sus deudas, mantener las disputas legales fuera de la competición y seguir desarrollando programas juveniles. Si estos cambios se mantienen, Perú podría reconstruir su reputación regional en dos años. Las herramientas existen; lo que falta es un liderazgo coherente.