Mensaje para los partidos políticos (2/4)

"Luego de la contundente derrota electoral en 2021, incumplieron con sus promesas de renovación. Todo eso quedó en palabras"

  • Actualizado: 18 de junio de 2025 a las 00:00

Para el Partido Nacional (PN): Ustedes gobernaron el país durante doce años, después del golpe de Estado de 2009, reafirmando una historia vinculada a situaciones de ese tipo desde inicios de los años treinta del siglo XX con el régimen de Tiburcio Carías.

Luego de la contundente derrota electoral en 2021 y las incriminaciones (internas y sobre todo externas) al exgobernante que encabezaba su agrupación, sintieron la necesidad de una reestructuración de la institución partidaria. Se contempló la posibilidad de un replanteamiento y hasta de una “limpieza” de liderazgos a fin de lavar la cara a la institución e, incluso, hasta planes concretos de cambiarle el nombre al partido y otras medidas de renovación.

Todo eso quedó en palabras. Se les terminaron las ganas muy rápido y no se realizó la anunciada convención partidaria en 2022 para cumplir con esa transición. Lástima, porque el partido, y sobre todo el país, lo necesitaban. Hubiese sido una lección política para marcar una nueva historia.

Lástima también por sus simpatizantes decentes que quedaron esperando rectificaciones. Pareciera que algunas cúpulas del partido dejaron pasar el tiempo confiados en la fragilidad de la memoria colectiva que ha mantenido maniatada a la población hondureña durante décadas.

También pareciera que varios de los dirigentes nacionalistas confían -y con bastante base- en que los yerros del actual partido gobernante desviarán la atención del público y que su voto duro y testarudo será suficiente para retornar al poder muy pronto, mientras sus competidores directos se desgastan y desmoronan.

Es casi seguro que todavía conservan el voto más duro respecto a todos los demás partidos en la nueva tripleta dominante. Este tipo de pensamientos perversos se han reafirmado con los resultados de las elecciones primarias de marzo de 2025, en las que a pesar del tremendo desprestigio de los cachurecos (lo reciente, sumado a lo histórico), lograron ser el partido con mayor votación (casi 900 mil electores), que aunque fue inferior a lo obtenido en las primarias de 2021, logró superar en cien mil votos al partido oficialista, que de por sí tuvo una inmensa cantidad de votos en blanco y nulos.

Pareciera que en esta ocasión, el caudal electoral apunta a que -aunque la candidatura más votada individualmente corresponde al partido Libre- a nivel de partidos, que es lo determinante, se la lleva el PN. Es justo la situación inversa a lo ocurrido para las elecciones de 1985 con la “opción B”, cuando el candidato más votado era del PN, pero el partido con mayor sufragio era el Liberal.

Quedan flotando grandes interrogantes: Si el PN retornara al poder, ¿volverían a darse los escándalos de corrupción? ¿Se continuaría endeudando al país como lo hicieron en sus tres administraciones consecutivas y lo continuó haciendo el gobierno de Libre? ¿Habría combate decidido contra el narcotráfico? En realidad, ¿cómo administrarían la debacle que ustedes mismos dejaron sumado a lo que les hayan dejado el gobierno que los sucedió?

Por el contrario, si les tocara volver a perder, ¿harían verdadera oposición o se prestarían a maniobras del actual oficialismo a cambio de “protección” judicial para algunos de sus líderes? ¿Seguirían exigiendo que se cumpla la Constitución y se respeten las leyes, justo aquello que ustedes no cumplieron en su tiempo? ¿Tomarían el reto de transformarse para transformar el país, darían un giro significativo en su historia?

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