Tegucigalpa, Honduras.- La preocupación entre docentes y padres de familia del kínder Compartiendo Alegría, ubicado en el sector 4 de Villa Nueva, es cada vez mayor.
Desde hace tres años, el centro educativo presenta graves deterioros en su infraestructura, pero la situación ha empeorado con el paso del tiempo sin que las autoridades actúen.
“Toda el agua de los vecinos viene a dar aquí, ese techo es una prioridad”, lamentó Lilian Zelaya, maestra del centro.
Según la docente, han solicitado ayuda en repetidas ocasiones, pero la Secretaría de Educación únicamente ha hecho levantamientos sin ejecutar mejoras reales.
“Necesitamos de manera urgente reparar el kínder porque a estas alturas el invierno ya lo tenemos encima”, agregó Zelaya, visiblemente preocupada por los riesgos a los que están expuestos los niños y niñas que asisten diariamente al lugar.
El kínder alberga actualmente a 39 niños y niñas, quienes asisten a clases bajo techos en mal estado y en aulas que no ofrecen condiciones seguras ni dignas para el aprendizaje.
Los padres de familia expresan su preocupación e hacen un llamado urgente a la Secretaría de Educación y al Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), instituciones que, según ellos, deben intervenir antes de que ocurra una tragedia.
“Nosotros sufrimos en el invierno porque los niños se mojan en las aulas debido al mal estado del techo”, lamentó una madre de familia.
Los padres manifestaron que, debido a la humedad constante, las paredes del jardín de niños se están debilitando, lo que aumenta considerablemente el riesgo de colapso estructural y pone en peligro la vida de los estudiantes y del personal.
Sumado a esto, dentro de las aulas el agua se acumula con frecuencia, creando no solo condiciones insalubres, sino también un foco de enfermedades que amenaza la salud de los pequeños que asisten al centro educativo Compartiendo Alegría.