Sucesos

El rostro de la brutal violencia que no ve límites, sexo ni edad

En los meses de mayo y junio se han registrado crímenes contra comerciantes, periodistas, abogados, médicos y maestros, entre otras personas, en todo el país. Varios de ellos están impunes.

02.07.2012

La sociedad sigue siendo severamente golpeada por la ola de criminalidad que azota al país, un flagelo del que no se libran la clase alta, la media y ni la baja.

Empresarios, periodistas, abogados, maestros, médicos productores y hasta policías han sido víctimas de los criminales que operan con impunidad.

Muestra de ello es que la mayoría de hechos siguen sin ser resueltos por los cuerpos de investigación policial. Los meses de mayo y junio fueron trágicos para la clase media, sin dejar por un lado lo que diariamente sucede con miles de familias de los diferentes estratos sociales que pierden a sus seres queridos a causa del clima de inseguridad.

Los índices más altos de violencia se registran en las principales ciudades del territorio, específicamente San Pedro Sula y Tegucigalpa, donde las muertes violentas se han disparado.

Estadísticas de la Policía Nacional revelan que de enero a mayo del presente año se reportaron 2,819 homicidios.

Entre los departamentos más violentos aparece Cortés, con 551 muertes, y Francisco Morazán, que registró 490 en total. Los índices más altos se registran en San Pedro Sula y Tegucigalpa, donde la delincuencia ha tenido un repunte.

Hombres, mujeres y niños han sido víctimas de los maleantes, pero lo más lamentable es que los casos duermen bajo el manto de la impunidad.

También se han registrado muertes de personas connotadas en los departamentos de Olancho, Santa Bárbara, Atlántida y Yoro, entre otros.

Los autores materiales e intelectuales siguen sin ser capturados y la respuesta de las autoridades es que los casos están en proceso de investigación.

Golpe a la clase media

Durante mayo y junio sucedieron varios hechos violentos, en los que ciudadanos de clase media de ambos sexos se convirtieron en víctimas mortales de delincuentes comunes y de sicarios a nivel nacional.

Para el caso, el jueves 3 de mayo en el bulevar Suyapa, supuestos asaltantes terminaron con la vida de la empresaria María Elena Mejía de Valerio, de 58 años, a quien le dispararon con el afán de despojarla de 150 mil lempiras que había retirado de una institución bancaria.

En el mismo hecho resultó herida su acompañante Olga Pineda, quien sobrevivió de milagro.

Los autores materiales del sangriento suceso huyeron en un automóvil marca Honda Civic, color negro y hasta la fecha no han sido capturados ni identificados.

Cuatro días después le tocó el turno al periodista Erick Alexander Martínez Ávila, activista del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), quien apareció estrangulado en una cuneta, en el trayecto a la aldea Guasculile, carretera que conduce a Olancho. Martínez Ávila era miembro de la asociación política “Los Necios”, oficial de Relaciones Públicas de la Asociación Kukulcán defensora de los derechos humanos de la comunidad Lésbico Gay, Transgénero y Bisexual (LGTB), según lo revelado por testigos.

El martes 15 del mismo mes la sociedad fue sorprendida por el crimen del periodista y coordinador de noticias de la radio HRN, Ángel Alfredo Villatoro Rivera, quien cayó abatido a balazos en la residencial Las Uvas, por lo que los cuerpos de inteligencia iniciaron las investigaciones.
Villatoro Rivera fue secuestrado el miércoles 9 del mismo mes en la residencial Tres Caminos cuando se dirigía a su centro de trabajo y en un acto cobarde los presuntos plagiarios le quitaron la vida a pesar de las dramáticas súplicas de los familiares y amigos. La ola de criminalidad siguió sumando víctimas a su larga lista y el jueves 31 del mismo mes perdió la vida el odontólogo Jorge Ernesto Vivas Rico, a quien supuestos asaltantes le dispararon cuando se conducía en su vehículo marca Mitsubishi tipo camioneta, color negro, con matrícula PBZ-4267, acompañado por un hijo.

El sangriento ataque ocurrió a la altura de la residencial Loma Linda Sur.

La incidencia de crímenes siguió la misma rutina y el primer día de junio se registró el deceso de tres mujeres en la residencial Puerta al Sol, al sur de Lomas del Guijarro. Entre las víctimas se identificó a la comerciante Tania Carolina Lau Cooper, de 34 años y a sus empleadas Norma Suyapa Ramos Mendoza y María Aída Hernández Mendoza, quienes fueron asesinadas a puñaladas.

Por otra parte, el jueves 7 de junio en la segunda calle de la colonia Kennedy, frente al Instituto Jesús Milla Selva, pereció la comerciante Silvia Josefa Verde Rodríguez, de 56 años, propietaria de la repostería San Simón, quien habría sido atacada a balazos por presuntos extorsionadores.

