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El orgullo de la capital se debe decidir sin sangre, en la cancha, sin violencia...

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11.05.2016

Tegucigalpa, Honduras
Este jueves, Carlos Rivera amanecerá con la camiseta de su equipo favorito, Olimpia; “mi cábala es usarla desde que me levanto hasta que me voy al estadio”, cuenta. Este jueves también, Melvin Fonseca llamará por teléfono a sus amigos futbolistas de Motagua para decirles que son los mejores; “esa es mi cábala, hablar con Marlon Licona, Reiniery Mayorquín, Irvin Reyna, así me siento más seguro”...

Carlos, un administrador de empresas, y Melvin, un operativo de tienda, han decidido estrechar la mano antes de que Olimpia y Motagua empiecen a definir la noche de este jueves a uno de los dos semifinalistas del Clausura.

No es ningún pacto, apenas es un llamado de atención para las dos aficiones más grandes del país: al estadio se puede ir sin violencia.

Al Nacional en paz
“Le pediría a las autoridades que tomen la violencia en las canchas como un tema de país y, como algo puntual, aconsejaría que se deje de vender alcohol en el estadio”, pide Carlos, mientras la voz de Melvin se parece mucho a la del que desea no ver más sangre en los estadios.

“Yo sugeriría que la Policía arme retenes policiales con antimotines en el camino de ambas barras y recordaría que ni un gol de Olimpia ni un gol de Motagua va a revivir un aficionado asesinado”.

Hoy vamos en paz...

Melvin presiente que el Azul dará el campanillazo en la serie.

“Olimpia siempre respeta a Motagua”

Si lo más loco que hizo es viajar en moto hasta Nicaragua para ver al Ciclón en Concacaf, Melvin Fonseca bien se podría haber ganado ya el cielo azul...
“A diferencia de los aficionados del vecino, el hincha motagüense siempre está con el club en las buenas y en las malas”, bufa.

Y si el destino Managua tuvo connotaciones especiales, por el gane de último minuto y por compartir grada con La Revo, hay otro viaje que salió de la nada y tuvo un final feliz.

“Fue para un clásico contra Marathón en Comayagua, me levanté y le dije a la familia que nos íbamos de viaje... pero sin decirle que íbamos a Comayagua”.

¿Cómo definirías el clásico ante Olimpia?
Cada clásico es como una final para nosotros. Se juega el orgullo y hay que disputarlo con amor a la camiseta.

¿Cuál es el clásico que más disfrutaste ganar?
El que le ganamos el torneo pasado con gol de último minuto de Lucas Gómez a pase de Rubilio Castillo; igual, me han gustado todas las semifinales que hemos ganado y la final de San Pedro Sula, éramos minoría, pero Motagua sacó su casta en el Olímpico.

¿Y el que más te dolió perder, Melvin?
El que perdimos 1-4 en la primera vuelta, cuando Motagua llegó con varias bajas. Dolió mucho, porque no teníamos a nuestros jugadores referentes.

¿Qué coleccionás?
Camisetas que me regalan los jugadores, un privilegio que he tenido... tengo unas siete camisas, todas regaladas por jugadores y todas guardadas en un lugar especial. Pero la más preciada es la última “20” que usó Amado Guevara.

¿Ganan la “14”?
El favorito es Olimpia, hizo mayor inversión, terminó en primero, pero a Motagua lo respeta y me veo levantando la “14”

Carlos tiene confianza de pasar sin apelar al reglamento.

“El clásico del debut de David fue soñado”

Saltar la reja, meterse al campo y arrancar un pedazo de grama no es ninguna hazaña de ciencia ficción, es el mayor acto de pérdida de razón que el Albo provocó en Carlos Rivera.

“Fue en la final que le ganamos a Marathón en Comayagua... arranqué de raíz el pedazo del manchón penal desde donde Wilmer Velásquez nos dio el título y es uno de los mayores tesoros de mi casa”, recuerda.

¿Cómo definirías el clásico ante Motagua?
Se llama clásico a dos fuerzas parejas que se enfrentan, pero el de Olimpia-Motagua es el más desigual de todo el mundo, con 33 partidos de ventaja sobre el rival; a pesar de todo, siempre se disfruta con más emoción cuando se le gana a Motagua.

¿Cuál es el clásico que más disfrutaste ganar?
A nivel de liguillas, sin dudas fue cuando les metimos siete goles en los partidos de Danlí y Comayagua; a nivel de final, claramente la primera que les ganamos, porque era un mito que pudimos derribar. Ahí nos graduamos. Y a nivel de vueltas, cuando debutó David Suazo en el 99, fue un partido soñado.

¿Y el que más te dolió perder, Carlos?
La final del 1-3 en San Pedro Sula, porque era la gran oportunidad de ser tetracampeones por primera vez.

¿Qué coleccionás?
Camisetas de Olimpia... creo que tengo suficientes camisas para ir al estadio toda la temporada sin repetir una; además de eso, colecciono todo lo que tenga que ver con leones: peluches, adornos, llaveros, cuadros... mi casa es una auténtica jungla... ja, ja, ja.

¿Ganan la “30”?
Olimpia siempre arranca todos los clásicos como favorito, porque Olimpia es Olimpia, un equipo con carácter, con fuerza mental... no hay miedo a perder esta noche, tengo confianza de que vamos a pasar no por reglamento y que vamos a levantar otra copa...