El penúltimo informe de los estudios de factibilidad para construir el embalse Guacerique II en la capital pone en blanco y negro el diseño y extensión del nuevo embalse. En el estudio realizado por dos empresas coreanas se detalla que el embalse debe ubicarse 3.2 kilómetros aguas arriba de la presa de Los Laureles. Y para almacenar de una forma óptima los 75.5 millones de metros cúbicos de agua debe construirse una presa principal, dos laterales, un vertedero y una toma de agua selectiva.
La presa principal medirá 70.55 metros de altura y será una cara de concreto, por medio de las presas laterales se descargará el exceso de agua.
Todos los diseños de las presas se realizaron bajo los movimientos de los caudales de agua que se reportan en el área de influencia en los últimos 29 años.
Razón por la cual se diseñó la toma de agua para cubrir 1.5 millones de metros cúbicos a fin de suplir la demanda de agua para la nueva planta de tratamiento que se ubicará bajo la zona de descarga.
Por las dimensiones del proyecto de al menos 189 kilómetros cuadrados el principal problema a solventar serán las indemnizaciones.
Entre las áreas afectadas por el área a inundar está parte de la carretera a Mateo y varios predios de las instalaciones de las Fuerzas Armadas. Danilo Alvarado, gerente del Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillado (SANAA), asegura que ya se realizan gestiones con las autoridades de la fuerza castrense.
Y sobre la inundación del eje carretero el asesor del SANAA, Pedro Ortiz, detalló que el tramo se trasladaría al margen derecho del área que conduce a Lepaterique y que se abrirá un acceso por la misma represa.
Esta intervención tiene un costo de ocho millones de lempiras, por lo cual detalló que es urgente que en el presupuesto de la República del próximo año se incluya una partida para iniciar las indemnizaciones.
Otra de las novedades del proyecto es la generación de energía eléctrica a través del flujo de agua que bajará de Guacerique II hacia Los Laureles. Este sistema generaría al año un promedio de 2.1 megavatios por hora que serían utilizados para la operación de las plantas de tratamiento.
