El panorama del periodismo de opinión en Honduras ha tenido, a través del tiempo, una fuerte inclinación hacia los temas políticos. Aunque es necesario aclarar que hay quienes diversifican muy dignamente este oficio. Yo hace algún tiempo tomé la decisión de no opinar sobre temas que tuvieran que ver con la política, a menos que estuvieran inexorablemente ligados a la vida cultural. No pesó tanto el no querer hablar de política como el deseo de enfocarme en lo que más me interesa.
En esa decisión también pesó que siento que los temas de los que se suele hablar están suficientemente abordados por no decir que agotados (no de ahora, desde hace muchísimo tiempo). Se corre el riesgo, entonces, de que un artículo sea predecible desde el título e incluso desde la firma.
Por otra parte, no creo que pudiera aportar algo a las discusiones que se dan en la política. También es cierto que la opinión política, aunque muchas veces emitida con serenidad y con un auténtico sentido orientador, en la posverdad en la que vivimos es tomada a conveniencia de un lado o del otro, según sea el caso. Por último, muchos de los que escriben sobre política, lo hacen muy bien y para mi gusto son suficientes.
En cambio, en la opinión cultural creo que los temas difícilmente se agotan, por lo tanto, no hay artículos predecibles desde el nombre. Es posible escribir sobre temas que van desde el paisaje lingüístico hasta las carencias más profundas del ser humano en la modernidad, pasando por calles llamadas como poetas, las peripecias de la profesión docente o las lecturas sociales que se pueden hacer del fútbol. De hecho, casi cualquier acontecimiento puede ser visto desde una perspectiva cultural.
Yo sé que algunas personas piensan que quienes decidimos escribir opinión cultural dejamos de lado lo importante. Directamente, me lo han dicho. Piensan que hablamos banalidades. Pero es, irónicamente, esa idea la que justifica la escritura del periodismo de opinión con enfoque cultural.
Es necesario diversificar las ideas de los lectores y las lectoras, después de todo, el periodismo, en especial el de opinión, tiene la finalidad de orientar a las personas y darles herramientas para que ellas formen sus propias ideas y tomen sus propias decisiones. No se es líder de opinión porque sí. Hay un sentido ulterior en esta escritura.
Además, cuando se trata de escritura, incluido este ejercicio periodístico, ningún tema es prohibido ni insuficiente. Se trata simplemente de encontrar la manera de escribirlo y enfocarlo, de hallar las sutilezas que logren que los lectores sean aliados.
Para hacer periodismo de opinión cultural se necesita un verdadero ejercicio creativo, no es que en otro tipo de opinión no, pero aquí el peso es mayor. La creatividad, contrario a una idea generalizada, no es un don que tengan algunos y otros no, más bien es una habilidad que se desarrolla con el tiempo, en el caso de la escritura, con horas de lectura, de redacción y de una infinita corrección.
Es por eso por lo que invito a las personas que quieren escribir opinión a que, si les interesa, escriban opinión cultural. Está bien, de vez en cuando, sacar la cabeza del hervidero político y refrescarla con algo de humanismo y nuevos puntos de vista.