Elecciones 2025: primeras señales (1/2)

"Se equivocaron neciamente los que vociferaban que el bipartidismo estaba muerto en Honduras"

  • 03 de diciembre de 2025 a las 00:00

Llegó el ansiado último domingo del ciclo formal de otro cuatrienio. La democracia formal de Honduras sigue careciendo de profundidad muy a pesar de la tranquilidad y relativo orden en el que una población esperanzada se movilizó a cumplir nuevamente con su derecho y obligación de sufragar. Aplausos por eso. Resta ahora que los nuevos inquilinos u ocupantes transitorios del poder a nivel nacional o local sepan mejorar verdaderamente la situación del país.

Los 1.7 millones de votantes con los que llegó el partido triunfador en 2021 se disolvieron en el ácido de la avaricia, los incumplimientos y las traiciones de la facción política que no quiso entender que el poder es efímero y que las expectativas de un pueblo pueden burlarse solo durante un tiempo, pero terminan recibiendo castigo cuando llega la próxima elección. Ilusos fueron los que desde sus catervas estomacales y sus lujosas camionetas pretendieron aferrarse al poder revolviendo las aguas para que no se realizaran elecciones en el esquema de la democracia formal.

Se equivocaron neciamente los que vociferaban que el bipartidismo estaba muerto en Honduras. Mas erróneo fue asumir que bastaba presentarse con una máscara de partido “revolucionario” y alternativo cuando en realidad desde el poder se mostró el mismo o peor comportamiento de los partidos más antiguos. El partido Libre no pierde tanto por la fortaleza del bipartidismo sino por su incongruencia interna y el abismo entre su discurso y su conducta real.

Lastimosamente, el proceso electoral fue sacudido por la injerencia sin precedentes del propio presidente de los Estados Unidos, tanto al inclinarse por uno de los candidatos más fuertes y, el incómodo anuncio de un indulto al gobernante Juan Hernández, sentenciado en una corte neoyorquina por delitos de narcotráfico hacia territorio estadounidense. Desde la derecha más racional, se levantaron hipótesis de que en lugar de sumarle apoyos al candidato aludido, más bien se le restaron simpatías y de paso, pudieron ayudarle al partido oficialista para resucitar aunque fuese por un rato, el ambiente anti-JOH que les facilitó la coyuntura de noviembre de 2021 para subir al poder.

El reloj político se mueve confusamente. Se adelantó la liberación del expresidente del año 2060 al 2025 pero, se atrasó la transmisión de resultados electorales para definir la fuerte competencia de los candidatos presidenciales Asfura y Nasralla. El partido oficialista cayó derrotado catastróficamente a pesar de haber repartido “bonos” sociales con dinero de préstamos externos en las semanas previas a los comicios. El anterior gobierno de JOH hizo lo mismo y también fracasó en sus intentos de agenciarse más votantes. Para el actual oficialismo, el tiempo se fue volando y comienza la cuenta regresiva de la entrega del poder en enero 27 de 2026. Si el partido de la refundación no se refunda verdaderamente, se hundirán en futuros procesos.

Mientras tanto, esperamos que termine pronto la publicación de confiables resultados finales para los tres niveles de elección, y que las fallas institucionales no sean como el vacilante inicio de la cadena nacional de radio y televisión del domingo 30 en la que se incumplió con la hora del primer corte oficial y con todo el inmenso gasto en tecnología.

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