Tierra Adentro

San Antonio de Oriente, un rincón detenido en el tiempo

Este municipio pasó de ser un antiguo pueblo minero a un destino que conjuga arquitectura colonial y ecoturismo

FOTOGALERÍA
21.06.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Es un antiguo pueblo minero cuyo nombre quizá no “suena” a pesar de ser una joya histórica-artística; no suele figurar entre los destinos turísticos consolidados, pero conserva los vestigios culturales del pasado como ningún otro en el departamento de Francisco Morazán.

La historia de San Antonio de Oriente, a 30 kilómetros de distancia de Tegucigalpa, se va contando entre sus calles de piedra y sus edificaciones de bahareque con acento colonial.

Legado
El municipio también fue la cuna del histórico general Florencio Xatruch, de quien se deriva el gentilicio de catracho

Aunque de su fundación poco se sabe, se cree que comenzó a poblarse -por su cercanía a las vetas de oro y plata de esta zona- hace 359 años (1660), por habitantes de San Antonio de Yusguare, una antigua comunidad que se extinguió, según una monografía del Dr. Esteban Guardiola de 1930, en el siglo XVIII.

La abundancia de minerales dio trabajo, esplendor y riqueza a las personas que llegaron a habitarla. Se calcula que, en sus tiempos de auge, San Antonio llegó a tener unos 1,500 habitantes y unas 264 casas.

Las minas de San Antonio, como las de la generalidad de los minerales hondureños, consistían en galerías subterráneas casi siempre horizontales. Fotos: Efraín Salgado.

La arquitectura del municipio es de intensa influencia colonial española.

Colindando al norte con Valle de Ángeles; al sur con Maraita y Güinope; al este con Moroceli y Yuscarán, y al oeste con el Distrito Central y Tatumbla, este municipio con potencial ofrece al visitante una naturaleza casi salvaje, casi virgen.

Las casas, de intensa influencia colonial, escalonadas desordenadamente a ambos lados de la empinada y culebreante carretera, están encastradas entre pequeños praderíos y abrigadas en un cuenco de imponentes pinares. En la cumbre del casco urbano se yergue el valle de Yusguare, el cerro de Uyuca, La Montañita y Canta Gallo, amenazantes y protectores a la vez.

En medio del silencio y las restauraciones de las que antes eran las casonas sobrevive una iglesia del siglo XVII.

Un templo sólido, macizo y blanco, que aún resguarda contadas pinturas y artilugios coloniales. Si bien la historia y belleza de San Antonio le dieron los méritos para ser declarado Monumento Histórico Nacional el 25 de julio de 1991, hoy está detenido en el tiempo, casi en el olvido.

La iglesia tricentenario es de construcción española y lleva sobre la puerta la leyenda “Templo de nuestra Purísima Madre y Señora de Mercedes”. Foto: Edraín Salgado

En medio del silencio y las restauraciones de las que antes eran las casonas sobrevive una iglesia del siglo XVII.

En un intento por revitalizar y reactivar la zona, Manuel Miranda, alcalde municipal, explicó que a corto plazo se planea la construcción de una plaza central y la restauración del empedrado del casco urbano, y dentro de un intervalo más extenso se prevé la instalación de un canopy enclavado en la cumbre del poblado.

Recorrido
San Antonio se ubica a 50 minutos de la capital, por la carretera hacia el departamento de El Paraíso.

Si aún no recorre sus parajes, ¡visítelo!, es un inmejorable rincón para los amantes de las escapadas diferentes y con cierto sentido aventurero.

Cuna de primitivismo....
Decir entre el semillero artístico nacional San Antonio de Oriente es como decir José Antonio Velásquez (1906-1983), el más grande pintor primitivista de Honduras del siglo XX. Este rincón en el olvido fue la musa del ínclito Velásquez, en ella vivió, se enamoró y aunque sus tierras no lo vieron nacer lo enalteció a través de su obra. Entre 1954 y 1979 la obra del artista trascendió en América y Europa.