La Unidad Investigativa de EL HERALDO hizo pública la semana que hoy termina una denuncia que no debe pasar desapercibida por las autoridades competentes, por la gravedad de la misma. Se trata de que 34,000 vacunas Qdenga, que le costaron al Estado de Honduras 18 millones de lempiras, estarían a punto de perderse, ya que a casi tres meses de su vencimiento, todavía permanecen almacenadas en las bodegas de la Región Metropolitana de Salud en Tegucigalpa.
Según los documentos a los que el equipo periodístico tuvo acceso, las dosis forman parte de un lote de 53,460 vacunas adquiridas en junio de 2024, a un costo aproximado de 800 lempiras cada una.
Si bien, las vacunas ya fueron pagadas, se desconocen las causas por las cuales su aplicación no inició o se interrumpió, a pesar de que había una programación de inmunizar con ellas a 25,000 niños y adolescentes de 74 centros educativos del Distrito Central.
Como se ha hecho costumbre en la administración pública, los funcionarios se niegan a dar explicaciones sobre situaciones como la denunciada, aunque una fuente técnica de la Secretaría de Salud dijo al equipo de investigación que, inauditamente, la campaña fue interrumpida “por falta de logística y presión interna para priorizar otros programas con mayor visibilidad política”, lo que no es de extrañar en un año político.
Casos como este solo evidencias la negligencia en la administración de los bienes del Estado, que deja grandes pérdidas, no solo de los activos adquiridos, sino también el impacto que causa en la población a ser beneficiada.
Se espera que en el tiempo que queda hasta la caducidad de las vacunas, se implementen procesos que aseguren el buen uso de las mismas, caso contrario, las leyes hondureñas ya establecen responsabilidades administrativas, civiles y penales para los funcionarios públicos que incurren en negligencia o malversación de fondos.