Tegucigalpa, Honduras.- Con una inversión que ronda los 85 millones de lempiras, la Subestación de El Picacho, que potabiliza y distribuye el agua para el 20% de los usuarios de la capital, podría convertirse en una estación de primera.
Construida desde hace 30 años aproximadamente, esta planta potabilizadora del agua que consumen gran parte de los abonados de la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMPAS), había entrado en el normal desgaste y hasta cierto descuido que no le permite, aún hasta la fecha, producir mayores cantidades de agua tratada.
En la actualidad la Subestación de El Picacho produce entre 480 y 570 litros por segundo, que ingresan desde los múltiples afluentes que la alimentan y despacha a la red de distribución de la ciudad, una cantidad que fluctúa entre los 425 y los 450 litros por segundo.
Noel Ortega, ingeniero y jefe de la esta subestación, explicó que "se está haciendo una inversión en conjunto, la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) con (un préstamo) el Banco Mundial (BM), cerca de 85 millones de lempiras para repotenciar la planta; había estado en total abandono".

Ortega detalló que las mejoras que se la harán a la Subestación, incluye un moderno laboratorio, equipamiento para mejorar los servicios y la eficiencia de la planta, tanto en la recepción, potabilización, como en la distribución del vital liquido.
Estimaciones de quienes manejan esta dependencia de UMAPS indican que actualmente está en una eficiencia del 65%, sin embargo, con las mejoras que se están realizando esperan llegar a tener efectividad hasta del 98%.
¿Qué cambios?
Para repotenciar esta importante obra en materia hidráulica, se retirarán 78 actuadores hidráulicos análogos, que eran los encargados de mover automáticamente las compuertas para la distribución del agua que sale de la planta, por actuadores digitales.
"Todos (los actuadores) los teníamos que manipular manualmente, las compuertas las enganchábamos y las levantábamos con un tecle; entonces, con la automatización yo ahora voy a poder trabajar desde el centro de mando, a control remoto", destacó Ortega.

Agregó: "La idea es que estos actuadores se pongan a la par de una planta de primer mundo y poderlos controlar desde el centro de mando, que también es algo moderno".
Las compuertas o mamparas del floculador, donde ingresa el agua para ser tratada con los químicos, fueron cambiadas; las anteriores eran de fibra de vidrio y las nuevas fueron fabricadas de acero inoxidable para tener una mayor duración.
Otro de los cambios a resaltar en las mejoras a la subestación de El Picacho, es la utilización de arena de sílice; un material importado desde España, que es utilizada específicamente para que atrape las partículas dañinas en la filtración del agua que será de consumo humano.
"Esta planta, cuando todavía era SANAA (Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados), lo que buscaban era la privatización de los sectores, que le llamaban; entonces, era más fácil venderla en mal estado que en óptimas condiciones, buscaban llevarla definitivamente a la destrucción", aseguró Noel Ortega, jefe de la Subestación El Picacho.

El proyecto de recuperación inició en abril de 2024 y se prevé que culmine a finales del mes de mayo de 2025.
Racionamientos
Para poder potabilizar el agua y que se apta para el uso en los hogares capitalinos, es necesario utilizar varios químicos, entre estos: cal, sulfato de aluminio, polímero y cloro gas.
Sin embargo, de las plantas potabilizadoras que producen agua en la capital, la de El Picacho es la que menos cantidades utiliza debido a que el agua sin tratar que llega a ella es de muy buena calidad y no necesita tanto químico.
Esta se nutre de 23 pequeños afluentes que brotan de la zona montañosa de La Tigra, en San Juancito, Distrito Central (DC).