Tegucigalpa, Honduras.- En el corazón del municipio de Gualaco, Olancho, un ambiente hostil se respira tras el hallazgo del cuerpo sin vida de la maestra Aleyda Cabrera Santos (38), quien era conocida por su compromiso con la educación. Sin embargo, su vida terminó en un acto que desató indignación y dolor.
La noticia llegó en la madrugada del lunes, cuando las autoridades confirmaron el hallazgo del cuerpo de la docente en una zona montañosa de la aldea La Peña.
Según la Unidad Nacional Antisecuestros (UNAS), Cabrera fue asesinada el mismo día de su secuestro, ocurrido el 14 de enero.
Las investigaciones llevaron a la captura de los implicados, quienes comparecieron ante un juez que les dictó medida de detención judicial.
Los detenidos son Óscar Eduardo Cálix y Santos Mauricio Ortiz Rivera, acusados por secuestro agravado y portación de armas. El jefe de la Policía de Catacamas, Cristian Nolasco, declaró que “en estas circunstancias se puede clasificar como un femicidio, ya que uno de los detenidos tenía un vínculo sentimental”.
En una declaración breve y llena de contradicciones, uno de los detenidos confesó que “si no lo hacía mi familia iba a pagar las consecuencias”.
Reveló que fue alumno de la víctima en un centro educativo de Gualaco.
Según información preliminar, los secuestradores contactaron a la familia de la docente pocas horas después de interceptarla, exigiendo tres millones de lempiras por el rescate y fijaron un plazo para el pago. La Policía no confirmó si el pago del secuestro fue realizado o no.