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Bill Murray da vida a Franklin Roosevelt

Conocido por sus papeles en comedias, como Ghostbusters y Groundhog Day, la estrella esta vez se
adentra en el drama en la cinta Hyde Park on Hudson.

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02.12.2012

Aunque Bill Murray se hizo famoso con las comedias de Ghostbusters y Groundhog Day, el prestigio lo ganó con la nominación al Oscar por una película más inclinada al drama como Lost in Translation.

Y en esa misma ruta, tal vez buscando el Oscar que todavía no ganó, Bill Murray vuelve a destacarse en la personificación del presidente de Estados Unidos Franklin Roosevelt con la historia poco conocida sobre una amante secreta que tenía en Hyde Park on Hudson.

En plena época de los estrenos del Oscar, comediantes tan buenos como usted, Helen Hunt y Tom Hanks estrenan películas dramáticas ¿Qué los hizo cambiar de rubro? ¿La comedia es menos gratificante que el drama? ¿Helen Hunt y Tom Hanks? Bueno, ellos necesitan trabajar, tienen que aceptar lo primero que les ofrecen (risas). Hacen drama porque ya no pueden hacer comedia, ninguno de los dos (más risas). Hablando en serio, no hay nada mejor que la comedia. No se ganan premios, no se gana el Oscar, pero en el mundo entero, creo que la gente realmente aprecia el buen humor. Tiene mucho más valor como un efervescente en la vida. Nunca vas a escuchar a alguien diciendo “Estaba realmente enfermo y me sentí tan miserable que me puse a ver la película de Morgan Freeman Shawshank Redemption y me sentí genial” (riendo). Todo lo contrario, dicen “Me quedé atrapado viendo una película de Chaplin y de tanto reír, decidí salí a caminar para pasear mi perro”.

¿A nivel personal entonces prefiere la comedia? Odio comparar, pero yo amo las comedias. Incluso en la nueva película Hyde Park creo que ciertos toques de humor también ayudan a contar toda esta historia sobre el presidente Roosevelt, para demostrar que a pesar de tocar temas tan profundos como una guerra, es posible mantener el buen humor. Claro que también sirve para dar un paso al siguiente momento donde podamos tratar temas más profundamente.

¿Utiliza también el buen humor, detrás de las cámaras, para mantener entretenido el rodaje de una película dramática? Y... sí. La cámara no filma todo el tiempo y aunque a veces tengo que estar serio, soy de los que creen que el sentido del humor se puede aprovechar para mantener una mejor atmósfera en el equipo de filmación. Al menos lo intento, trato que la gente se sienta cómoda. La comodidad es la clave para cualquier éxito. No es ninguna cuestión de vida o muerte, pero todos vamos a cometer algún error. Y si el sonidista falla un par de veces, no me preocupo, simplemente tengo que equivocarme yo otro par de veces, para que todos estemos más cómodos.
El otoño recién empezaba el 21 de septiembre de 1950, cuando en Wilmette, Illinois, nació William James Murray, como el más jovencito de cinco hijos (su hermana Nancy es monja religiosa, en la República Dominicana). Y aunque Bill ya había experimentado con actuación en la escuela, los primeros trabajos los tuvo como caddy, llevando palos de golf, muy lejos de cualquier cine. También se inscribió para estudiar medicina en el Regis College de Denver, aunque dejó los estudios cuando lo arrestaron por posesión de marihuana. Finalmente encontró su destino, reuniéndose con otros desconocidos de aquel entonces Dan Aykroyd y John Belushi, para bromear en National Lampoon Radio Hour. Y mientras conocía la fama internacional de la mano de Dan Aykroyd, con la película Ghostbuster, en realidad aquel personaje había sido originalmente para su otro compañero, John Belushi. Pero Bill Murray igual terminó siendo uno de los comediantes más famosos de su generación, dándose el lujo de rechazar personajes tan famosos como aquella primera versión de Batman que después protagonizó Michael Keaton.

