Revistas

Doctor Mario Rivera: 'Cuando uno está jodido solo la familia está con uno”

02.02.2013

Sus pininos en la radiodifusión de Honduras los dio en la década de los 70 en una emisora hecha de “calaches”, en la cual la corta señal que lanzaron fue por medio de un poste del tendido eléctrico y la música era de discos sustraídos de su mamá.

Así comenzó la aventura en el mundo de las ondas etéreas Mario Ernesto Rivera Vásquez y, tras casi 30 años en ese ambiente, todavía vive con pasión estar en la cabina de Radio América para dirigir su programa “El médico y su salud”.

El galeno de voz armónica, exregidor de la alcaldía capitalina y actual diputado del Congreso Nacional por el Partido Innovación y Unidad (Pinu) ha trasladado su perspicacia al Poder Legislativo y es una figura de respeto, pese a que “a los partidos pequeños nos tiran a matar”.

Convaleciente de una tromboflebitis que lo mantuvo dos meses sin caminar, Rivera Vázquez recibe a EL HERALDO en su consultorio para conversar sobre su vida, sus elevaciones y caídas, sus triunfos y desencantos.

¿Se siente más cómodo frente al micrófono o en su consultorio?

Como en el micrófono ejerzo la medicina ahí me siento pleno, el programa me llena, me satisface hacerlo porque lo diseñé yo, y siento que es una creación mía que dio resultados y todavía después de 21 años tenemos el mayor rating de la radiodifusión nacional en programas de salud.

¿Cómo comenzó el programa “El médico y su salud”?

Yo hice los primeros años de medicina con Rodrigo Wong Arévalo, en clases generales en la UNAH, estudiábamos juntos y a veces íbamos a la radio y luego conocí al doctor Ricardo Antonio Redondo Licona y me invitó a desarrollar algunos temas en el programa “Los barberos”.

Cuando muere Ricardo, luego Luis Villafranca me invita a desarrollar programas de medicina y así es como me acerco a Radio América.

Un día el director de Radio América, don Carlos Téllez, me dice que han pensado en mí para un programa y la verdad es que yo estaba a full (tiempo completo en su consultorio) y me pidieron que hiciera un modelo de programa y es el mismo que tiene ahora. El trío que se reunió para llamarme fue Mauro Alcides Rodríguez, Luis Maradiaga y Carlos Téllez.

¿Esa fue su primera experiencia en radio?

No, mi primer contacto en radio fue en Radio Comercial, la que después fue Radio Walcho, con Omar Rodríguez.

Creo que creamos la radio tres personas, Julio Banegas, Omar Rodríguez y yo tuvimos que robarnos un poste de la ENEE para ponerlo como antena. Omar había puesto la radio de calaches. Primero se oía en dos casas, luego en un sector y después en toda la 21 de Octubre. Pusimos una antena después y ya se oía en la San Miguel y en La Esperanza.

Yo le robé los discos a mi mamá, poníamos los discos y ahí empezó la radio.

Yo me acerqué a Omar para curiosear qué era lo que hacía cuando armaba la radio y le dije que si me quedaba y me dijo que sí. Yo tenía unos 15 ó 16 años.

¿Pero también fue narrador?

Luego de estar ahí, participé en un campeonato femenino para narrar el campeonato, que organizó René Coello de Radio Moderna y de ahí salimos varios locutores como Carlos Gris, Jimmy Arturo Rodríguez y Ángel Valentín Aguilar, allá por los años 70.

¿Pero luego se desliga de la radio?

Tomamos varias trayectorias, ya no podíamos compartir la radio ni ninguna actividad radial hasta que en la facultad de Medicina se había abierto una programa que se llamaba Utes, que preparaba diapositivas y pequeños filmados en apoyo a los estudiantes de medicina y me dijeron que narrara los filmaditos y me convertí en el narrador oficial. Luego, como le dije, vinieron de Radio América a proponerme que hiciera el programa “El médico y su salud”.

¿Dónde ha ejercido como médico?

Yo fui el segundo médico en la colonia Kennedy después del doctor Óscar Mejía y ya tengo 30 años.

¿En el sistema de salud ha trabajado?

Muy poco, trabajé ad honórem como director del programa de educación en salud y luego, cuando me gradué, trabajé en el hospital Mario Mendoza.

