Tegucigalpa, Honduras.- Aparecer y desaparecer ante la mirada asombrada de niños, adultos y ancianos, dejando un rastro de asombro y alegría.
Así es la magia de Zaki Magoa, un artista cuyo nombre ha quedado grabado en los corazones hondureños después de nueve años de recorrer el país no solo con sus espectáculos, sino también con generosos obsequios como bicicletas, juguetes y material didáctico para los más pequeños.
Este ángel de la sonrisa ha llevado su magia a rincones tan lejanos como el Sahara, Sarajevo, Kenia, Ghana y, por supuesto, Honduras.
Su proyecto “La magia de una sonrisa” tiene un propósito claro: hacer felices a los niños a través del teatro, la magia y la comedia, iluminando sus días con risas y esperanza.
En Honduras su amor se transformó en acción solidaria, ya que Zaki Magoa ha regalado cerca de 900 bicicletas a niños y trabajadores, además de llenar de alegría a 88 jardines de niños con juguetes y útiles escolares.
Detrás de su nombre artístico está Agustín Villagra, un mago originario de Bilbao, España, que ha hecho de la magia un puente de conexión con los niños del mundo.
Su paso por Honduras ha estado marcado por abrazos, sonrisas y momentos inolvidables, dejando una huella imborrable en cada pequeño corazón que ha tocado.
“La próxima semana me marcho y quiero despedirme después de nueve años recorriendo este bello país”, expresó con emoción.
Para Zaki Magoa, esta aventura ha sido más que un viaje: ha sido una historia tejida con sonrisas, un capítulo de amor y magia que quedará para siempre en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de cruzarse con él.