Siempre

Félix de Moya-Anegón: Es una anomalía que un docente no investigue

El fundador del grupo SCImago, el español Félix de Moya-Anegón, nos habla de los retos de la investigación científica en Honduras

FOTOGALERÍA
06.05.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Félix de Moya-Anegón vino a Honduras con una buena noticia, que ha pasado injustamente desapercibida entre tanto caos y show político.

Moya-Anegón es un académico, investigador y consultor internacional, fundador del grupo SCImago, que elabora uno de los rankings más prestigiosos del mundo para evaluar el trabajo de las universidades en materia de investigación.

Según este hombre de ciencia, la labor que la Universidad Nacional Autónoma de Honduras ha venido desarrollando la ubica como candidata para entrar en este prestigioso ranking global en los próximos años, siempre y cuando logre superar el umbral de trabajos investigativos mínimos requeridos.

Este es un reto positivo para la academia hondureña y Moya-Anegón nos pone en perspectiva sobre sus implicaciones, algunas carencias de nuestra educación superior y lo que significa tener una cultura de investigación. Conozcamos sus palabras.

¿Qué es SCImago?
Para explicar lo que es SCImago quizá hay que hacer un poquito de historia. Empieza siendo un grupo de investigación de la Universidad de Granada. Yo era decano de la facultad de Ciencias de la Información y dirigía un grupo de investigación que tenía una actividad híbrida porque desarrollaba sistemas de información y en ese sentido el componente computacional era muy fuerte, pero esos sistemas de información eran orientados a la evaluación y el análisis de conocimientos científicos en distintos países.

Allí desarrollamos un proyecto que se llama Atlas de la Ciencia y ese proyecto terminó dando lugar a que creáramos un spin-off, una empresa de base tecnológica incubada dentro de la propia universidad que termina haciéndose independiente.

SCImago es ahora una consultora que actúa al mismo tiempo como agencia de rating universitario y como una empresa de base tecnológica que desarrolla plataformas para apoyar sus actividades de consultoría y sigue desarrollando investigación.

La Universidad Nacional Autónoma de
Honduras podría entrar en el ranking de
alto nivel



¿Qué significa para una universidad pertenecer al ranking que ustedes realizan?
Es algo así como si me preguntara si un país aparece en el índice de desarrollo de la ONU o en el índice de países ordenados por la renta per cápita o por el producto interno bruto del Banco Mundial, ¿qué beneficios obtiene? No obtiene ningún beneficio.

Simplemente existe una referencia exenta de conflicto de interés, ajena a los intereses de la propia institución, que dice que esa institución de tal o cual manera trabaja en base a una metodología.

El valor que la sociedad le quiera dar a eso es su problema. He dicho que somos una agencia de rating, lo mismo que Moody’s. Medimos una serie de factores del conjunto de las instituciones que hacen investigación en el mundo. Usamos 18 variables, construimos un ranking global y a continuación hacemos lo mismo con todas las universidades iberoamericanas y hacemos otra versión del ranking.

Háblenos un poco de esas 18 variables.
Un 50% del indicador compuesto que usamos para rankear las universidades está concentrado en variables que tienen que ver con la actividad investigadora, no sólo producción, sino también variables de desempeño y variables de transparencia y visibilidad.

Un 30% tiene que ver con la componente de innovación y el 20% es lo que llamamos “societal factor”, que está basado fundamentalmente en indicadores procedentes de redes sociales.

Se supone que lo que estamos midiendo es un conglomerado formado por capacidades de generación de conocimiento, impacto científico del conocimiento generado, transparencia a la sociedad de ese conocimiento, transparencia a la sociedad del conocimiento en forma de procesos innovadores e impacto social medido a través de las redes.

Las revistas cuya tasa de endogamia
es alta no entran en los índices.

¿Alguna universidad de Honduras está en el ranking?
En el ranking global, no. Estoy aquí, entre otras razones, porque en las previsiones que hacemos todos los años (acabamos de sacar el ranking de 2019 hace unos días) la universidad con más posibilidades en América Central de entrar en el ranking en un futuro más o menos próximo es esta universidad, la UNAH. Por eso decidí venir cuando me lo plantearon.

