Hoy, desde las páginas de EL HERALDO, rendimos homenaje a todos y cada uno de los médicos y enfermeras que perdieron la vida en la lucha contra el covid-19, y en ellos representados los hondureños y las hondureñas que también murieron entre el 11 de marzo de 2020 y marzo de 2021 por causa del virus.
Las víctimas del covid-19 eran hombres y mujeres con una familia, una historia, con sueños que se vieron truncados por el invisible virus que, a un año de la confirmación del primer caso en el territorio nacional, sigue acechando la vida de la población.
Nuestros héroes no llevaban capa ni vestían como el Superman de las historietas.
No, eran hombres y mujeres que vestían batas blancas, llevaban mascarillas y protectores faciales para enfrentarse a un enemigo invisible y salvar la vida de sus congéneres, profesionales de la medicina, quienes junto a sus auxiliares, demostraron su compromiso con la humanidad, su amor al prójimo, su vocación.
Hombres y mujeres que arriesgaron su propia vida para salvar la de los demás.
Ellos y ellas estuvieron trabajando aún sin contar con los equipos médicos básicos y políticas firmes para enfrentar a la pandemia, eso les enaltece aún más.
Por ello, hoy llamamos a reconocer su trabajo y honrar su memoria, a no olvidarlos, pero tampoco olvidar a sus compañeros que siguen, con uñas y dientes, dando la batalla al virus.
También llamamos a observar las medidas de precaución que las autoridades han recomendado para proteger la vida de sus compañeros y compañeras que siguen en una lucha grotesca y desigual, y demandamos que desde la administración pública se tomen todas las acciones que sean necesarias para salvaguardar sus vidas y las de la población. Honremos su memoria, elevemos una oración por sus almas y la fortaleza de sus familias, y cuidemos la salud de quienes están luchando por la vida en esa primera línea.