La vida de este influyente compatriota, recién fallecido, estuvo directamente vinculada con estos dos recursos naturales, objeto de derramamientos de sangre por disputas respecto a su tenencia. Nacido de cuna humilde en El Aceituno, Valle, su inteligencia y voluntad de superación le permitieron realizar estudios de economía agrícola en Estados Unidos. Retornando a Honduras, laboró en el Banco Nacional de Fomento (hoy Banadesa), el Instituto Nacional Agrario, nombrado para tal cargo por el general Oswaldo López Arellano en 1966. Laborando en Italia con la FAO, adquirió vasta experiencia en materia agraria, que trató de aplicar a su patria.
Al ser destituido Miguel Ángel Rivera como secretario ejecutivo del Consejo Superior de Planificación Económica (Consuplane), Sandoval fue nombrado a tal cargo de nivel ministerial, desempeñado simultáneamente ambos puestos durante 14 meses. En las sesiones de gabinete, expuso la necesidad de implementar una reforma agraria ante la creciente movilización y luchas campesinas por acceder a la tierra. En este cabildeo, recibió el apoyo de López Arellano, lo que prefiguraba su actuación en la etapa del reformismo militar a partir de 1973.
A partir de 1967 se intensificó la conflictividad agraria y las ocupaciones de tierras nacionales y privadas ociosas por parte del campesinado, crecientemente organizado; simultáneamente, migrantes salvadoreños indocumentados actuaban similarmente. El INA inició el asentamiento de campesinos bajo la modalidad cooperativa con el proyecto piloto en Guanchías, Yoro, (1968), estudiado por los sociólogos Ramón Salgado y Mario Posas. La Ley de Reforma Agraria (1962), emitida en la gestión presidencial de Villeda Morales, incluía el articulo 68: “Para ser beneficiario se debe: 1) ser hondureño por nacimiento...”, aplicándolo a los ocupantes salvadoreños para desalojar las ocupaciones de tierras, una de las causales para la guerra de 1969.
El derrocamiento del gobierno de Ramón Cruz (1972) y el inicio del reformismo castrense bajo López Arellano, como medida de contención, incluida en el Plan Nacional de Desarrollo así: “El mantenimiento indefinido de la situación reseñada en el agro nacional nos conduciría a una crisis de graves proporciones, no solo en el ámbito económico, sino también, y especialmente en lo social y lo político. Es imperativo, por lo tanto, introducir cambios y hacer replanteamientos, inspirados en la justicia social y en el auténtico interés de todos los hondureños encaminada a incorporar a todas las tierras actualmente improductivas al proceso de desarrollo nacional y a sustituir el latifundio y el minifundio por unidades agrícolas técnicamente desarrolladas”.Las reformas agraria y forestal se constituyeron en ejes del intento de “actualización histórica” del reformismo castrense, impulsado por la oficialidad joven y profesional. La remoción de López Arellano (1974) no significó el cese inmediato de la reforma activa. Su reemplazo, Melgar Castro, nombró nuevamente a Sandoval Corea al frente del INA, proclamándose una “nueva política bananera”, respecto a tierras ociosas en poder de la Tela Railroad y Standard Fruit tras el fin de las onerosas concesiones otorgadas en las primeras décadas del XX.
Isletas en el Aguán, modelo de empresa asociativa campesina, confirmó que, previamente capacitado en técnicas organizativas y contables, el campesinado era capaz de administrarlas y obtener ganancias. Empero, la contrarreforma agraria movilizada en contra de Sandoval Corea logró su renuncia denunciando “campaña millonaria” en su contra. Su sucesor, el coronel Mario Maldonado, igualmente fue atacado, removido y enviado a “exilio dorado”, con ello lográndose sepultar el experimento en ingeniería social.
En retiro, el hoy difunto se dedicó a escribir respecto a la necesidad del manejo racional del bosque y a dejar testimonio escrito de su trayectoria profesional. Sus memorias quedan inéditas, urge publicarlas como fuente histórica relevante. Condolencias y solidaridad a sus hijas.