El hablar con sus padres sobre la manera correcta de conducir y el respeto a las señales viales y de tránsito indica que José Manuel Cruz aprovechó al máximo el curso de educación vial que se le impartió.
El menor de 9 años, alumno del cuarto grado de la Comunity School, es todo un experto en el tema vial.
Ahora José se siente capaz de transmitir sus conocimientos a las sociedad.
“Yo me siento capacitado para dar vías en la calle, aprendí sobre las señales y los pasos cebras”, comentó.
Formación temprana
Cruz se cuenta entre los 8,000 niños y jóvenes, futuros conductores, que en lo que va del año han recibido capacitación no solo en educación vial sino también en programas de prevención de maras, drogadicción y explotación sexual.
Ayer este pequeño y sus compañeros visitaron el Parque Vial localizado en El Picacho, que desde el día anterior se acondicionó para realizar prácticas educativas.
Este proyecto patrocinado por la Dirección Nacional de Tránsito (DNT), la Policía Comunitaria y la Policía Escolar tiene como objetivo llegar a más de 30,000 niños y jóvenes a nivel del Distrito Central.
“Se trabaja en los centros de estudios a manera de darle a los niños estrategias para que ellos puedan prevenir algunos tipos de delitos, más ahora que las maras y las drogas atacan directamente a las escuelas’’, expresó la inspectora Glenda Corrales.
Mientras tanto, Kemel Ordoñez, vocero de la DNT, declaró que la educación vial por su importancia debería verse como una clase más dentro del plan de estudios de nivel primario y medio.
“Me atrae la señal de la zona de alimentos”
Lázaro Montoya también es un experto en el tema de educación vial y, aunque se conoce todas las señales como la palma de su mano, la que más le llama la atención es la de “zona de alimentos”, pues así sabría dónde desviarse para ir a comer.
“Yo aprendí mucho. Sé cómo se hacen los altos y qué hay que hacer cuando el semáforo se pone en rojo, pero también es bueno saber dónde uno tiene que detenerse para comer”, declaró el menor.
Expresó que no olvidará las demás capacitaciones que sobre drogadicción recibió, porque son muy importantes y las compartirá con otros niños de su comunidad.
“Las líneas cebras son para uso de los peatones”
Con apenas 9 años, José Manuel Pineda habla con naturalidad y conocimientos sobre la educación vial.
Además está preparado para decirles a niños como él que las drogas son peligrosas y que hay que alejarse de grupos antisociales.
El menor, uno de los participantes del proyecto de educación vial, explicó con exactitud cómo funcionan las líneas cebras y los colores de los semáforos.
Las primeras son utilizadas por los peatones y los semáforos son para evitar accidentes de carros.
“Si un carro viene y hay personas que van por esas rayas, el carro tiene que pararse para que la persona pueda pasar', expresó Pineda.
