Generalmente, este espacio busca reflejar las falencias y debilidades de nuestro Estado de derecho, fundamentalmente en los temas relacionados a corrupción, donde casi siempre, la crítica va dirigida a las elites de la clase política, sin embargo, hoy haremos un pequeño ajuste, y el enfoque de esta columna va dirigido a la ausencia de debates, a la falta de tanques de pensamiento, a la carencia del pensamiento crítico debidamente sustentado.Aunque no lo creamos, esa es parte del génesis de nuestro problema, existe muy poco interés en la formación política, a pesar que la tecnología nos ha permitido tener a nuestro alcance una serie de herramientas para mejorar nuestro diario vivir, también ha propiciado que haya mayor desinformación, donde muchos en lugar de formarse se desinforman, tenemos una serie de defensores del capitalismo que basan sus ideas en vídeos de Tiktok, así como una serie de revolucionarios de izquierda que sus fundamentos provienen de resúmenes de X o vídeos de YouTube de Fidel Castro. No estoy diciendo que eso esté mal, pero no es suficiente, es necesario que comencemos a formarnos, es imperativo fortalecer la base educativa de nuestra sociedad.
Y eso que menciono, aplica para gran parte de nuestros políticos que no tienen sustento teórico, mucho menos práctico, de sus ideales, lo único que saben hacer para “politiquear” es criticar, hacer escándalos, defender corruptos y narcotraficantes. Esa es la realidad que tenemos. Lo peor, es que a pesar de que varios de estos políticos hagan estos desplantes y se presenten como ciudadanos ejemplares por quemar llantas o por llamar zurdos de mierda a la izquierda, tienen seguidores, generan alcance y, sobre todo, consiguen votantes, ya que, en medio de este circo, el payaso que más haga espectáculo es el rey. Así que esto, se ha convertido en un negocio, donde lo que vende es la payasada y lamentablemente el pueblo hondureño se ha vuelto cliente de este negocio.
A estas alturas, en medio de este año electoral, procuremos consultar, tratemos de razonar, veamos que propuestas llevan los candidatos a la alcaldía, veamos que han hecho nuestros diputados, si merecen nuevamente el voto o le damos la oportunidad a otro, veamos que candidato tiene propuestas y, sobre todo, la capacidad de cumplir lo que promete. Es necesario contrastar información, que como ciudadanos tengamos ideas claras formuladas por nuestro criterio no por las campañas publicitarias, es urgente que tengamos opinión propia y no repitamos lo que quieren que repliquemos y hagamos.