Columnistas

Impacto del covid-19 en la economía informal

Si consideramos la pandemia del covid-19 como un eje transversal en los mundos administrativos de la vida pública y privada hondureña, se logrará observar el funcionamiento de los distintos engranajes económicos, sociales y políticos, revelando la negligencia e incapacidad del gobierno en el manejo de esta crisis sanitaria y económica, la cual ha provocado serios, profundos e irreversibles daños en lo social y en los recursos públicos.

Tendremos una caída estrepitosa de la economía como consecuencia de este mal manejo, cuya capacidad de respuesta ha sido de forma distorsionada, ineficaz y saturada de corrupción.

Las medidas destinadas a contener la propagación del virus repercuten en la economía del país, afectando a la gran parte de la mano de obra que depende de la economía informal.

Una definición de informalidad desde el punto de seguridad social se refiere al número de trabajadores que no contribuyen a ningún tipo de sistema de previsión, el cual es del 82.4%. Esta población es muy vulnerable, ya que trabaja fuera del sistema de contribuciones y no está cubierta por el Código del Trabajo de Honduras. Además, estos 82.4% no gozan ni gozarán de ningún beneficio de auxilio económico que establezca el gobierno.

El resto de los trabajadores lo constituyen los formales, con el 17.6%, quienes contribuyen a la seguridad social y, por consiguiente están cubiertos por las disposiciones del Código del Trabajo. En Honduras no ha habido apoyo para los trabajadores y las empresas informales, siendo esta economía importante y de gran tejido social. En realidad, muchas empresas y trabajadores informales han tenido pérdidas parciales o totales de sus ingresos, afectando su funcionamiento y bienestar. Es más, el 64.7% de esta población vive debajo de la línea de pobreza.

Es necesario y urgente establecer medidas definitivas para la protección social para las empresas y los trabajadores informales, ya que más de tres millones de personas quedarán excluidas de las actuales y venideras propuestas de beneficios que propone o propondrá el gobierno.

En esta época del orlandismo y de la pandemia no hay certidumbre en el panorama hondureño, todos los escenarios de bienestar social como el empleo, salud y educación, vivienda, desarrollo urbano y rural, seguridad y honestidad están opacos. Lo único que brilla es la corrupción, violencia, desempleo, cierre de empresas, migración, desigualdades sociales y la injusticia.

Consecuentemente, a causa de que el Presidente de la República y todo su gobierno ha perdido credibilidad, sugiero se constituya un grupo de ciudadanos y ciudadanas capaces, de probidad reconocida y de entero crédito en todas las esferas, que puedan hacer una convocatoria a los sectores más representativos de la nación y enlazarlas internacionalmente, para definir acuerdos estratégicos para la salida de estas crisis en los sectores fundamentales y principalmente resolver el crónico problema de la economía informal. Queda planteado.