Honduras

Naturaleza y cultura a disposición de turistas

Además de los atractivos que tendrá a lo interno de Indura Beach & Golf Resort, los visitantes podrán recorrer los lugares que ofrece el Parque Nacional y área protegida Blanca Jeannette Kawas.

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07.04.2014

Al estar ubicado en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Blanca Jeannette Kawas, Indura Beach & Golf Resort busca desarrollarse de la manera más amigable con el ambiente, así como de la forma más cordial con las comunidades que lo rodean.

Esta obra tiene como fondo un exquisito paraje natural, además está asentada en la tierra donde se desarrolló la cultura garífuna.

Las lagunas que se extienden a lo largo del proyecto turístico son abastecidas por la Laguna Quemada, que es una especie de brazo de la Laguna de Los Micos. Los canales son navegables, lo cual vuelve a Indura Beach & Golf Resorte más atractivo para el visitante.

Esos dos grandes espejos de agua forman parte del Parque Nacional Jeannette Kawas. Este lugar es protegido desde el 4 de noviembre de 1994, cuando el Congreso Nacional, mediante decreto 154-94, lo declaró Parque Nacional Punta Sal.

El 17 de marzo de 1995, por Decreto Legislativo 43-95, se cambia el nombre por el de Parque Nacional Blanca Jeannette Kawas Fernández, en memoria de la presidenta de la Fundación para la Protección de Lancetilla, Punta Sal y Texiguat (Prolansate).

Actualmente el manejo técnico de este parque es responsabilidad de Prolansate, por convenio firmado el 20 de noviembre de 1996 entre la Fundación y el Estado a través de la Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal (Cohdefor).

Este sitio es un humedal costero marino protegido por la convención Ramsar, inscrita el 28 de marzo de 1995, con sitio número 722. Esta zona esta dentro de las diez áreas protegidas para la conservación de la biodiversidad en el país.

El perímetro de 312 hectáreas de Indura Beach & Golf Resort no solo está dentro de un parque nacional, sino que también se ubica en el área correspondiente a los garífunas, una etnia también protegida por convenios internacionales.

De esta forma, los accionistas del proyecto turístico -Estado y empresa privada- tienen una doble obligación: realizar la majestuosa obra respetando el ambiente y cumplir con los compromisos sociales adquiridos con las comunidades que la rodean.

Alrededor del Indura Beach & Golf Resort están los sectores de San Juan, Tornabé, Barra Vieja y Miami. En el extremo, salida hacia La Ceiba, están La Ensenada y El Triunfo de la Cruz.

Enmienda

Denis Sierra, director ejecutivo de Prolansate, sostuvo que al principio esta fundación se opuso a la obra por estar dentro de un área protegida, sin embargo, luego de un compromiso para mitigar el impacto de los daños se le apoyó.

“Ese proyecto no es de ahorita, es un proyecto piloto del gobierno a través de la Secretaría de Turismo y nosotros como Prolansate, que nace de esa relación”.

Cuando se inició se hizo un estudio de impacto ambiental que “nosotros no compartimos. Dimos por escrito a la Secretaría del Ambiente, del porqué no estábamos de acuerdo”.

Incluso, como estos humedales el Estado lo tiene registrado como sitio Ramsar, “vino gente de la Secretaría de Humedales del mundo a ver el proyecto, y también llegó una comisión de servicios forestales de Estados Unidos e hicieron sus recomendaciones”, recordó Sierra.

Según él, se enmendaron varias cosas. Se redujo el impacto ambiental en una buena medida, el mismo proyecto Bahía de Tela- hoy Indura- contrató técnicos en esa materia. Fue un proceso que duró como cinco años. Luego “nosotros nos adherimos a un equipo técnico que va a estar supervisando el proyecto porque sabíamos que no podíamos parar el progreso y desarrollo del país”, apuntó.

Rememoró que, además, los garífunas firmaron a favor del proyecto, porque en el gobierno de Manuel Zelaya les prometieron que les iban a dar el 7 por ciento del 49 por ciento de utilidades que corresponde al Estado.

