Ante el déficit del servicio de agua potable que hay en la capital de Honduras, hay sectores de la sociedad que están en la búsqueda de alternativas para hacerle frente a la crisis de miles de familias en época de verano.
Uno de estas agrupaciones es el Frente Ciudadano por el Agua (FCA), cuyos miembros se reunieron ayer con expertos en el tema para analizar la posibilidad de hacer uso del agua subterránea que hay en las ciudades gemelas.
A la cita llegaron expertos en hidrogeología invitados por el FCA, representantes del Servicio Autónomo de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) y autoridades de las juntas de agua de algunos barrios y colonias.
Para la representante del FCA, Luisa María Willingham, es urgente buscar una solución a corto plazo para todas aquellas familias que viven en las periferias de la capital y que no son beneficiadas con el servicio que presta el SANAA.
El Frente Ciudadano por el Agua estima que la población sin acceso a una red pública de agua potable ni alcantarillado asciende a 400 mil personas de las 1.5 millones que habitan en el Distrito Central.
Este segmento de la población está agrupado en al menos 250 barrios en vías de desarrollo.
Lo insólito es que estas personas, a pesar de ser las más pobres, son los que pagan el precio más caro por unos cuantos galones de agua.
En estas zonas reciben el suministro vía tanques cisterna y, aunque el precio que ellos pagan en los pozos es de 5 lempiras por barril, ya en los barrios este mismo barril cuesta entre 35 y 40 lempiras.
Hay agua subterránea
Según Raúl Méndez, experto en hidrogeología de origen argentino, en Tegucigalpa hay considerables fuentes de agua subterránea que perfectamente se podrían utilizar.
En ese sentido señaló que hay 16 puntos a lo largo de la cuenca del río Guacerique que podrían ser perforados para abastecer de agua a la población que habita en comunidades por encima de los 1,150 metros sobre el nivel del mar.
“La mayor posibilidad de perforación de pozos está en la cuenca del río Guacerique, los estudios indican que hay fuentes que podrían generar entre 10, 20 y 30 litros de agua por segundo”, expresó.
Agregó que este rendimiento de los acuíferos podría significar un abastecimiento del preciado líquido para más de 150 mil capitalinos que representan el 37.7 por ciento de la población desabastecida actualmente.
A criterio del experto, el mayor atraso que existe para poner a funcionar este suministro acuífero es la parte legal.
La perforación de pozos en la capital es una actividad que ha ido en constante aumento. Según cifras del SANAA, hay registrados unos 600 pozos, de los cuales unos 140 pertenecen al círculo empresarial.
En la misma modalidad de privados se encuentran un aproximado de 460 perforaciones, que le pertenecen a personas naturales para satisfacer necesidades domésticas.
No es suficiente
Walter Pavón, director de nuevas inversiones del SANAA, es del criterio que la cantidad de agua que hay en la cuenca del río Guacerique no es suficiente para satisfacer las necesidades reales de la población.
En ese sentido, consideró que 10, 20 o 30 litros de agua por segundo no justifican la inversión millonaria que habría que hacer para llevar agua desde el Guacerique hasta los barrios de las zonas altas de la capital.
Por esta razón, calificó de medida temporal e incierta la perforación de un pozo.
El funcionario recordó que otra de las causas por las que no está de acuerdo con el uso de esta agua subterránea es la calidad del agua.
“Hemos hecho los estudios del agua de esta zona y ni haciendo mezclas con el agua que hay en Valle de Ángeles se llega a tener un grado de purificación aceptable para consumo doméstico”.
“Estos líquidos son conocidas como aguas duras, es decir, demasiado saladas por la enorme cantidad de elementos orgánicos que contienen”, manifestó.
Y es que el agua que se extrae de los pozos y que podría consumir el 37 por ciento de la población desabastecida podría tener la presencia de arsénico, nitratos y plomo en el agua.
Pavón insistió en que para iniciar una inversión que es incierta lo más recomendable es acelerar el proyecto del trasvase, que aunque es una medida temporal, está comprobado bajo estudios científicos que si dará resultados.
Ante este planteamiento el representante de la Unidad de Agua y Saneamiento (Ugasan), Irving Guerrero, dijo que no se descarta la posibilidad de buscar fuentes de financiamiento y alianzas público privadas para desarrollar el proyecto de perforación.
A juicio de Guerrero, lo que se necesita saber en realidad es cuánta agua subterránea hay, para luego tomar las decisión de realizar o no el proyecto.
Consideró que para las comunidades de la parte alta, como el Pedregal, el Mogote y los barrios aledaños, el agua del suelo podría ser un beneficio real a corto plazo.
“Los expertos dicen que puede haber 400 litros de agua por segundo como máximo y 80 como mínimo”, expresó.
No obstante, aclaró que hay diversas cifras que manejan varios sectores y esto crea la necesidad de realizar un estudio técnico y científico que determine la cantidad real de agua subterránea que hay.
