La principal herramienta de un futbolista son sus tacos, y el fútbol sería diferente sin ellos.
En la década de los 80, los tacos Flamingo se hicieron muy populares entre los hondureños. Todo el que tenía aspiraciones de ser futbolista debía probar la calidad de este calzado.
Los botines eran fuertes, de un cuero resistente y con una plantilla diseñada para jugar en cualquier tipo de terreno. 30 años después, la fábrica de tacos Flamingo todavía sobrevive al paso del tiempo, aunque ahora las personas prefieren otras marcas.
La tienda, que está ubicada en el barrio Sipile, comenzó legalmente en 1987, pero en los 70 ya funcionaba en la capital. “El taco Flamingo surgió por una necesidad. Yo empezaba a jugar fútbol y lo hacía descalzo, entonces mi hermano Marco Tulio Pineda, sin tener conocimiento de zapatería, me prometió que me fabricaría un par de tacos, al tiempo lo cumplió. En 1980 nos hicimos socios en esta empresa”, recordó óscar Martínez, uno de los propietarios.
Grandes futbolistas han jugado con los Flamingo y en esa lista se incluye a los mundialistas de España 82. “Nosotros le hacíamos tacos a siete equipos de la Liga Nacional, equipamos al Vida, Platense, Marathón, Olimpia y Motagua. Nuestro mejor cliente ha sido Juan Cruz Murillo, exvolante merengue”. Martínez añadió que, “cuando Eduardo Bennet se fue para el Cobras de México, se llevó dos pares número 44”.
El taco es 100 por ciento hondureño, desde la suela hasta los cordones. La mayoría de los materiales son comprados en la Empresa de Curtidos de Centroamérica ECCA, que tiene su sede en San Pedro Sula. “Nuestro taco lo usa el campesino para cortar café, para ir al mercado, bailar y jugar fútbol. La gente pobre compra zapatos fuertes y que le duren”.
En la fábrica, los Flamingo se pueden comprar por docena a 200 lempiras, en el mercado su costo es más alto.
Los diseños son muy variados. “Los colores varían: rojo, azul, blanco, gris, negro, que es el mejor. A la gente le gusta el estilo clásico”.
Don Oscar nos contó que uno de los golpes más duros que sufrió la tienda fue durante el huracán Mitch, en 1998. “Perdimos varios millones de lempiras con el Mitch. Antes producíamos 500 pares al día porque contábamos con 89 empleados. Perdimos un local completo, pero todavía estamos luchando para reponernos”.
Muchos jugadores de Liga Nacional usaron de estos tacos, pero en la actualidad, los futbolistas profesionales de la capital y los amateur se olvidaron de consumir lo nuestro y prefieren comprar tacos Nike, Adidas y Puma, que cuestan cinco veces más.
“Es producto de la vanidad. La gente quiere jugar con tacos que son para otro tipo de canchas. Al final, terminan trayendo esos zapatos caros para que se los reparemos”.
Las ligas burocráticas también juegan con los botines que se utilizan en las mejores ligas del mundo. “En la capital y en San Pedro Sula hemos perdido clientela porque la gente piensa como rico, siendo pobre”.
El mercado de los Flamingo está en las zonas rurales y en varios departamentos del país. “Vendemos en Olancho, Choluteca, El Paraíso y hasta en Nicaragua. Su precio es bajo y la calidad enorme”.
No obstante, los principales enemigos de la tienda son los falsificadores.
“Hay como 50 falsificadores de nuestra marca. La gente debe saber detectar las imitaciones porque el producto que nosotros distribuimos está garantizado. Nosotros pagamos impuestos”.
Era goleador del mítico Universal
Oscar Martínez fue futbolista en sus años mozos. “Yo debuté en 1971 con el Universal, antes no había segunda división, le llamábamos Liga Mayor. Hacíamos torneos navideños. Ahí participó Primitivo Maradiaga, el Pelón Zavala, los hermanos Rivera y Juan Trejo, quienes jugaron en primera división”. Martínez estuvo una temporada pero luego se dedicó a los negocios.
“En el 80 me llamaron porque el equipo estaba peleando el descenso, pero lo salvamos y lo ascendimos un año después”.
Como futbolista, óscar se define como un gran cabeceador y con un olfato de gol envidiable.
“Jugaba como delantero, era extremo derecho. Mi fuerte era el cabeceo aunque medía 1.60. Aprendí mucho de un entrenador alemán que me enseñó varias técnicas. Fui máximo goleador en la Liga Intermedia. Nunca usé otro tipo de taco que no fuera el Flamingo”.
Adonai fabrica los tacos con los que golea
Adonai Moncada es el empleado más chico de la fábrica. Tiene 14 años de edad y una sonrisa que contagia. “Llevo un año aquí y me gusta este trabajo”, dijo mientras se amarraba los tacos que él mismo elabora. óscar Martínez lo rescató de las calles y lo puso a trabajar para evitar que escogiera el mal camino.
“Aquí me quieren mucho y me apoyan siempre, es bueno saber un oficio”, explicó el menor edad. Por desgracia, la ausencia de su padre hizo que Adonai se desinteresara por la escuela. A su edad, no sabe leer. “Adonai vive con su mamá. Nosotros le compramos los útiles pero él se desanimó y no quiso estudiar, por eso lo tenemos trabajando”, dijo Martínez, a quien el chico ve como un papá.
Moncada tiene un sueño y es convertirse en futbolista. Los miércoles y viernes entrena con el Flamingo de la categoría pre-mosco.
“En este equipo soy el capitán y cuando sea grande quiero ser un gran futbolista”, finalizó Adonai, el joven zapatero que sueña con estadios llenos y un futuro mejor.