Es la pregunta del momento en los espacios familiares, los grupos de amigos, en el autobús, en el parque, y, naturalmente, las personas ven el proceso como una moneda al aire; muchos perciben al Partido Liberal como la opción más fuerte, sin embargo, para otros, el Partido Nacional está fuertemente consolidado, organizado y su militancia es más leal.
Por otra parte, Libertad y Refundación (Libre) continúa trabajando enérgicamente en los diferentes rincones del país, y a pesar que diversas encuestas no lo colocan como la opción con más intención de voto, eso puede cambiar de aquí al 30 de noviembre.
Al final, ninguna encuesta a más de tres meses de las elecciones es real ni proyecta lo que realmente ocurrirá el día de las elecciones. Eso es lo cierto, de aquí al 30 de noviembre pueden pasar muchas cosas, no obstante, lo que esperamos que suceda es que los candidatos a cargos de elección popular nos reflejen que han hecho el tiempo que han estado en la función pública, nos muestren cuáles son sus propuestas, cómo pretenden alcanzar esas metas una vez sean elegidos, qué mecanismos de seguimiento y promoción de participación ciudadana nos darán a los hondureños para monitorear su gestión.
Sin embargo, al momento, no se aprecia eso, por una parte, el discurso del Partido Liberal en bastante crítico al gobierno, pero no se observa la formulación de propuestas concretas. El Partido Nacional, su candidato, no incurre en la crítica, únicamente promueve trabajo, pero tampoco queda claro de qué manera pueda garantizar fuentes de empleo y trabajo a la población hondureña.
En el caso del partido de gobierno, no se aprecian propuestas claras, solo un discurso altamente ideológico, responsabilizando a 10 familias y 25 grupos económicos de todo el desastre de país. Esta es la realidad que tenemos actualmente, cada partido usa las metodologías que considera correctas para alcanzar el poder y cada día que pasa, el reloj de arena se vacía, acercándonos a la hora cero.
Y antes de responder la pregunta central, debemos preguntarnos: ¿quién merece ganar? ¿Qué le falta a mi candidato o candidata para que merezca ese triunfo? Y justo al respondernos esto, debemos tomar acción, los indecisos, los tibios que se esconden detrás de seudónimos en redes sociales, aquellos que deciden a quien ponerle la marca justo cuando tienen la papeleta al frente sin pensarlo, o los que no votan porque piensan que no van a cambiar nada, son parte del problema, es apremiante que cambiemos esa forma de pensar y nos dediquemos a analizar a los postulantes, a exigir propuestas, debates, rendición de cuentas.
Mejorar el futuro de Honduras está en nuestras manos, hagamos uso de ello