Compromisos

Para ejecutar el proyecto, los accionistas prometieron a las comunidades que les rodean agua potable, luz eléctrica, pavimentación de calles, alcantarillado de aguas negras y empleos.

De acuerdo con Arnold Bernárdez, presidente del patronato de Tornabé, el gobierno de Rafael Leonardo Callejas (1990-1994) afectó a Tornabé y a la comunidad de Miami.

Estas comunidades dieron parte de sus tierras ancestrales y entraron en una negociación para que el proyecto se ejecutara.

“Estuvimos de acuerdo con la realización porque nos ofrecieron apoyo. Nos hemos beneficiado, no al cien por ciento pero los compromisos ellos los han cumplido entre un 80 por ciento”.

Ya pavimentaron las calles de Tornabé, pusieron las aguas negras, le están dando trabajo a la gente, solo falta lo de la purificación del agua y lo del instituto técnico, explicó Bernárdez.

El mismo proyecto ha mandado a capacitar a muchas personas para que aprendan y puedan ser empleados. En los últimos meses más de cien personas solo de Tornabé han sido capacitadas como amas de llaves, en aprender inglés, en manipulación de comidas y bebidas, así como jardinería y mecánica.

Además de toda esta proyección social ofrecida, el gobierno se comprometió a darle a las comunidades garífunas el siete por ciento del 49 por ciento de utilidades que tenga.

“Cuando se puso la primera piedra, nosotros estábamos por comprar acciones para ser inversionistas o socios, pero vino el gobierno de Manuel Zelaya y nos prometió el 7 por ciento y de eso hay constancia”, afirmó Bernárdez.

Para manejar estos recursos, las comunidades conformaron una federación de patronatos. La única que no estuvo de acuerdo fue San Juan.

Por su parte, los habitantes de Miami afirmaron que Indura Beach & Golf Resort solo les instaló las cajas del alcantarillado, colocó la tubería de agua potable, pero nunca las puso a funcionar. Tampoco les ha cumplido con la luz eléctrica.

En lo referente a lo del empleo, muy pocas personas van de esa comunidad a trabajar en el proyecto turístico, sostuvo Celín Murillo, extesorero del patronato de Miami.

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Expectativas

Entre tanto, Ferdinand Florentino, presidente de la Cámara de Turismo de Tela, sostuvo que Indura ha tenido proyección con las comunidades. La Cámara de Turismo de Tela actualmente tiene un convenio con Indura para capacitar a parte de las personas que van a trabajar una vez entre en funciones la obra.

“Formamos a las mujeres como amas de llaves, se capacitan técnicos en refrigeración, mecánica, mantenimiento de áreas verdes, mantenimiento de edificio, esta es la parte en que nos hemos relacionado con ellos. Hace dos semanas capacitamos 80 mujeres solo en el área de amas de llaves”.

A pesar de la generación de empleos, “nosotros no esperamos que Bahía de Tela nos dé un boom comercial en este lado de la bahía. Nuestras expectativas son bastante bajas ya que ellos tendrán sus actividades como dentro de un circuito cerrado”, expresó Florentino.

Diferencia

Por otro lado, los pobladores de la comunidad de Barra Vieja mantienen diferencias con Indura Beach & Golf Resort.

Carlos Castillo, presidente del patronato de ese sector, aseguró que los están señalando de invasores. “Nosotros somos nacidos aquí, yo tengo 38 años de vivir en Barra Vieja. Ellos nos demandaron aduciendo que somos invasores de esa comunidad”. Ellos dicen que 42.43 manzanas de esta comunidad les corresponde y la mencionan como la segunda etapa del proyecto Bahía de Tela, explicó Castillo.

Con la conformidad de la mayoría de las comunidades cercanas, Indura Beach & Golf Resort trabaja aceleradamente en la apertura del proyecto turístico, cuyos visitantes tendrán a su disposición no solo la riqueza natural, sino también la viva expresión de la cultura garífuna.

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