Opinión

Las enseñanzas de Jesús

En estos días los que seguimos al Mártir del Gólgota no solo disfrutamos de vacaciones sino que también leemos la Biblia, buscamos sus enseñanzas y en la medida de lo posible tratamos de ponerlas en práctica en nuestra vida diaria.

Esos ejemplos de humildad extrema, como cuando entró triunfante en Jerusalén montado en un modesto burro o le lavó los pies a sus discípulos; ese sentido de la justicia y del respeto por los demás cuando se interpuso ante quienes pretendían agredir a María Magdalena, porque ella se dedicaba a la prostitución; aquel “al César lo que es del César” con lo el que respondió a quien intentaba enfrentarlo con el poder terrenal; esa permanente prédica de amar al prójimo como se ama a uno mismo; su sentencia de que “no es lo que entra a la boca lo que contamina sino lo que sale de ella.

Pero también su fuerte arremetida como cuando dijo: “¡Ay de vosotros… hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.”

Su paciencia divina ante la pequeñez humana solo pareció escapársele cuando sacó a patadas a los mercaderes del templo, cuyos herederos no son más que aquellos que hecho de la fe, de la religión y del cristianismo mismo, una moneda de cambio para conquistar privilegios en nuestro mundo terrenal.