Digamos que mientras las universidades no tengan expectativas de alcanzar ese umbral mínimo productivo, que son cien trabajos con visibilidad internacional al año, según Scopus, mientras no alcancen ese umbral, quiere decir que hay muy poco peso de la investigación en la vida de esa institución y, por tanto, digamos que esa es una teaching. No lo estoy calificando, simplemente describiéndolo. Digo que esa es una universidad docente que tendrá su función, pero que no es parte del conjunto de universidades que rankeamos.

¿Cómo se construye esa cultura de la investigación?
Lo primero es que ustedes deben entender que lo que es una anomalía desde el punto de vista del desarrollo de los sistemas de educación superior en el mundo es que los profesores en las universidades sean solo docentes. Esto es una anomalía.

realmente la pregunta que hay que contestarse aquí es ¿qué hace una universidad que no investiga para evitar que veinte años después del egreso de un profesor entre en un salón de clases a contar lo mismo que le contaron a él hace veinte años.

La pregunta no es oiga, ¿cómo se hace para que un profesor al mismo tiempo dé clase y tal...?, como si se le estuviera pidiendo que hiciera unos ejercicios malabares sujetando catorce bolos al mismo tiempo en el aire. Mire, me está pidiendo que haga tres cosas que son las tres funciones del académico en todos los países con educación superior desarrollada.

¿Qué es lo que ha sucedido en muchas universidades de la región?
Lo que ha sucedido es sencillamente es que se ha atendido lo que era más perentorio. Y lo que era más perentorio ¿qué es? Que hay unos estudiantes en un salón de clases esperando que venga alguien a ocuparse de ellos. Y una vez que se ha resuelto ese problema, pues nada más.

¿Cómo lograr eso en un país como Honduras, pobre?
Voy a decir una cosa que va a parecer una obviedad, pero creo que es necesario abordarlo. Lo primero que hay que hacer es no hablar con quien no se debe de asuntos que no son de su responsabilidad.

Es decir: plantearles a un grupo de profesores si hay que resolver un problema de financiación es un esfuerzo inútil porque no tienen esa responsabilidad. Para lo único que sirve es para conducirnos al territorio de la melancolía, a que lloremos porque no hay recursos. Ya sabemos que no hay recursos.

La cuestión es cómo es posible que Honduras esté creciendo en producción científica si tiene hoy los mismos pocos recursos que ayer. Pues es posible porque algo más faltaba, además de los recursos. ¿Y qué es eso otro que faltaba? Al final del día necesitamos que cada uno haga su parte y cuando se habla de cultura académica, la cultura académica comienza porque el profesor asuma que tiene tres roles y que debe tratar de desarrollar lo más armónicamente posible esos tres roles.

Y también por asumir que tiene carencias en lo que tiene que ver con la redacción científica, el conocimiento del sistema mundial de publicaciones, las métricas de evaluación de la investigación. Y que todo eso debe aprenderlo.

Creo que cuando el profesor se da cuenta de que tiene esas carencias y que tiene que salir de su zona de confort, y esa zona de confort es la zona en la que solo se da clase. Y no solo es que eso sea ni más cómodo ni menos cómodo. Sencillamente es parte de la rutina en la que el profesor está instalado desde que empezó. Cuando eso empieza a pasar, el profesor hace una demostración de que es posible publicar.

En ese caso, la universidad puede reaccionar diciendo 'voy a reducir la carga docente de aquellos que han obtenido algún resultado'. Ahí empieza a haber un cambio en la utilización de los recursos para apoyar más a aquellos profesores que asumen esa cuota de responsabilidad frente a los que no lo hacen.

Luego, el gobierno tendrá que ver cómo aumenta la inversión en ciencia, tecnología e innovación. Pero esa es la responsabilidad del gobierno. Esa no es la responsabilidad de los profesores; los profesores tienen otra responsabilidad. Me parece que en este asunto, cuando se debate, con demasiada frecuencia los profesores pretenden tener un papel que no les corresponde.

Porque, insisto, ¿cómo es posible que esta universidad haya crecido -mucho, además- en los últimos tres o cuatro años en producción científica si realmente no se han destinado recursos ingentes a movilizar la investigación? Porque tampoco existen esos recursos. Por tanto, creo que hay necesidad de cambios culturales que no requieren recursos económicos, sino un cambio de mentalidad en lo que tiene que ver con los roles del profesor. Además hay que movilizar recursos.