Yo quería ser psiquiatra y prácticamente estaba en el segundo año de especialidad cuando un amigo muy, muy querido y muy admirado por mí me quitó el empleo.

Yo me vi en aprietos porque tenía que pagar la beca de Educrédito para estudiar y ya tenía hogar porque me casé en 1982. Yo estaba sin plaza, sin plata; mi esposa me ayudaba porque ganaba 400 lempiras y con eso nos manteníamos.

¿Cómo hizo para superar el problema?

Hubo un gesto muy bonito. Me dieron trabajo en el Seguro Social, pero por chismes de una doctora que le dijo al director que yo era comunista, me destituyeron y no pude más, pero hubo un doctor, una alma de Dios, que me dijo que le viera la mitad de sus pacientes y me daba la mitad de su sueldo y así pude sobrevivir y luego el licenciado Palmar, que era jefe de personal, me empezó a dar sustituciones y así pude superarme.

Me acuerdo que un 23 de diciembre yo no tenía nada de dinero, ni para mis hijos, ni para mi esposa y veo que había un bulto de gente en la Pagaduría y pregunté y me dijeron que era gente que no le habían pagado y que ahí les estaban dando los cheques y fui y me dieron 15,000 lempiras y en aquellos tiempos 15,000 lempiras era una fortuna.

¿A qué se debió el chisme de que usted era comunista?

Porque cuando yo estaba en la Universidad pertenecía al FRU (Frente de Reforma Universitaria) y luego fundé la FUR (Fuerza Universitaria Revolucionaria) y en aquel tiempo significaba ser una persona combativa y se me tildó de comunista e incluso los servicios de inteligencia del país me tenían como el enlace con la guerrilla salvadoreña. Cuando yo fui presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras conseguimos la asignación del seis por ciento del Presupuesto para la Universidad.

¿Qué tanto se vinculó con esos grupos de izquierda como para que lo vincularan con la guerrilla?

No, ese fue el calificativo que me dio la Dirección Nacional de Investigación, no sé por qué.

¿Y usted cómo supo que estaba señalado como enlace de la guerrilla?

Ah, porque una vez que me capturaron me dijeron así y casi me pierden, estuve perdido como dos días.

¿Adónde lo tuvieron?

En Choluteca, me agarraron en San Lorenzo y de ahí no sé para dónde me llevaron porque me montaron a una “paila”, me pusieron los pies en la cara y en el cuerpo y después me pusieron una capucha, me pusieron en el suelo y perdía la noción del tiempo, creo que fueron uno o dos días y luego sentí que me llevaron y me soltaron en el edificio de la Policía en Choluteca.

¿Lo interrogaron?

Pues todavía no je, je, je, nadie me preguntó nada.

¿Dónde lo capturan?

Me detienen en San Lorenzo, yo venía en un bus de Ticabus de Nicaragua, venía de una reunión de presidentes estudiantiles de Centroamérica y en aquel tiempo ir a Nicaragua era...

¿Cree que lo iban a matar?

Sí, cuando me llevaron en la “paila” me ponían rifles en el cuello y me decían que me iban a matar.

¿De qué se enfermó y cómo está su salud?

Pues mejor ahora, pero he estado con muchos tropiezos, con una tromboflebitis en la pierna, tengo una miositis en la misma pierna, un dolor impresionante que me obligó a estar sin caminar. Tuve en mi familia el respaldo total, uno tiene amigos cuando está en la época de bonanza.

¿Conoció a sus verdaderos amigos estando enfermo?

Sí, aunque yo no soy muy sociable como pareciera.

¿Cuánto tiempo estuvo sin caminar?

Como dos meses y estuve haciendo el programa desde mi casa con la ayuda de Marlen Allen.

¿Dicen que los médicos son los peores pacientes?

A nosotros nos dicen “becas”, así se dice de los pacientes difíciles y le cuento que una visitadora médica me hizo un chiste porque le dije que venía del reumatólogo, del ortopeda, del neurólogo, del radiólogo, del gastroenterólogo y ella me dijo: “a la p... solo falta que te vea el ginecólogo”.

¿Dónde sacó sus especialidades?

En España fue con un sacrificio personal y en Argentina fue con una beca que me dio la OPS. Fue muy atractivo estar en Argentina y fui el primero diplomado en medicina del trabajo que vino al país, pero la empresa privada de ese entonces no entendía que el médico es el que supervisa los riesgos en el trabajo, como lo había hecho en Argentina.

