Fue un artista precoz, a sus 10 años, Tony Sierra ejecutaba el piano con destreza. Estaba en formación un maestro de la composición musical.
Con jocosidad cuenta que nació feo, pero que Dios lo compensó dándole habilidades en el arte de la melodía.
“He compuesto entre 80 o 100 canciones, han sido muchas”, asegura el actual viceministro de Cultura.
A sus 64 años no deja de crear ni de incursionar en nuevas aéreas, y por eso está por lanzar tres libros, uno de ellos es “Blanco y negro”, un poemario dedicado a la mujer.
¿Cómo logra aprender a tocar piano los 10 años?
Mi madre descubrió que yo tenía vocación para la música y me puso a recibir clases de piano con una señora que se llamaba Consuelo de Murillo Selva, fue extraordinaria, mi primera maestra de piano, con un talento humano muy grande, de ella aprendí el respeto por los demás en términos artísticos, aprendí a apreciar lo que hacen los demás y a no comparar.
¿En qué instrumentos más hizo sus pininos?
Aprendí guitarra, mi madre tocaba la guitarra y llegó un momento en el que yo ya había aprendido todo lo que me podía enseñar y por eso me puso un maestro, Leoncio López Fiallos. Don Víctor Donaire (padre), que amaba el jazz, fue una influencia decisiva en mi vida.
Mi padre fue un amante de la música clásica, él me enseñó el camino de la música clásica y de la ópera.
¿Aparte de músico, qué profesión tiene?
Yo soy licenciado en administración de empresas y tengo otro montón de estudios sobre derechos de autor, derecho constitucional y otros.
La música siempre ha sido una vocación y nunca tuve la intención de vivir de ella, pero de una u otra manera he vivido de ella, tengo un estudio de grabación, tengo una compañía productora de video, empresas asociadas con la comunicación.
¿Cuándo decidió que la música iba a ser su forma de vivir, considerando que pocos viven de la música?
Nunca lo decidí, era algo implícito. Yo cuento un cuento sobre mí mismo: cuando me estaban haciendo (procreando), el angelito de la orquesta que cuidaba la casa donde me estaban haciendo se distrajo con una angelita que le hacía guiños y se equivocó y me hizo bien feito, y como ya no se podía hacer nada (para quitarle lo feo) decidieron darme la música, las palabras y la imaginación para compensar.
¿Se considera feo usted?
Pues yo siempre me he considerado feo, yo no me he considerado... Bueno, yo me doy cuenta de cómo soy, nunca he sido vanidoso en ese sentido, pero sí creo que Dios fue generoso conmigo dándome el poder de la imaginación.
¿Cuándo se consolidó como músico?
Yo como músico soy relativamente mediocre, quizá lo más importante es mi capacidad para crear, no es que sea un músico habilidoso, porque no lo soy, pero soy un hombre capaz de crear desde una ranchera hasta música clásica y eso es una cosa tremendamente inusual.
¿Qué cosas difíciles enfrentó en el mundo de la música?
Por todas las que pasa un músico, desde problemas de carencia de dinero hasta el menosprecio de la sociedad que cree que el artista es un vago.
¿Qué tipo de cosas?
De todas, carencia de dinero para cumplir con las obligaciones y mantener a tus hijos o para mantener tus estudios.
¿Lo han tratado como vago a usted?
Pues no precisamente, pero sí hay gente que mira a un músico y dice “ah, es un músico,” y lo dicen con un entrecomillado despreciativo y uno es artista o no porque uno quiera sino porque Dios quiere.
¿Ya tenía hogar cuando experimentó penurias como músico?
Sí, a los 20 años ya estaba casado, tengo cuatro hijos y ya te imaginarás lo difícil que es mantenerlos. Me casé muy joven, uno de joven no premedita las cosas y desde luego estaba muy inmaduro, pero digamos que Dios me dio la paciencia y el sentido de la responsabilidad.
Uno a los 20 años es todo parranda y amanecer, vivir de fiesta.
¿Fue parrandero?
Como todo artista, pero de alguna manera mi padre me había inculcado un enorme grado de responsabilidad, mi padre tuvo que viajar a Cortés porque no encontraba trabajo en la capital y trabajó perforando boletos del ferrocarril.
¿Controló esa vida bohemia o la vida bohemia lo controló?
No, nunca tuve problemas con el alcohol, me tomaba mis tragos como cualquier persona y tuve mi temporada de fumador, pero en este momento no bebo, no fumo, trasnocho muy poco, me dedico a crear y yo le pido a Dios que me dé tiempo para terminar mis libros.
¿Cuál fue la situación más complicada por la que ha pasado en la música?
Más que complicada fue un momento iluminador en el que descubrí la relación de las palabras y el sonido, descubrir que la poesía estaba enormemente relacionada con lo que hacía, descubrí que las palabras me llegaban de una forma inesperada y quizá ocurrió cuando escribí el tema del Papa (Juan Pablo II) en 1983, a la hora del desayuno sentía la música en la cabeza y tomé una servilleta y comencé a escribir la canción de bienvenida (a Honduras) al Papa.
¿Cuántas canciones ha compuesto?
No sé, yo digo que entre 80 o 100 canciones.
¿Su mejor canción cuál es?
Eso es difícil, eso lo decide el público, pero para mí lo mejor es lo que estoy haciendo, estoy escribiendo canciones de carácter orquestal.
¿De qué se trata el libro que escribe?
Es un libro de poemas de amor, “Blanco y negro” se llama y se publican desnudos de mujer y yo tomo las fotos, pero son fotos artísticas, en blanco y negro. Yo siempre he creído que una de las cosas más hermosas es la mujer.
¿Algún hijo heredó la vena artística?
Yo creo que siempre heredan ciertas habilidades y es responsabilidad de uno encontrarlas y desarrollarlas; por ejemplo, mi hijo mayor, Norman, tiene habilidades visuales; mi hijo Juan Carlos está más desarrollado auditivamente, es productor de audio; mi tercer hijo, Cristian, tiene habilidades empresariales y mi hija también. Tengo además ocho nietos.
¿Como viceministro de Cultura cuál cree que es el principal obstáculo para impulsar la cultura?
El problema principal en Honduras es que los líderes no tienen conciencia de que la herramienta más poderosa que tiene Honduras no es el dinero ni las empresas sino la cultura, porque la cultura es la que hace que un país sea distinto.
¿En cuántos festivales de la OTI participó como músico?
En varios, participé con las canciones “Hermano hispanoamericano”, “Te amo” y otras. También fui el compositor de la canción que cantó Álvaro Torres en el festival de Viña del Mar en Chile, la canción se llama “Gracias”. Con Álvaro Torres seguimos siendo buenos amigos.
¿Cuándo comenzó a incursionar en política?
Desde siempre he simpatizado con el Partido Nacional y fui diputado suplente del diputado Rigoberto Chan Castillo.
¿Zanjó las diferencias que tuvo con el exministro de Cultura?
Nunca tuve problemas con él y siempre estuve a disposición para colaborar con él.