El verano comienza a asomarse y es normal que la olas de calor lleguen a sobrepasar los 37 grados centígrados, tanto en el interior como exterior de su auto.
Sin embargo, esta insoportable sensación de calidez nociva no solo repercute en el desempeño del mismo, sino que también puede afectar la salud de quien lo conduce.
El calor, además de ocasionar que el rendimiento del motor disminuya alrededor de un 15% y que el auto pierda potencia en sus neumáticos, frenos y otras partes, conlleva la posibilidad de que una avería aumente radicalmente en más de un 30% en la estación estival.
Un inevitable deterioro en la pintura, un desgaste general en la carrocería y un incremento de la probabilidad de daños en el sistema de aire acondicionado son otros de los problemas frecuentes que trae consigo la época de verano.
A esto se le suma que las extremas temperaturas pueden dañar a cualquier artículo y ser vivo que permanezca en el habitáculo por mucho tiempo; las mascotas pueden morir por el estrés derivado del encierro, mientras que las latas de gaseosas y los productos inflamables como el celular y las medicinas pueden perder su efecto permaneciendo encerradas durante mucho tiempo.
Consejos para su vehículo en verano
En primer lugar, cuide sus neumáticos, estos son susceptibles a sufrir problemas de desgaste como consecuencia directa de las elevadas temperaturas del asfalto, así que lo mejor es no manejar tan rápido.
Intente buscar la sombra cada vez que sea posible. Al ir a trabajar procure dejar su auto en una zona donde el sol no pueda afectarlo directamente, quizá no sea tarea sencilla, pero es seguro que su vehículo lo agradecerá.
Asimismo, se recomienda utilizar los frenos prudentemente, sobre todo si va a conducir en calles inclinadas o bajadas pronunciadas.
Haga los cambios de manera sofisticada, porque el excesivo uso de los frenos, sumado a las altas temperaturas, dará lugar a un desgaste y corta vida de los mismos.
