Opinión

Un nuevo sector forestal

Con el Decreto No 97-2008, se crea el nuevo sector forestal, se desmarca de la Secretaría de Agricultura y Ganadería y de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente, con quien se tiene duplicidad de funciones en lo que a biodiversidad se refiere.

La cabeza del nuevo sector es el Instituto Nacional de Conservación, Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre, conocido por sus siglas en español como ICF, se crea como una dependencia desconcentrada de la Presidencia de la República y su director ostenta el grado de secretario de Estado o sea de ministro, y se le asigna un presupuesto operativo anual a través de la Secretaría de Finanzas y se le impide la función de vender madera para que pudiera ser autosostenible y se dedique a las labores de conservación y al desarrollo forestal.

El nuevo sector hasta ahora no ha respondido como se esperaba y la actual agenda presidencial nunca fue prioritario y a pesar de que el actual Presidente de la República fue Gerente la antigua Cohdefor, no se le apoyó como se esperaba y sigue siendo un sector invisibilizado a pesar de la gran importancia para el desarrollo de nuestro país.

En este sector hay un gran espacio para la generación de empleo en las múltiples labores que implica el manejo forestal, el desarrollo de las zonas de amortiguamiento de las áreas protegidas donde se localizan suelos aptos para desarrollar los sistemas agroforestales (madera y agricultura), la producción de bienes y servicios ambientales como ser el recursos hídrico vital para el desarrollo de casi todas las actividades.

En la Visión de País se suponía que se iba retomar el concepto de manejo integrado de cuencas hidrográficas, pues las mismas definían las regiones de desarrollo, pero los técnicos nunca le han hecho caso a este concepto porque no lo entienden y en las dependencias relacionadas con el tema como el ICF, la Serna, Seplan y Copeco no existen ingenieros forestales cuencólogos, porque con la implementación de un plan de manejo integrado de cuencas y una autoridad de cuencas conformada por los actores y sectores presente en el ámbito descrito podrían saber cuánta es la oferta hídrica en los diferentes puntos de la cuenca (hay que estar aforando los caudales sistemáticamente), cuántas hectáreas tenemos de bosque productor y de bosque protector, cuántas hectáreas tenemos para uso agrícola y cuántas para uso ganadero, asimismo se identifican las zonas de mayor riesgo (ordenamiento territorial) y, lo más importante, se identifican las hectáreas de bosques que se han perdido; y aquí es donde se debe de implementar una estrategia para recuperar el bosque que se ha perdido bajo el esquema de buscar los incentivos para apoyar a los productores e insertarlos en el mercado mundial de carbono. Aquí estaríamos generando más empleo local lo que evitaría la migración del campo a la cuidad, asimismo, estableciendo plantaciones con especies de alto valor comercial, que debieron plantarse desde que los huevos valían un cinco (caoba, teca, cedro, otras),

Hasta ahora estamos seguros que ningún proyecto hidroeléctrico cuenta con un plan de manejo de la fuente de donde usa el agua para generar hidroenergía.

Lo que se espera es que el nuevo gobierno presidido por Juan Orlando Hernández, nombre un profesional en el ICF, que pueda activar y visibilizar el sector, que pueda mercadear que el bosque no solo es madera y que hay otros beneficios que anteriormente eran intangibles, pero ahora existen metodologías para cuantificar los bienes y servicios ambientales que prestan los ecosistemas forestales a la sociedad y de la gran importancia para aumentar la resiliencia del territorio (somos uno de las países más frágiles del mundo) ante desastres naturales y de los efectos del cambio climático que generalmente afecta como siempre a la clase marginada que crece cada vez más y es la que, como siempre, sufre las consecuencias del calentamiento global.