Los rusos tienen la mirada puesta en Marte, el enigmático planeta rojo, y para ello han realizado simulacros y lanzado varias naves espaciales. En este último tema, los resultados no han sido los esperados, pero eso no desviado a los científicos de su objetivo.
El lanzamiento la sonda Fobos-Suelo, el pasado 9 de noviembre dio un giro inesperado.
La nave no pudo tomar su trayectoria hacia Marte y fue considerada “perdida”, tras fracasar los intentos de recuperar su control. La sonda enviada al planeta rojo se quedó atascada orbitando el planeta equivocado: el nuestro.
Y podría estrellarse contra la Tierra en un par de semanas si los ingenieros no logran ponerla de nuevo en marcha.
Expertos espaciales esperaban que los motores de la sonda espacial se puedan encender para enviarla a Marte. De lo contrario, se desplomará a Tierra.
Sin embargo, la mayoría de los expertos en desechos espaciales de Estados Unidos creen que las 12 toneladas de combustible tóxico que lleva a bordo explotarían en la atmósfera superior sin causar daños y la nave nunca llegaría al suelo.
El percance en el lanzamiento fue el último en una serie de recientes fallos rusos que han despertado preocupación sobre el estado de la industria espacial del país.
La sonda no tripulada Fobos-Suelo fue lanzada exitosamente por un cohete impulsor Zenit-2 poco después de la medianoche de Moscú el martes 9 de noviembre desde el cosmódromo que los rusos alquilan en Baikonur, Kazajistán. Se desprendió del cohete propulsor unos 11 minutos después y debía activar sus motores dos veces para dirigirse hacia Marte.
Ninguno de los motores se encendió. Así que la nave no pudo salir de la órbita terrestre, y vuela a entre 129 y 212 kilómetros sobre la Tierra. Y esa órbita ya se está deteriorando, de acuerdo con seguimiento por satélite estadounidense.
La Agencia Espacial Federal rusa dijo que la órbita de la sonda y sus fuentes de energía le podrían permitir dar vueltas a la Tierra durante aproximadamente dos semanas. Eso concuerda con los cálculos realizados por la NASA.
LA MISIóN DE FOBOS. El objetivo de la sonda era obtener muestras del suelo de Fobos, una de las dos lunas de Marte, y regresarlas en una audaz expedición que según algunos científicos podría incluir trozos de Marte atrapados en su luna.
El director de la Agencia Espacial Rusa, Vladimir Popovkin, dijo que el sistema de orientación de la nave pudo haber fallado.
El esfuerzo de rescate ruso fue obstaculizado por una limitada red de comunicaciones con el espacio. Incluso antes del problema, los controladores de vuelo se vieron obligados a pedir a personas en Sudamérica que exploraran el cielo para ver si los motores de la nave se habían encendido.
Astrónomos aficionados fueron los primeros en divisar el problema cuando detectaron que la nave había quedado en órbita terrestre.
La agencia rusa dijo que establecerá sus propios equipos de inspección de calidad en las fábricas de cohetes.
La Fobos-Suelo, de 170 millones de dólares, es la primera misión interplanetaria rusa desde una fallida misión robotizada a Marte de 1996.
Si los expertos rusos logran reactivar la nave, alcanzará la órbita marciana en septiembre del 2012 y descenderá sobre Fobos en febrero del 2013, para traer de regreso hasta 200 gramos (7 onzas) de muestras del suelo en agosto del 2014.
EL SIMULACRO. Permanecer encerrados dentro de módulos hacinados y sin ventanas durante casi año y medio, bajo la vigilancia las 24 horas de varios científicos, fue un desafío muy duro para una tripulación internacional de seis investigadores que simularon una misión a Marte.
Los conejillos de indias humanos, que completaron un viaje simulado de 520 días al planeta rojo, dijeron el martes que se ayudaron a sobrellevar el reto de la fatiga y el estrés del aislamiento con varios métodos simples: ejercitarse, leer libros y aprender idiomas, pero sobre todo mantenerse ocupados con el trabajo.
La tripulación de tres rusos, un francés, un ítalo-colombiano y un chino pareció animada y feliz en su primera conferencia de prensa después de dejar su encierro el viernes pasado.
“Yo quería participar en una aventura muy interesante y también hacer algo útil para la humanidad. Ahora me siento feliz de haber tenido éxito”, dijo el líder del equipo, el ruso Alexey Sitev.
Agregó que no hubo conflictos entre los miembros gracias a un eficiente entrenamiento psicológico antes de la misión.
“En realidad pensé que me sería más difícil y estresante, pero me sorprendió lo bien que fue”, dijo Sitev, un exbuzo de la Armada rusa de ojos azules y voz suave. Sitev, quien se casó apenas unas semanas antes del inicio de la misión, dijo que su esposa aceptó estoicamente su ausencia.
“Claro que ella hubiese querido que me quedara en casa, pero confió en mí y sentí que ella tenía que lidiar con eso, porque era necesario que yo participara”, añadió.
Los científicos dijeron que el régimen de tanto tiempo sin luz natural ni aire fresco estresó a los miembros del equipo a medida que se cansaban cada vez más de la compañía de los demás.
Advirtieron, sin embargo, que los retos del aislamiento fueron más fuertes en esta misión simulada que en una real, debido a que este experimento careció de la euforia y el riesgo de un verdadero vuelo espacial.
Un vuelo real a Marte está lejos todavía debido a varios desafíos, entre ellos la creación de un escudo protector compacto para la mortífera radiación espacial.
LA NASA EN EL TERRERO. Los estadounidenses están muy adelantados. La NASA está en plenos preparativos para enviar el próximo 25 de noviembre a Marte el vehículo robot más caro y más grande hasta ahora, con la misión de explorar señales de vida pasada en el planeta rojo.
El robot explorador, llamado Curiosity, albergará el laboratorio móvil más complejo enviado hasta ahora a Marte: el Laboratorio Científico Marciano (MSL), y está preparado para partir con la misión de investigar si hay condiciones ambientales para la vida -así sea de microbios- en el vecino planeta.
La partida está programada para las 10:21 AM el 25 de noviembre desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, en la Florida. En caso de algún contratiempo, la NASA se ha fijado un plazo hasta el 18 de diciembre para el lanzamiento.
EXPLORACIONES. La primera sonda en visitar Marte fue la Marsnik 1, que pasó a 193,000 km de Marte el 19 de junio de 1963, sin conseguir enviar información.
El 4 de julio de 1997 la Mars Pathfinder aterrizó con pleno éxito en Marte y probó que era posible que un pequeño robot se pasease por el planeta.
En 2004 una misión científicamente más ambiciosa llevó a dos robots Spirit y Opportunity que aterrizaron en dos zonas de Marte diametralmente opuestas para analizar las rocas en busca de agua, encontrando indicios de un antiguo mar o lago salado.
La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó la sonda Mars Express en junio de 2003 que actualmente orbita en Marte. A este último satélite artificial de Marte se le suma la nave de la NASA Mars Odyssey, en órbita alrededor de Marte desde octubre de 2001.
La NASA lanzó el 12 de agosto de 2005 la sonda Mars Reconnaissance Orbiter, que llegó a la órbita de Marte el 10 de marzo de 2006 y tiene como objetivos principales la búsqueda de agua pasada o presente y el estudio del clima.