Columnistas

Relato con mediocres

Las crisis estimulan la creatividad y por ello se considera a la guerra como huracán de inventos, cual circunstancias oportunas para rescatar almas y materias. La inventiva empuja a la civilización. Los chinos desarrollan la pólvora (azufre + potasio y carbón) y conquistan reinos, así como con ella estremecen al orbe, en el siglo XX, dos matanzas europeas ciclópeas. Sin papel escribiríamos sobre arcilla; y tan grande como ello, el genial aporte de Fleming con la penicilina, en 1928, salvó más vidas que en todas las batallas previas de la humanidad.

De allí que la primaria reacción al manejo de esta crisis por el gobierno sea de estupefacción, pues ¿qué ingenian los burócratas torpes, disculpen el justo calificativo? Ecuador acaba de proponer un fondo para apoyo a pequeñas empresas que se recaba con 5% de utilidades de compañías generadoras de ingresos superiores al millón anual de dólares. Fijarse bien, de utilidades, no de capital. Montenegro activa en cadena 60% de emisoras radiales y televisivas que dan clases formativas a pupilos imposibilitados de asistir a aulas. Trump obliga a General Motors a dejar de producir autos y dedicarse a fabricar unidades médicas respiratorias, que urgen mil veces más. Surcorea aplica diagnósticos en vez de encamar gentes y contiene la epidemia. Tabacalera BAT casi produce la vacuna contra el Corona, que promete distribuir sin lucro.

Cuando el golpe de Estado en 2009 cierto poderoso grupo empresarial ofreció al dictador Innombrable pagar la deuda externa de Honduras y financiar al gobierno. ¿Dónde están hoy, que el pueblo los ocupa, tales farsantes? O bien, aparte de bolsitas y comiditas, ¿cuál es el hospital de especialidades para el pueblo que con el sobrante de sus quinimil millones fundarán y sostendrán ––para memoria histórica imperecedera–– Ahiba, Andi, Cohep, Fenagh, cámaras de comercio y cómplices estratégicos? ¿No pueden acaso entre todos edificar una magna obra hospitalaria y de solidaridad, pero de veras, no con teorías y vanos discursos?

O tratando sobre los burros del gobierno, fuepucha, por no decir otra palabra: si un mercado popular es problema, re-articúlenlo. Ubiquen 300 marchantes de verdura y carne al interior de un estadio, graderías arriba y abajo, donde ingrese el comprador sin aproximarse a nadie excepto quien vende, y luego abandone en puerta distante. O a lo extenso de 20 cuadras con puestos a diez metros, ¿no reduciría eso la contaminación, morones? O ¿por qué no obligan a la maquila textil a entregar 30% de su producción de mascarillas y batas sanitarias al Estado?, pagadas obvio, o que Infop labore horas en producir respiradores mecánicos con diseños ajenos: en la guerra (biológica) se puede copiar. O que funcionarios de UNAH donemos, ahora, 60% de nuestras vacaciones para que la Alma Máter carezca de dificultades de recursos, firmo como primero.

Fantaseamos o se transforma la realidad. Me invitan ciertos amigos a orar por los necesitados pero hacen nada concreto por ellos. El sibilino cardenal torna aérea a la virgen, sin resultados; fariseos pastores esparcen óleos. ¿Partiremos del siglo XXI, compas, sin haber superado nuestros terribles vicios de pereza, estupidez, superstición y mediocridad…?