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Honduras: Olimpia corona sus 100 años con su segundo tricampeonato

<p>Sin rival en la Liga, el León cerró su centenario con letras doradas; goleó a un inexpresivo Victoria y costuró su estrella 26... Los aficionados del equipo más popular ya piden el tetracampeonato.</p>
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16.12.2012

Iluminadas las dos estrellas celestiales, Faike y Luisito García fueron los más caros amuletos que guiaron el camino de la 26; más fácil que de costumbre, el segundo “tri” del Albo se clarificó gracias al instinto demoledor de un León que ayer no quiso sufrir y se deshizo de Victoria justo en los primeros 45 minutos...

Prepotente. Poderoso. Abusador de su gran suerte, el equipo de Danilo Tosello supo poner el broche de oro a su traje de centenario y pudo escuchar el We are The Champions en el mismo cielo que veía cómo, inclemente y riguroso, caían uno a uno los gritos que contagiaban a una parcialidad que hartó las graderías con un tricolor fuerte e intenso.

Un estadio “come-Jaibas”

Transformado el público en un monstruo de color Blanco, el entorno terminó devorando las piernas y el corazón de un patético Victoria, perdido desde que se paró por vez primera en la grama del Nacional.

Y ahí estaba Roger Rojas, el máximo goleador en la era Tosello (22 goles), para hacer fértil un ambiente totalmente asfixiante. El Rojitas se encontró con una jugada prefabricada: Javier Portillo madrugó desde la banda, Douglas Caetano reconfirmó su gran función de pasador y el orgullo de barrio Betania cacheteó para doblar la presencia de Orlin Vallecillo.

Apenas se jugaban dos minutos y el León ya rasgaba la piel del Lechero. Un gol de camerino duele mucho, pero un gol de camerino en una final es casi una sentencia de muerte; liviano el contrario, de poco peso ofensivo, incontinente, Olimpia jugaba a placer y se divertía. Muy pobre lo del cuadro de Héctor Vargas, que ha mostrado su peor cara en el momento menos oportuno.

Pasó una aplanadora...

Pero Papá Olimpia no miraba las consecuencias de un enfermo Victoria y lo enviaba al último rincón de la amargura. Diez minutos después, el deshilachado Victoria (¿Por qué Wilmer Crisanto empezó jugando por izquierda?) ponía la otra mejilla y un centro de

Sebastián Rosano propició una carambola de Juan Carlos García, que el lateral izquierdo terminó por explotar frente a un ya desahuciado Vallecillo, triste y solo.
Por entonces, apenas existía un equipo.

Y la leyenda del Más Popular se continuaba escribiendo por culpa de un puñado de héroes que entendieron la misión que tenían en la antesala de la Navidad y en el cierre del glorioso 2012, el mismo que inició con la pirotecnia en El Picacho y que incluyó dos títulos más.

Un juego a puro gol...

Un contragolpe iniciado por Douglas Caetano encontró el mal rechazo de Miguel Castillo y favoreció la puesta en escena de un pequeño gladiador: Javier Portillo aprovechaba que los astros estaban alineados para incendiar la cabaña de un deteriorado Vallecillo. Y ya que los músicos estaban pagados para tocar toda la noche, Ramiro Bruschi puso la cereza del postre al 85.

La Rata le ganó con la fuerza aérea a Rommel Murillo y evitó la oposición de Vallecillo con una finta que recordó las mejores tardes del sudamericano, que definió a puerta vacía para poner la última pieza del rompecabezas del “trica”, el segundo en la historia de una organización que no se cansa de levantar copas.

Costurada la estrella 26, letras de oro para Danilo Tosello, primer ciudadano blanco que logra un tricampeonato como jugador y como técnico. El pueblo Blanco no para de celebrar. Y ya pide el tetra...