Otro crimen repudiable que también conmovió a la sociedad capitalina fue el del menor Ebed Haziel Yánez Cárceres, de 15 años, quien el domingo 27 de mayo fue ultimado a balazos en la aldea Villa Vieja, supuestamente por militares que realizaban un operativo de rutina, según denunció su padre Wilfredo Yánez.

El 16 de junio en Universidad Norte de la capital, el doctor Raúl Fernando Aguirre Zelaya fue encontrado muerto en un apartamento con heridas de arma blanca (puñal), sin que se conozcan los móviles del crimen.

El miércoles 20 en El Carrizal fue acribillado a tiros el ganadero Cristóbal Moncada Espinal, de 68 años, originario del municipio de El Porvenir, Francisco Morazán, quien regresaba de una institución bancaria de retirar una fuerte suma de dinero, se supone que el móvil fue el robo, sin embargo, los malhechores huyeron con las manos vacías.

Él se conducía en un Toyota 3.0 color blanco, con placas PBZ-1710, junto a su hijo Cristóbal Omar Moncada, de 36 años, quien resultó herido y logró sobrevivir.

El día siguiente en el anillo periférico, a la altura de la colonia Lomas de Toncontín, perdió la vida el motorista y dueño de un bus urbano Maximino Avilez Matute, de 46 años, originario de Santa Ana, Francisco Morazán, quien fue atacado a tiros por un supuesto sicario cuando conducía la unidad de transporte con matrícula AAA-8717.

También en el anillo periférico, a la altura de la colonia Hato de Enmedio, malhechores que se conducían en un turismo negro mataron a la maestra Jenny Concepción Reyes, de 42 años, y resultó herido su esposo Arturo Ramírez, y un niño, hijo de ambos, pero hasta la fecha el caso sigue impune.

Violencia en el norte

Como parte de la criminalidad que azota al país, en San Pedro Sula se reportó la muerte violenta del subdirector y catedrático del Instituto Tecnológico de Administración de Empresas (Intae) Miguel Ángel Ramos Díaz, de 46 años, quien fue atacado a tiros en la colonia El Periodista cuando se dirigía a su trabajo en compañía de su hijo.

El profesional también era un miembro activo del Frente de Resistencia Popular.

Ya el 22 de mayo le había tocado correr la misma suerte al maestro de educación media Marco Antonio Álvarez Rubio, de 52 años, quien fue ultimado en su vivienda ubicada en la aldea La Flecha, municipio de Macuelizo, Santa Bárbara, por cuatro malhechores encapuchados, de quienes aún se desconoce la identidad.

Por otra parte, el 4 del presente mes en el bulevar que conduce de El Progreso, Yoro, hacia el puerto de Tela, Atlántida, fue ultimado a tiros por dos pistoleros motorizados el abogado y notario Héctor Javier Padilla Vásquez, en el interior de su vehículo. El crimen sucedió cerca del canal de televisión Teleprogreso.

El 21 de junio en El Progreso, Yoro, perdió la vida la profesora Lilian Alejandra Guerra Galeas, de 49 años, frente a su casa ubicada en el barrio

Quebrada Seca, donde fue atacada a tiros por un malhechor, quien anda prófugo de la justicia.
A estos crímenes se suman otra fuerte cantidad que se registraron en diferentes ciudades del país.

Crímenes sin resolver

La impunidad cubre la mayor parte de los crímenes debido a la falta de efectividad de los cuerpos de investigación policial.

De los casos señalados, apenas en cuatro se reportan capturas y los sospechosos enfrentan procesos judiciales y guardan prisión en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto.

Uno de los casos más avanzados es el de Villatoro Rivera, ya que los cuerpos de investigación policial capturaron a los hermanos Osman Fernando y Edgar Francisco Osorio Arguijo, así como a Marvin Alonso Gómez, tras un fuerte operativo ejecutado en la comunidad de El Cacao, Cofradía, Cortés. Los tres hombres se encuentran recluidos en el módulo de máxima seguridad de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto.

Tras allanamientos en una casa de la residencial Lomas de Germania, así como en una covacha donde estuvo cautivo el comunicador social, las autoridades encontraron evidencias que vinculan a los detenidos en el secuestro y asesinato, según confirmaron fuentes policiales.

Hasta la fecha suman seis los detenidos por el crimen y secuestro del comunicador social, mientras que los autores intelectuales siguen libres.

Sobre el crimen de las tres mujeres en la residencial Puerta al Sol, la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) capturó a Brayan Saíd Servellón, de 25 años, a quien se supone responsable de haber asesinado a puñaladas a Lau Cooper y a sus dos empleadas. Tras su captura en la colonia Hato de Enmedio, Servellón fue puesto a la orden del juzgado competente.

Por el asesinato del ganadero Moncada Espinal, la DNIC capturó a tres presuntos implicados el 25 de junio en el barrio Abajo, cerca de Casa Alianza.

La Policía también capturó a seis sospechosos del crimen del abogado Padilla Vásquez.
Mientras tanto, los responsables de otras muertes continúan prófugos de la justicia.

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