Elogio al Himno Nacional de Honduras

La primera belleza que resalta de la letra de nuestro Himno Nacional es que (...) hace un repaso por los momentos clave de la historia de Honduras”

  • Actualizado: 09 de septiembre de 2025 a las 00:00

Septiembre, por su sentido patriótico, es el mes en el que más se canta o suena nuestro Himno Nacional. Normalmente escuchamos la música y letra del coro y del séptimo solo. Y aunque la mayoría de nosotros, por no decir todos, hicimos un examen sobre diversos aspectos de nuestro canto oficial, es posible que lo oigamos con cierta ligereza y no con sentido contemplativo, en consecuencia, quizá su belleza pase inadvertida para algunos y algunas.

A continuación comentaré algunas de las partes que me parecen más hermosas de la letra de nuestro Himno Nacional, como lo prometí en un artículo meses atrás.

Primero debo decir que, en general, nuestro Himno está muy bien compuesto y, en consecuencia es muy hermoso. Definitivamente, Augusto C. Coello hizo un gran trabajo. Ningún otro himno sería capaz de sacarme una lágrima, de eso estoy seguro. Aunque, por supuesto, esto le sucede a cada quien con su propio himno.

La primera belleza que resalta de la letra de nuestro Himno Nacional es que, tal como lo han dicho muchos críticos, historiadores y analistas, hace un repaso por los momentos clave de la historia de Honduras. Además, la composición métrica está muy bien lograda.

El tercer solo, dedicado a Lempira, insignia de la resistencia indígena, tiene carácter épico. Aquí, la muerte de nuestro héroe se relata de una manera muy poética: “porque envuelto en su sangre Lempira / en la noche profunda se hundió”. Son dos elecciones, dos palabras las que embellecen estos versos: el adjetivo “profunda” cambia radicalmente el sentido de “noche”, ya no se habla, entonces, de la noche en contraposición al día, sino como metáfora de la muerte. Y, definitivamente, son pocos los verbos que pueden sustituir mejor la palabra “morir” -“murió”, en este caso- como “hundió”. Después de todo, Lempira cae a la muerte.

En el cuarto solo, los versos: “por tres siglos tu inútil reclamo / en la atmósfera azul se perdió”, crean una imagen bellísima, de un grito lanzado al cielo por tanto tiempo, que no fue escuchado por nadie. Sin embargo, lo más literario de este par de versos radica en el desenlace: “pero un día de gloria tu oído”. Definitivamente, habría sido muy distinto si solamente se nos cuenta que hubo movimientos independentistas.

Plantear ese germen de liberación como algo que primero se escucha a lo lejos, es un gran mérito. Eso me hace pensar que la dignidad de este suelo no solamente se encuentra en la independencia, sino en la búsqueda de la misma.

Y, por último, a mí me parece que, desde lo literario, los mejores versos del Himno Nacional de Honduras son: “como un ave de negro plumaje / la colonia fugaz se perdió”. La imagen de un ave negra representando a la colonia y saliendo de nuestras tierras considero que es fantástica. Es una imagen muy poética que, a mí por lo menos, me remite a que la colonia era eso, un ave invasora en nuestro suelo y que se fue cuando debió irse. Por otra parte, el adjetivo “fugaz” lo encuentro hermoso y preciso porque, a pesar de que fueron trescientos años, en relación con nuestra historia anterior y posterior, la colonia fue, digamos, apenas un momento.

Por supuesto, cada quien tendrá sus partes favoritas de nuestro Himno Nacional, sin embargo, yo quise exponer aquí las que consideré que tienen un gran valor literario.

Josué R. Álvarez
Josué R. Álvarez
Escritor y docente

Autor de “Guillermo, el niño que hablaba con el mar”, “Instrucciones para un taxidermista” y “De la estirpe del cacao”. Ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el Concurso de Cuentos Cortos Inéditos “Rafael Heliodoro Valle” y el Premio Nacional de Poesía Los Confines.

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