¿Falla la educación superior?

"¿Por qué falla la educación superior? La respuesta no radica únicamente en los presupuestos insuficientes..."

  • 18 de octubre de 2025 a las 00:00

Experimentamos la globalización, la evolución tecnológica y el dinamismo del mundo contemporáneo, marcado por intensos impactos socioeconómicos y culturales que se propagan a un ritmo vertiginoso. Todos estos factores han generado cambios significativos en la vida cotidiana de la sociedad y sus ciudadanos.

Si estos factores han transformado nuestro día a día, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo en la educación superior? ¿Por qué seguimos formando profesionales para un mundo que dejará de existir mañana?

¿Por qué continuamos enseñando contenidos que no necesitan los potenciales empleadores?

¿Por qué seguimos perdiendo un año de educación superior repitiendo clases generales de la educación media -como Español General, Filosofía, Sociología, Historia de Honduras, Biología General, Redacción General y Técnicas de Lectura-?

¿Recuerdan que el primer año en la universidad repetimos prácticamente un año de lo visto en el colegio con las llamadas clases generales, cuando deberíamos dedicar ese tiempo a materias profesionalizantes?

Sin duda, seguimos formando currículos fósiles, sin priorizar la preparación para los empleos emergentes. Aún no consideramos a la empresa privada como aliada para impulsar una verdadera “revolución educativa”.

Si continuamos así, la empresa privada no recibirá del cielo a los profesionales que necesita.

La universidad ha vivido de espaldas a la sociedad, al sistema productivo y al propio sistema de ciencia y tecnología .¿Acaso no entendemos que los problemas de la universidad también son los problemas de la sociedad?

Existe una corresponsabilidad entre ambos, así como entre los subsistemas de educación media y superior. Todo el sistema está desvinculado. Debemos aceptar la realidad y atrevernos a cuestionar lo incuestionable.

En muchas universidades de América Central observamos, año tras año, un estancamiento alarmante. ¿Por qué falla la educación superior? La respuesta no radica únicamente en los presupuestos insuficientes, la contratación por afinidad política o las infraestructuras obsoletas, sino en una crisis profunda y estructural.

Otro factor es la dicotomía entre el profesor -convertido en una aristocracia educativa- y el estudiante, reducido a un cazador de certificados que busca un título como pasaporte profesional.

Esta distorsión erosiona la calidad de la formación y amenaza el propósito mismo de la universidad como espacio de aprendizaje auténtico.

Para América Latina, el sistema educativo es una de las formas más efectivas de generar empleo estable. Si modificamos ese sistema, también cambiarán nuestros indicadores de empleabilidad.

Honduras necesita un líder capaz de transformar la realidad de la educación superior. ¿Quién será?

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