Tegucigalpa, Honduras.- Con la llegada de las lluvias, muchas personas se preparan para enfrentar calles inundaciones, cambios de temperatura y brotes de enfermedades respiratorias. Sin embargo, es común olvidar que las mascotas también se ven afectadas por estos cambios, en especial los perros que salen a caminar diariamente, sin importar el clima.
Uno de los aspectos más vulnerables durante esta temporada son sus almohadillas, esas zonas gruesas y rugosas en sus patas que actúan como una barrera natural contra el suelo.
La humedad constante, los charcos contaminados, el lodo y las superficies ásperas pueden provocar daños graves en las almohadillas de los perros.
Irritaciones, agrietamientos, infecciones por hongos o bacterias e incluso la pérdida de pequeñas capas de piel son algunos de los efectos que podrían pasar desapercibidos hasta que el animal manifiesta dolor, cojea o se rehúsa a caminar. Estos signos y síntomas no deben tomarse a la ligera, ya que muchas veces indican que algo no marcha bien.

Además, el agua sucia o estancada puede arrastrar agentes químicos, basura y microorganismos que terminan afectando no solo las patas, sino también la salud general del animal si este se cojo para aliviar la molestia.
En perros con piel sensible o con problemas previos, los efectos se agravan y pueden requerir tratamiento veterinario.
Cuidar de nuestras mascotas implica más que alimentarlas y jugar con ellas: también se trata de anticiparnos a los riesgos del entorno y brindarles protección.
Claves para evitar lastimarlas
En vista de que mantener a su perro encerrado en casa no es la opción más viable, enfatizar el cuidado de la salud de sus patitas se vuelve la recomendación más lógica. Procure lo siguiente:
Limpieza. Limpie y seque bien las patas de su perro después de cada paseo, especialmente entre los dedos.
Protección adicional. Permítale usar botines impermeables si los tolera. Son ideales para paseos en zonas muy húmedas o sucias.
Rutas. Evite que su pueda cruzar por charcos, lodo y superficies contaminadas. Planee rutas más seguras y secas siempre que sea posible.
Humectantes. Aplique bálsamos hidratantes o protectores específicos para almohadillas. Consulte con el veterinario antes de usar productos caseros.
Observación. Vigile posibles signos de molestia como cojera, lamido excesivo o enrojecimiento. No ignores las alertas.

Atención. Acuda al veterinario ante cualquier sospecha de lesión, irritación persistente o infección en su mascota.