El etnocentrismo se considera como una expresión en la cual el individuo analiza la realidad a partir de su propia experiencia. El etnocentrismo implica la idea de que el grupo étnico propio es el más importante. Dentro de este concepto, las personas juzgan a otros a partir de su propia cultura. Todo el sistema colonial europeo en América, África y Asia desde el siglo XV hasta el siglo XX se basó en la idea de la superioridad de las razas. En la jerarquía racial de Hitler los arios eran considerados una raza superior y ese fue un factor clave para entender, en parte, el problema de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando Trump dice que Estados Unidos está en peligro por los inmigrantes y refugiados o cuando condena a los mexicanos -que, dicho sea de paso, en la percepción de muchos estadounidenses, mexicanos son todos los que habitan al sur del río Bravo-, lo que hace es manifestar un cierto sentido xenofóbico, olvidando que la situación de crisis o descomposición de la sociedad norteamericana tiene más raíces en un sistema capitalista en descomposición.
En el momento que Trump entró en la arena política en 1915 calificó a los mexicanos como peligrosos “violadores” y criminales que estaban trayendo droga a Estados Unidos. Ya en su nuevo mandato tiene una visión más general contra toda la región latinoamericana al decir que su país no necesita a esta parte del continente y que, al contrario, la región sí necesita a Estados Unidos.
Marco Rubio, uno de los funcionarios más cercanos al presidente Trump, quien ocupa la jefatura del departamento de Estado, ha dicho que, para justificar la ayuda de Estados Unidos hacia otros países, debe hacerse tres preguntas: “¿Hace a Estados Unidos más seguro? ¿Hace a Estados Unidos más fuerte? ¿Hace a Estados Unidos más próspero?”. Estas interrogantes reflejan una posición ultranacionalista y conservadora que fortalece el unilateralismo, en contra del multilateralismo; que ve en la cooperación internacional y el entendimiento entre las naciones condiciones para el desarrollo y el progreso social.
Lo que está ocurriendo en la aplicación práctica de la política de Donald Trump en sus primeros días de gobierno, puede desmontar esa idea supremacista de los inquilinos de la Casa Blanca y al final suavizar su agenda etnocéntrica. Las protestas en contra de las deportaciones masivas en las principales ciudades estadounidenses han sido multitudinarias.
La decisión del gobierno de Trump de aplicar aranceles al comercio mundial está tropezando con enormes dificultades y es poco probable que tenga éxito, dada la oposición de las principales economías del mundo, lo que está obligando a la administración republicana a iniciar un diálogo sobre el tema.
Por primera vez, Marco Rubio reconoce que, “la migración masiva es una de las grandes tragedias de la era moderna”, sin mencionar que la misma es resultado, en parte, de las condiciones generadas por una arquitectura económica mundial excluyente y que, en muchos casos, ellos, los norteamericanos han sido responsables de inducir la migración como ha sido el caso de Cuba y otros países de América Latina.