Félix de Moya-
Anegón

Se doctoró en cienciometría en la
Universidad de Granada, en 1992.
Actualmente es el investigador
principal y fundador del grupo
SCImago, que, además de hacer
investigación y consultorías para
diversos países, mide la influencia
de las revistas y publicaciones
científicas. Es un destacado
académico entre cuyas principales
líneas de investigación están: las
técnicas avanzadas de recuperación
de información para el desarrollo
de sistemas de información en
tiempo real y el diseño de sistemas
de información en el ámbito de la
cienciometría como instrumentos
de ayuda en los procesos de toma
de decisiones.

¿Podría aclararnos, para información general, qué significa que una universidad tenga una revista indexada en un ranking como el de SCImago?¿Cuál es la diferencia respecto a una universidad que tiene una revista que no pertenece a un índice de esta naturaleza?
Yo no lo plantearía como un problema para la universidad porque hay implícita una consideración que es un poco difícil de justificar, y es la consideración de que la universidad se va a beneficiar con el hecho de tener una revista. Desde el punto de vista de nuestro ranking, por ejemplo, la cantidad de producción que tienes en revistas propias reduce el valor del indicador compuesto. Es un indicador negativo.

Sin embargo, el número de revistas indexadas que tienes internacionalmente es un mérito. Luego, lo que parece que estamos buscando son instituciones que tengan éxito superando el filtro de entrada en los índices internacionales con sus revistas, pero cuyas tasas de endogamia sean enormemente reducidas.

Lo que no parece razonable es que en un mundo de procesos de generación de conocimientos que están sometidos a revisión por pares, una universidad se dedique a favorecer la entrada de sus académicos en una publicación que ha sido indexada. De hecho, una de las razones por las que las revistas no entran en los índices es que su tasa de endogamia es muy alta.

¿Cómo persuadir a los funcionarios universitarios de darle importancia a la publicación que va hacia afuera, a los artículos que los académicos de nuestras universidades deben colocar en revistas indexadas internacionalmente?
Cuando un académico publica, si el sistema nacional es como debe ser, de acuerdo con estándares internacionales, lo que debe buscar es publicar en la revista que esté mejor rankeada. Eso forma parte del problema que estoy planteando. Al mismo tiempo debe huir de la publicación editada por su propia institución.

Nadie puede creer que instituciones que tienen tantas dificultades para producir y que les acepten trabajos en revistas internacionales van a tomar decisiones absolutamente neutrales e independientes cuando decidan qué publicar o no. Es lo que hace el editor de la base de datos: lo que dice es 'usted tiene una revista en la que la mayor parte de los trabajos tienen al menos un coautor que es de la propia institución; usted tiene una revista para favorecer el desarrollo curricular de sus propios profesores y, por tanto, esta no es una auténtica revisión por pares, sino que las decisiones que se han tomado de publicar están afectadas por conflictos de interés'. Esta es la visión que hay desde afuera sobre las universidades que hacen esto.

Se invierte más en investigar para construir objetos fetiches que se venden, por ejemplo celulares, que en otra cosa. ¿Qué debe hacer un hombre de ciencia, un investigador, ante esa lógica comercial?
La mayoría de las investigaciones que hacen hoy día en el mundo no son investigaciones precisamente rentables. Les cuento a los investigadores con frecuencia cómo es la producción científica de esos tres millones y pico de trabajos de investigación internacional que se producen cada año.

El 20% de esos trabajos nunca recibirán una cita. ¿Y eso qué significa? Pues que no han merecido ni siquiera la atención del que los escribió para autocitarse. Eso es revelador del escaso valor que tiene esa investigación. Es revelador, en realidad, más de que se produce mucho y, por tanto, es como si en el mundo de los medios de comunicación impresos hubiera una inflación de diarios y muchos de ellos quedaran apilados en los quioscos sin que nadie los compre, se los lleve. Esos serían los trabajos no citados.

Se produce mucho y la citación se concentra sobre aquello que a los investigadores les parece más relevante, más significativo. Pero es una demostración de que hay también mucha producción de conocimiento que es poco relevante incluso para la propia comunidad científica.

En segundo lugar, es importante establecer la distinción entre los que se llaman desarrollos disciplinares en el mundo de la generación de conocimiento y desarrollos tecnológicos o de aplicaciones para la resolución de problemas, etcétera. Estos son temas diferentes.

En el primer caso puede haber investigadores que estén haciendo contribuciones al desarrollo disciplinar, pero en cuanto a esas contribuciones al desarrollo disciplinar el problema no es que no sirvan para nada: es que no sabemos para qué sirven.