¿Qué tan importante es el Oscar para usted? Ya viví una vez la experiencia del Oscar y la nominación es agradable. Te invitan a diferentes cenas para contar algunas anécdotas, hay que vestirse de smoking un par de veces y hasta lo muestran en TV (risas). Es genial. Se puede perder o ganar, aunque cuando se habla del Oscar se supone que hay que decir que ‘no te eligen’ en vez de usar la palabra ‘perder’.

¿Y no es tan gracioso cuando no lo ‘eligen’? Recién después de un tiempo me di cuenta que estaba OK, aunque en su momento no pensé lo mismo. Me había atrapado la posibilidad de ganar y después me dio vergüenza. Como había ganado varios premios me parecía natural ganar un Oscar alguna vez (risas). Pero cuando no gané, me pareció gracioso. Lo maravilloso es que mucha gente realmente piensa que yo gané. Y no estoy exagerando (risas). Trato de decirles la verdad, pero lo bueno es que llama la atención y la gente va al cine. Y lo que uno quiere es que vean lo que uno hizo. Al final, me di cuenta que se pueden ganar premios, pero no es la razón por la cual trabajo.

¿Después de haber filmado la película Hyde Park... en Inglaterra, se da cuenta la gran diferencia que existe entre Hollywood y la forma de hacer cine en el resto del mundo? Es diferente. Lo mejor de trabajar en Inglaterra es que pueden construir estudios increíbles y tienen mucho material, porque todo es viejo. Tienen edificios viejos, juegos de platos viejos, todo se siente viejo. Te ayuda a trabajar en ese sentido. Eso sí: no les gusta escuchar música en medio del estudio. Ahí sí que me metí en problemas. Y no es porque no les guste escuchar música, no la entienden (risas). ¿Hablamos de la comida también? Hay comida para ciertos rodajes de cine y comida para otros rodajes de cine. Ninguna es buena, pero al menos me da la oportunidad de extrañar mi casa. Lo bueno es que están más alto en el hemisferio (ríe) y realmente fue el trabajo más civilizado que experimenté.
La película Hyde Park on Hudson muestra un lado completamente desconocido del presidente Franklin Roosevelt (Bill Murray), basándose en las verdaderas cartas que intercambió con la verdadera Daisy Suckley (Laura Linney en cine), junto con el diario íntimo que encontraron escondido en una maleta que estaba debajo de su cama, al morir.

¿Qué piensa usted sobre la secreta amante del presidente Roosevelt? Ella probablemente haya sido la persona más discreta que él conocía en su vida. Si lees las cartas, te das cuenta que él era demasiado íntimo con ella, le contó secretos de Estado. Hay toda clase de secretos de seguridad nacional en las cartas. Yo creo que él no podía hablar tan abiertamente con nadie más. Es ridículo lo que le escribía a otra gente, comparado con las cartas que intercambió con ella. Esta mujer era como una caja fuerte y nadie se enteró de todo lo que le dijo. Le podía decir absolutamente todo, sintiéndose seguro que estaba seguro. Como Presidente, nadie puede evitar los chismes, aunque sean por razones políticas o fascinantes y ella nunca habló de este hombre, hasta que después de morir, alguien encontró las cartas debajo de su cama. Personalmente, creo que Daisy era una persona muy poderosa.

¿Algún secreto suyo en la preparación especial para interpretar al presidente Roosevelt? Odio dar a luz mis secretos: no hago casi nada. Pero esta vez leí mucho y estudié el acento de aquella época. Trabajé con una persona que se especializa en sonidos y traté de comportarme tan bien como pude, porque estaba trabajando con gente de Inglaterra y parecía una verdadera prueba a mi paciencia. No fue fácil mantener mi temperamento, fue muy difícil, pero mejor dejémoslo ahí.

¿Le permitieron improvisar en algunas escenas? Mantener el guión tal cual como está escrito solo se logra cuando es muy bueno. Y en este caso ni siquiera se me ocurrió cambiar nada. Solo esperaba parecerme a esta persona, si llegaba a decir algo diferente. No sentí que cambié nada, si lo hice.