¿No lleva el apellido de su padre?

No fui reconocido, llevo los dos apellidos de mi madre. Mi madre fue madre soltera.

¿Tuvo trato con su papá?

Muy poco y la única vez que traté fue muy traumático y él está muy enfermo ahora y tengo ganas de ir a verlo para pedirle disculpas por haberle tenido tanta animadversión antes, porque sea como sea es mi papá. El está enfermito, se cayó y se fracturó la cadera y sí tengo ganas de irlo a ver, lo que pasa es que todavía no localizo dónde vive; vive en Santa Lucía, antes vivía en Tegucigalpa, pero abandonaron las casas y no lo localizo en Santa Lucía.

¿Quiere decir que hubo mucho sacrificio de parte de su madre para mantener el hogar?

Sin duda, ella nos trajo a Tegucigalpa en 1963 cuando el golpe de Estado de Oswaldo López Arellano a Ramón Villeda Morales, cuando iba de candidato presidencial Modesto Rodas Alvarado, que era mi padrino porque yo crecí con los Rodas Alvarado porque fuimos vecinos en Sabanagrande.

¿De qué trabajaba su madre?

Ella era enfermera y trabajaba donde le decían, trabajó en el Seguro Social y por eso nos trajo a todos a vivir en Tegucigalpa. Yo recuerdo oír llorar a mi mamá porque no tenía para el desayuno y mamá tuvo que trabajar dos turnos, trabajaba 16 horas diarias para mantenernos y de manera relativa pasamos una infancia y adolescencia tranquila pero con sacrificio, verla con las várices en las piernas, el dolor de piernas, decir ya no aguanto más. Ella acaba de morir hace un año.

¿Cuántos hijos tiene?

Tengo dos hijos antes de casarme, un hijastro que quiero mucho y luego en el matrimonio solo tenemos uno. Mi esposa es trabajadora social y en las vueltas de la universidad nos conocimos.

¿Cuáles son sus orígenes en la política?

Incursioné en el Partido Liberal con decepciones continuas porque me metía con mucha gana y me salía muy bravo.

¿Por qué?

Era una envidia terrible, no lo dejaban aspirar a uno. Luego hicimos con Tito Livio Sierra, con quien fuimos compañeros de primer curso hasta que nos graduamos y fue el primer amigo que yo hice en el Instituto Central.

Después de eso Gabriela Núnez, que es prima mía, se tira como candidata y yo le digo que le voy a ayudar y comienzo a tener reuniones en Sabanagrande y otros municipios del sur de Francisco Morazán y un día en una reunión en Sabanagrande tenía a una persona organizando y nunca me presentaron y ahí se terminó mi actividad política en el Partido Liberal.

Después llega Jorge Aguilar y Carlos Sosa Coello porque querían que fuera candidato a alcalde de la capital por el Pinu y les dije que lo iba a pensar y eso digo cuando voy a decir que no. Me dijeron que no me iban a pedir que yo fuera del Pinu y acepté y gané una regiduría (2002-2006) y fue la primera vez que el Pinu ganó por primera vez una regiduría y esa fue mi experiencia más agradable en la política por el equipo que formamos.

¿Ha sido igual de agradable su experiencia en el Congreso?

Por parte del Pinu sí; por parte del Congreso no, porque los partidos grandes nos tiran a matar a los partidos pequeños. Ahora partidos pequeños como la Democracia Cristiana ha sido absorbido por el Partido Nacional y la UD por Libre, ahora solo son el nombre.

¿Qué ilegalidades han habido en el Congreso?

Por supuesto, todos esos decretos inconstitucionales. Juan Orlando todo lo hace a la carrera y hoy no sabemos qué hay en agenda y cuando uno acuerda, se decidió la destitución de los magistrados y uno dice ¡Madre mía, esto qué es! En el Congreso usted aprende que le pueden pegar una petateada y tiene que salirse riendo.

¿Es autoritario el presidente del Congreso?

Con el Pinu no ha sido para nada autoritario.

¿Es cierto que hubo sobornos de un millón para cada diputado por votar por la destitución de los magistrados?

Mire, a mí no me consta, yo lo único que vi es que Juan Orlando llamaba a ciertos diputados liberales, de la DC y de la UD a su despacho y nada más, pero a nosotros del Pinu nadie nos dijo si había dinero.

Tags: