Tegucigalpa

Más de 50 barrios y colonias de la capital en alto riesgo por lluvias

Debido a las precipitaciones el suelo se encuentra saturado en un 100% por lo que los deslizamientos son inminentes. Monitoreos del Codem identifican tres alertas: verde, amarilla y roja en estas zonas

19.09.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las fuertes precipitaciones con que ha comenzado la segunda etapa del invierno han desnudado la vulnerabilidad que se creía reducida en la ciudad.

Muestra de ello es que en los últimos días el municipio ha sido el desafortunado escenario de familias que han perdido un ser querido o el patrimonio de toda una vida.

Hasta este sábado a las 2:00 de la tarde, el Distrito Central (DC) está bajo alerta amarilla, debido a las fuertes precipitaciones registradas, lo que ha generado en cuestión de semanas la saturación del 100 por ciento del suelo. Ello ha encendido las alertas por el riesgo a deslizamientos y movimientos de laderas.

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Otro peligro al que se enfrentan los capitalinos es la crecida de los ríos y quebradas que cruzan por las zonas residenciales de las ciudades gemelas.

Bajo monitoreo

Los monitoreos del Comité de Emergencia Municipal (Codem) de la Alcaldía capitalina han identificado un semáforo de alerta en 53 barrios y colonias de la ciudad que están bajo riesgo de inundación y movimientos de laderas. 37 de estos sectores se ubican en alerta roja.

Estas zonas son más vulnerables en la segunda etapa del invierno, ya que se presentan varios huracanes que no impactan directamente al país, pero que dejan fenómenos naturales con mucha lluvia.

Entre los sectores que se mantienen bajo vigilancia por riesgo de movimiento se enlistan las colonias Villa Nueva Norte y Sur, Los Pinos, Altos de Loarque, José Ángel Ulloa, José Arturo Duarte, Fuerzas Unidas, Nueva Danlí y Nueva Orocuina.

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Mil personas viven en
zonas de riesgos
naturales en el DC.

Al listado se suman las colonias San Francisco, Los Robles, Obrera, Campo Cielo, Kassandra, aldea El Lolo, aldea Suyapa, Canaán, El Reparto, El Edén, Altos de la Cabaña, La Cabaña, Guillén, Nueva Santa Rosa y El Bosque, entre otras.

Algunas de estas zonas se ubican a lo largo de las quebradas La Soledad y El Sapo, que según las autoridades del Codem son las que más daños y desastres ocasionan.

“Lo que genera problemas tan repentinos en la ciudad es cuando llueve en un punto determinado una cantidad de agua grande en poco tiempo. Eso sucedió el 15 de septiembre”, explicó Mario Reyes, gerente del Codem.

También se mantienen en monitoreo los ríos Choluteca, Guacerique y San José.

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Reyes explicó que parte del riesgo en el que se encuentran estos sectores se debe a que estos asentamientos humanos se han formado de manera improvisada y en zonas que son consideras inhabitables.

Además que la acumulación de basura y desechos de construcción afecta el buen funcionamiento del sistema pluvial.

Foto: El Heraldo

Según las autoridades locales, la basura que es arrojada en la vía pública y afluentes de agua es la principal causa de las inundaciones.

Los pronósticos

Expertos de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) decidieron bajar de amarilla a verde la alerta en el DC.

El Centro de Estudios Atmosféricos, Oceánicos y Sísmicos (Cenaos) pronosticó una tregua de pocas lluvias durante este fin de semana y el próximo lunes.

Para hoy disminuyen las posibilidades de lluvias y se estarían presentando chubascos leves de uno a cinco milímetros de agua.

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Sin embargo, Francisco Argeñal, jefe de meteorología del Cenaos, advirtió que todavía hacen falta 50 días para que finalice el invierno y que se prevé que a finales de este mes las lluvias sean fuertes y a diario en la capital.

“A partir de octubre se puede reportar mayor cantidad de precipitaciones e incluso actividad ciclónica cerca del país”, advirtió Argeñal.

El experto manifestó que con lluvias que muestren un acumulado de 40 milímetros en poco tiempo, la estabilidad en la ciudad se desvanece, ya que las inundaciones se presentan.

En julio se pronosticó que septiembre, octubre y noviembre serían los meses con mayor registro de precipitaciones.

“Lo que nos preocupa de la temporada ciclónica es que no sabemos dónde se van a formar y esperamos que no sea cerca del país”, concluyó.