Lo bueno, lo malo y lo feo de la IA

¿Estamos listos para un mundo donde el valor ya no está en el saber? Estas y muchas preguntas más surgen en torno a la abrumadora irrupción de la inteligencia artificial (IA) en nuestras vidas

  • 14 de noviembre de 2025 a las 13:11

Un arquitecto conocido comentó que le había sugerido a su hijo no estudiar la misma carrera, porque la IA desplaza cada vez más a colegas que se ven superados en su trabajo –por calidad, creatividad y costos– por la IA, cada vez más utilizada por decoradores, ingenieros y otro tipo de profesionales que giran en torno al desarrollo de proyectos residenciales, edificios o cualquier otro tipo de construcción.

Algunos médicos reconocen que “han disminuido” sus consultas, porque no son pocas las personas que antes de ir a una clínica, preguntan sobre sus síntomas a algunos de los llamados “chatbots” –principalmente ChatGPT, Gemini o Microsoft Copilot, pera citar los más consultados– y, eventualmente, siguen las recomendaciones que reciben de la IA en primera instancia. Si los síntomas persisten, solo entonces van con el doctor.

Estuve hace unas semanas en una Congreso de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), y casi todos los representantes de medios reconocen que han prescindido de algunos puestos de periodistas, diseñadores y demás operadores, porque la IA puede realizar mejor el trabajo y el ahorro en costos es significativo para la industria de la prensa.

En esa reunión de periodistas, la mayoría de los conversatorios, foros y talleres giraron en torno a la IA, su uso y efectos. Se destacó su potencial, además de hablar de los peligros que llegan con esta poderosa herramienta que ya está al alcance de todos, desde los chatbots mencionados, hasta plataformas mucho más poderosas y desarrolladas para labores específicas.

Lo que está más que claro es que la IA ha llegado para quedarse y que influye de manera directa –queramos o no– en nuestras vidas, en la vida de las sociedades de todos los países, sean estos muy desarrollados, desarrollados o poco desarrollados. De todas maneras, su impacto es evidente y se hará mayor aún.

Creo que hay que tener presente algunas cosas que son claras sobre la IA: acelera oportunidades; traerá colapso laboral: puede acelerar la desigualdad si no se regula; y, ¡ojo con esto!, acelera la desinformación si no existen controles.

A manera de prueba, consulté a ChatGPT sobre esto, y me confirmó, incluso, aspectos que son MALOS o peligrosos para la sociedad. Esto fue parte de su respuesta: “Es que, por primera vez, la tecnología sabe hacer trabajo intelectual mejor y más rápido que millones de personas. Esto puede desencadenar: 1- desempleo estructural; 2- caída salarial; 3- frustración social; 4- crisis políticas; y 5- aumento del populismo que promete proteger empleos frente a la tecnología. La inteligencia artificial no solo amenaza trabajos simples: amenaza el conocimiento profesional como principal activo económico”.

Según la propia IA, las profesiones o carreras que están con riesgo inmediato entre 2025 y 2030, son arquitectura y diseño, publicidad y marketing, administradores (contadores, financieros y asistentes), periodismo básico, abogados y docencia tradicional, entre otros.

En la otra cara de esta moneda tan compleja y ya no tan desconocida, se puede ver cosas buenas, partiendo de la productividad que se multiplica. Lo que antes varias personas hacían en muchas horas-hombre trabajando, la IA lo hace en minutos e incluso segundos. Esto se traduce, además, en trabajos y avances tecnológicos cada vez más acelerados y certeros.

Pero falta más. Ya vimos lo MALO, lo bueno, y hay que ver si detrás de todo esto puede o ya ha surgido algo feo. Y vaya que sí, se trata de riesgos existenciales y sociales, que ya son palpables, pero aumentarán en la medida en que el uso de la IA se generalice y profundice. Esto, por supuesto, no lo dicen los “expertos” en IA, que exaltan y repiten las cualidades, ya sea por medio de conferencias o talleres que les representan buenos ingresos, como para hablar mal de ella.

Se trata fundamentalmente de la DESINFORMACIÓN ya existente, pero que puede ser magnificada por el uso de IA. No es un secreto que con esta herramienta se pueden crear videos, audios y textos indistinguibles de la realidad. Tendremos permanentemente frente a nosotros un mundo del que no sabremos qué es verdadero y qué no.

Desde ahora podemos esperar videos manipulados, campañas electorales con candidatos diciendo cosas que nunca han dicho y audios falsos que pueden destruir reputaciones.

Una mala noticia es que brotarán empresas que ofrecerán este tipo de servicios, cada vez más sofisticados y difíciles de identificar. Discernir entre lo real y lo ficticio y engañoso será difícil.

En casi ningún país se está legislando sobre el uso y abuso de la IA, pero aquellos que lo hagan más pronto y mejor podrán proteger a sus ciudadanos y democracias.

Mientras esto sucede –o no–, veremos el avanzar de la IA con sus cosas buenas, MALAS y las feas. Lo importante es que estemos conscientes de todo ello para aprovecharlo o desecharlo...

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