La batalla cultural en Honduras

"La cultura, según Gramsci, es una lucha ideológica por la hegemonía, mientras que Laje la ve como un conflicto consciente y racional; ambos coinciden en su carácter de batalla"

  • Actualizado: 27 de noviembre de 2025 a las 00:00

Para el marxista Antonio Gramsci, la cultura no es un saber enciclopédico, sino una forma de organización del pensamiento y de la conciencia que permite a las personas entender su función en la vida y la sociedad. Para este teórico de izquierda, la cultura es un campo de batalla donde la clase dominante ejerce hegemonía al imponer sus valores para mantener el control, y donde las clases oprimidas deben construir una contrahegemonía a través de la educación y la creación de narrativas propias para lograr la transformación social.

¿Qué tan lejos están esos conceptos de la batalla cultural según lo entiende la derecha?

El teórico de la Nueva Derecha, Agustín Laje, en su libro “La batalla cultural” (2022), sostiene que la misma posee tres características: 1) La cultura no es simplemente el fin de una batalla cultural, sino también su medio; 2) La batalla cultural supone un conflicto de cierta magnitud; y, 3) Toda batalla posee un elemento consciente del cual surgen esfuerzos racionales para conseguir la victoria.

De lo anterior se desprende que Gramsci pone el acento en lo ideológico, mientras que Laje prima la acción; sin embargo, ambos coinciden en que la cultura es un campo de lucha.

En el ambiente político-electoral que estamos viviendo en Honduras, ¿se podría afirmar que estamos inmersos en una batalla cultural? O simplemente, ¿somos testigos de una lucha por el poder político de la nación? Aun cuando me inclino por responder afirmativamente la segunda interrogante, debo admitir que en el enfrentamiento político actual existen atisbos de batalla cultural, manifestados especialmente mediante algunas posturas asumidas por la candidata oficial de izquierda, a pesar de que según Sergio Caggiano, en la actualidad la batalla cultural ha sido impulsada por las derechas extremas en Europa y Sudamérica.

De acuerdo con lo que explica Caggiano, el horizonte común de la derecha consiste en atacar: la corriente principal global del igualitarismo, la diversidad sexual, la agenda de derechos, el feminismo, el antirracismo, el indigenismo, otros movimientos emancipatorios.

En su escrito “La extrema derecha y los dilemas de la batalla cultural”, Caggiano sostiene que en el corazón de la batalla cultural argentina está la batalla por los valores morales que estructuran la producción, la distribución y el consumo en el mercado y que configuran una sensibilidad económica neoliberal que pone al individuo en el centro. Agrega, además, que la batalla cultural por la economía tiene dos trincheras principales: 1) La moralización de la economía; y, 2) La articulación de la verdad y los deseos individuales alrededor del mercado.

En todo lo antes expuesto por Caggiano, no encuentro suficientes elementos para afirmar que en el proceso electoral hondureño se esté desarrollando una verdadera batalla cultural. Con todo, algunos ataques expresados por la candidata oficial tienden a dirigirse en esa dirección, tales como: acusar a sus opositores de corruptos y golpistas, condenar a un grupo de empresarios por recibir exoneraciones fiscales y no pagar impuestos, repudiar la colaboración con los gremios empresariales, suprimir la Central de Riesgos para no estar errados ni ventados.

Las posturas descritas no cambian la realidad cultural del país; así, los ciudadanos continuaran desarrollando su actividad cotidiana sin grandes cambios; es decir, que dichas acciones son marginales y no transformaciones estructurales y paradigmáticas.

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