Una tenaz contienda se ha desatado entre funcionarios públicos y la empresa constructora que remodeló el aeropuerto de El Aguacate por un millonario “botín” de la Corporación Centroamericana de Servicios de Navegación Aérea (Cocesna).
Los recursos en disputa son 500 mil dólares (9.8 millones de lempiras) que la empresa constructora Rosales reclama en concepto de “obras adicionales” que hizo en la terminal, pero que no se han cancelado por la disputa del manejo de esos recursos.
La pelea por esos fondos es entre el viceministro de Transporte, Bayardo Pagoaga, y el jefe de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Manuel Enrique Cáceres.
En este conflicto ha salido a relucir el presidente Porfirio Lobo, quien ordenó por escrito que esos recursos fueran manejados por el director de la DGAC, pero el viceministro Vásquez desobedeció esa instrucción.
Cocesna aprobó inicialmente 500 mil dólares para distintas obras en el aeródromo ubicado en Catacamas, Olancho, pero luego de terminar su contrato se le ordenó que hiciera otros trabajos que se valoraron en 500 mil dólares.
EL HERALDO tuvo acceso a un cruce de notas entre los mencionados funcionarios en donde se denota la pugna por esos recursos.
El presidente Lobo mandó una nota el 30 de agosto de 2011 al entonces ministro de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), Miguel Pastor, en la que le comunica que el director de la DGAC, Manuel Enrique Cáceres, es quien está autorizado a manejar el dinero del Fondo de Estado Miembro que Cocesna asigna a Honduras.
Anteriormente era el viceministro de Transporte, Mariano Vásquez, quien administraba esos fondos.
Ante esta disposición presidencial, Vásquez mandó el oficio 632-2011 de fecha 20 de octubre de 2011 al presidente de la junta directiva de Cocesna, Bayardo Pagoaga, en la que le comunica que la DGAC hizo una solicitud para que se hicieran ciertas obras que implicaron un “aumento considerable” en el presupuesto.
Posteriormente el viceministro Vásquez remite a Manuel Cáceres, el 9 de septiembre de 2011, el oficio 495-211, en el que se le notifica que la “conformación de franjas de pista” que se realizaron sin estar presupuestadas tiene un costo de 12 millones de lempiras.
Luego, el presidente ejecutivo de Cocesna, Bayado Pagoaga, se comunica con el director de la DGAC.
“La normativa interna de Cocesna me obliga, por un lado, a cumplir con el porcentaje de incremento por la cantidad de obra adicional en un contrato determinado y por otro lado mi respuesta a cualquier gestión de los estados miembros de Cocesna tiene que ser fundamentada en que para que el Estado deba de ser una sola voz”.
El 28 de noviembre de 2011, el viceministro se comunica por escrito con Bayardo Pagoaga para notificarle que dos semanas antes de la inauguración del aeródromo, la DGAC determinó que “la pista está incompleta”.
La recomendación de la DGAC fue que se hiciera una nivelación de las franjas de la pista para que cumpla con los requerimientos de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI).
Vásquez relata que estas obras están fuera del presupuesto original y por ello se produjo una reunión entre varios funcionarios del Poder Ejecutivo y el alcalde de Catacamas, Lincol Figueroa, para buscar una solución al impasse.
En el encuentro participaron el entonces asesor de Casa de Gobierno, Humberto Palacios Moya; el director de la DGAC, el exministro de Soptravi, Miguel Pastor; el hijo del presidente Porfirio Lobo, Fabio Lobo; además del edil de Catacamas.
“Al final de la reunión el alcalde Figueroa le dio instrucciones a la empresa Rosales para que procediera a efectuar el relleno”, asegura Vásquez.
El viceministro aseguró que la DGAC lo respaldó para que pudiera solicitar fondos del renglón de Estado Miembro de Cocesna para la conclusión de la obra y por esa razón pidió al organismo 495,045.32 dólares (casi 10 millones de lempiras).
Conflicto
Pero el director de Aeronáutica desmintió al viceministro de Transporte al asegurar que él en ningún momento lo facultó para que gestionara esos recursos.
“En ningún momento esta Dirección General ha respaldado esa solicitud”, le notificó Manuel Cáceres al presidente Lobo, según oficio DGAC-REF-1228-2011 del 20 de diciembre de 2011.
De igual manera, el jefe de la DGAC aclaró que el viceministro de Transporte todavía no ha presentado documentos que respalden las obras que se realizaron en la pista para poder autorizar el pago.
Cáceres aseguró que la DGAC no participó en ninguna etapa de la construcción del aeropuerto y que las observaciones sobre la nivelación de la pista se hicieron con anticipación para que se incluyeran en el presupuesto de la obra.
+ Misteriosa construcción de aeropuerto El Aguacate
Terminal de El Aguacate no está certificada
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) no ha certificado al aeródromo de El Aguacate en vista de que no tuvo ninguna participación en su proceso de construcción.
Para que esa entidad avale las operaciones de esa terminal debe conocer si la misma cumple con algunas disposiciones técnicas.
Pese a que El Aguacate está en funcionamiento desde noviembre de 2011, todavía no cuenta con una certificación y está lejos de lograrla debido a que todavía falta por ejecutar algunas obras.
Por ejemplo, la mayoría del cerco perimetral es una endeble malla que debe de ser sustituida por una estructura más firme.
La terminal de El Aguacate es administrada por la alcaldía de Catacamas, específicamente por funcionarios que no han tenido experiencia en la materia.