Pongo siempre un ejemplo que creo que dejaré de poner porque no es muy bien comprendido, pero para un matemático probablemente significaría algo. Tengo algunos colegas matemáticos que se dedican a espacios de Banach, y les he preguntado mil veces '¿puedes explicar esto de los espacios de Banach... para qué sirve?' Y la respuesta de los matemáticos es 'para nada'. Es una pura especulación matemática para desarrollar conocimiento en el mundo de las matemáticas.

La pregunta que cabría hacerse, con perdón, un tanto naíf, es 'nosotros somos un país pobre... ¿podríamos invertir plata para hacer algo que no se sabe para qué sirve?' La respuesta que se me ocurre de manera inmediata es '¿ustedes quieren formar matemáticos o no? ¿O van a renunciar… aquí no se pueden formar matemáticos?' Los matemáticos que se quieran formar tendrán que ir por acá y por allá. Porque si van a formar matemáticos, la actividad de investigación en el desarrollo disciplinar es el motor de la formación de esos matemáticos.

Otra cuestión distinta -y ya entramos en el terreno de la política- es cuántos recursos vamos a dedicar a eso. Ah no, cero. Si usted quiere, cero. Porque usted tiene pocos recursos y los quiere dedicar a una serie de situaciones priorizadas que son de trascendencia social y económica en el país, perfecto.

Nada que objetar, pero de todas maneras seguirá habiendo quienes, buscando los recursos por su cuenta, quieran trabajar en el desarrollo de las disciplinas y no creo que haya que perseguirlos porque estén haciendo algo inconveniente. Simplemente forman parte de esos otros objetivos que tiene la investigación, relacionados con la formación de los académicos.

¿Cómo ve el estado de la investigación en España? ¿Va teniendo una mejoría en calidad y cantidad o hay un retroceso respecto a tiempos pasados?
Ahora estamos claramente en un periodo de mejoría porque España tiene una estructura institucional de investigación muy sólida, construida desde hace muchos años, prácticamente desde el final de la Guerra Civil, en los años 40.

Una estructura fundamentalmente basada en la articulación de tres tipos de centros: centros públicos de investigación, dedicados solo a hacer investigación, con una gran institución que agrupa más de 200 de esos institutos, que es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas; universidades en las que los profesores son en su mayor parte profesores de tiempo completo y tienen la obligación, para transitar por la carrera académica, de hacer investigación.

Hay un sistema final de evaluación de los investigadores que cada año evalúa a los investigadores que solicitan esa evaluación.

Este año, el nuevo presupuesto ha crecido significativamente. España está invirtiendo ahora mismo en torno al 1.5% de su producto interno bruto.

Estamos todavía lejos de la media en inversión en la Unión Europea porque Alemania o Inglaterra y los países nórdicos invierten mucho más. España es el cuarto país de la Unión Europea y tiene una tasa de inversión muy fuerte.

Para que se hagan una idea: España es un país que no invierte mucho en ciencia, comparativamente con el resto de los países europeos, sobre todo el norte y centro de Europa; sin embargo, no hay un país en América Latina que invierta tanto en términos relativos, no brutos. El país que está más cerca es Brasil, que está invirtiendo ahora mismo el 1.2% de su producto interno bruto.

Mientras tanto, la mayoría de los países, en particular los centroamericanos, están debajo del 0.2% de su PIB.

¿Cómo motivar y formar jóvenes investigadores en la universidad?
Ayer me hice la pregunta retórica de por qué aquí no hay más resultados de investigación y la respuesta que me di es porque no hace falta. ¿Por qué no hace falta? Sencillamente porque no es necesario para desarrollar una carrera académica.

El mejor mensaje que podrían recibir los jóvenes es que al dedicarse a la investigación podrían iniciar una carrera académica, pero, si aquí se puede iniciar una carrera académica siendo ágrafo, pues es un mal mensaje para los jóvenes, francamente.

Creo que eso es parte de la cultura que debe cambiar. Los esfuerzos que hace la universidad en ese sentido me parece que están bien alineados

Ustedes tienen una situación un tanto peculiar que yo comentaba, que es esto de que realmente Honduras no tiene un organismo nacional de ciencia y tecnología porque el organismo nacional de ciencia y tecnología de hecho es esta universidad en la medida en que tiene una función directriz de la política pública de ciencia y tecnología en el país.