En el mercado, la estrecha calle 8, también conocida como la del Hibueras, pareciera vivir en los últimos días un permanente ambiente de fiesta.
Los puestos de medicina natural, ropa, calzado y de artículos de madera, entre otros, han sido desplazados para dar paso a una gama de objetos típicos.
Y es que tributar el legado del cacique Lempira, primer defensor de la soberanía nacional, también es motivo celebración, al igual que el Día de la Madre o Semana Santa.
Previo a la fecha, desde tempranas horas del día, a los capitalinos, especialmente madres, alumnos y maestros, se les ve transitar por las calles y avenidas de Comayagüela y aglomerarse en los puestos en busca de un artículo típico indispensable para participar en la fiesta cívica escolar.
Ante sus ojos se muestra un despliegue de la venta más variada para esta ocasión, desde trajes de manta y sandalias de cuero hasta adornos como trenzas, collares, aretes, plumas y flores.
Desafiar la imaginación
La festividad del 20 de julio se presenta como una oportunidad para desafiar la imaginación, poner en juego la creatividad y aumentar las ventas.
Cristina Alvarado, una vendedora de la calle del Hibueras, espera con ansias la llegada del séptimo mes del año para aumentar sus ingresos.
En las vísperas del Día de Lempira aprovecha para surtir su negocio con todo tipo de artículos típicos y cubrir la demanda de sus clientes.
“Yo creo que esta celebración no va a pasar de moda y para los vendedores como nosotros es una oportunidad que se aprovecha para tener más ingresos”, manifestó Alvarado.
Los comerciantes reportan para esta festividad un 40 por ciento de incremento en sus ventas, pues la mayoría de los 300 centros públicos de la capital conmemoran el Día de Lempira.
Cada comerciante le apuesta un poco más a las inversiones en este tipo de mercaderías, pues en los aproximadamente 20 días que dura la fiebre comercial, recuperan su inversión.
Hay que moverse a vender los productos, porque después del Día del Indio las ventas caen de un solo, comentaron.
Para acaparar la clientela, estos productos temporales no han sufrido aumento alguno.
El precio de estos atuendos varía de acuerdo a la talla, pero se encuentran arriba de los cien lempiras, hasta los 250 lempiras.
Otros artículos
En los puestos también se ofrecen otros trajes, no confeccionados con la tradicional manta o dacron sino con yute.
Con este material se elaboran los “taparrabos”, que se asemejan a los que vestía el insigne Señor de la Sierra y que son utilizados por los escolares que participan en los eventos artísticos. También se confeccionan trajes para las niñas, los que son adornados con varios detalles típicos.
Los caites de cuero son otro de los artículos que no pueden faltar en esta celebración, ya que representan el calzado utilizado por los ancestros.
Estos se venden en 100 y 150 lempiras.
Otro sitios donde también se adquieren objetos típicos son la plaza Los Dolores y en los suvenires del centro histórico.
