Tegucigalpa, Honduras.- En un emotivo acto dentro del Centro Penitenciario Nacional de Támara, en Honduras, un privado de libertad y su novia contrajeron matrimonio en una ceremonia civil.
La boda, decorada con un arreglo floral de rosas blancas, representó la pureza de un compromiso que trasciende las barreras de la prisión.
Ambos contrayentes vistieron de blanco, destacando la solemnidad del momento.
El Instituto Nacional Penitenciario (INP) destacó la importancia del evento, señalando que esta unión refleja el compromiso con la rehabilitación y la reinserción social de los privados de libertad.
“Un privado de libertad y su esposa formalizaron su compromiso, simbolizando el amor, la esperanza y el poder transformador de las segundas oportunidades”, expresó la institución.
Este matrimonio se enmarca en la visión del Sistema Penitenciario Nacional (Sipena), que busca implementar iniciativas que fortalezcan los lazos emocionales y promuevan la reintegración de los reclusos a la sociedad.
Se trata de un evento sin precedentes en el sistema penitenciario hondureño, donde las autoridades buscan generar espacios para la transformación personal y social de los internos.