Sucesos

“Le dimos a Rocky todos los cuidados, pero el instinto asesino le salió”, dice padre de Nahomy Argueta

Leopoldo Argueta, el progenitor de la niña, aseguró que los perros siempre fueron tratados con amor y cuidados
14.06.2022

LEMPIRA, HONDURAS.- La muerte de la pequeña Allison Nahomy Argueta Villalta en Lepaera, Lempira, ha llenado de consternación al país, pues ha dado pie a diversas teorías sobre lo que ocurrió el fatídico 8 de junio y además, ha pues sobre la mesa las opiniones encontradas de si se debería o no prohibir la tenencia de perros de ciertas razas como mascotas en Honduras.

La niña, que cursaba el cuarto grado de primaria en la Escuela Manuel Bonilla, presuntamente fue atacada a mordidas por un perro pitbull que su familia tenía como mascota. El padre de la menor, Leopoldo Argueta, contó compungido que la pequeña había salido al patio para recoger la ropa seca, ya que comenzaba a llover, cuando fue atacada por el canino, quien estaba amarrado con una cadena.

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En ese momento él no se encontraba en la vivienda, por lo que un tío de la niña lo llamó para contarle lo que ocurría; según narró, al llegar a la casa se encontró con una escena dantesca: su hija yacía sobre el suelo y tenía la cadena del perro enredada en su cuello, el cual estaba destrozado y del que emanaba sangre.

Pese a que hizo lo posible por salvarle la vida, Allison Nahomy murió, dejando a su familia devastada y a la sociedad hondureña aterrorizada, pues días antes también se habían reportado otros ataques a niños cometidos por perros de la misma raza.

Dudas en el caso

Sin embargo, defensores de los derechos de los animales también cuestionaron la versión dada por el padre de la menor en las entrevistas que brindó, pues en una de ellas contó que el perro tiene aproximadamente seis meses de edad, por lo que para muchos es descabellado pensar que siendo tan pequeño haya atacado a la menor hasta matarla.

Pero Leopoldo Argueta asegura que para él también era un hecho insólito semanas atrás, sobre todo porque nunca vio en el comportamiento del animal rasgos de violencia.

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“Durante esos siete meses yo jamás observé que Rocky fuera agresivo, más bien era muy juguetón, si yo hubiese visto que me indicara que era agresivo, lo hubiera alejado de mi niña o buscado regalarlo antes de esta desgracia”, lamentó el progenitor.

Leopoldo, que en las redes sociales se mostraba muy cercano a su única hija, agregó que tanto Rocky, como su madre, Kiara, siempre fueron tratados con amor, esto en respuesta a quienes aseguran que posiblemente fueron objeto de maltratos y eso motivó su comportamiento violento contra la niña.

“Les dimos a Rocky y a Kiara todos los cuidados que pudimos como nuestras mascotas, pero el instinto asesino le salió ese día. Son nuestras mascotas, eran de la familia”, recalcó.

Aún así, él mismo reconoció que en un momento de enojo y frustración por lo ocurrido con su hija atacó al perro, al punto que creyó que lo había matado.

“Ayer, yo con mi hija tendida, enloquecí. Créame que maté al animal, pero quizás algún demonio se le metió porque resulta que cuando vino el Ministerio Público, yo lo dejé muerto pero el animal volvió”, detalló el día del sepelio de la menor.

Pero Rocky resistió a los golpes y fue trasladado temporalmente a un refugio en el mismo departamento de Lempira; ahora, fiscales del Ministerio Público (MP) informaron que ya se encontró un lugar que adoptará al cachorro, se trata de la organización Arca de Noé de Siguatepeque, en Comayagua.

Por su parte, Kiara, la madre de Rocky, quien también ha sido señalada como sospechosa del ataque, continúa con la familia de Nahomy, pero también esperan que pueda ser adoptada por buenas personas dispuestas a darle el amor y protección que merece. Incluso, este ha sido un pedido hecho por Leopoldo, pues aseguró que a pesar de todo le sigue teniendo cariño.

Ante los rumores de que la perra también pudo participar en el ataque mortal a su hija, él aseguró que tiene muchas dudas, pues ambos animales estaban amarrados y separados por un muro. “Kiara estaba en el mismo patio, pero separados; donde yo encontré a mi hija había un muro de un metro de altura que mantenía aislados a los dos perros”, aclaró, al tiempo que mencionó que si los tenían amarrados era para evitar que se salieran de la casa y fueran atropellados.

Actualmente, las autoridades trabajan para esclarecer las dudas en torno al caso y una de las acciones a desarrollar consiste en someter a ambos pitbulls a un análisis con un psicólogo canino y además, realizar estudios odontológicos forenses sobre la autopsia.

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