El mundo patas arriba

Nadie podría sentirse sobrado, teniendo una patria donde hay muchos que mueren de hambre o por una violencia que no cesa”

  • 09 de octubre de 2025 a las 00:00

“La virtud es perseguida, el vicio aplaudido; la verdad muda, la mentira trilingüe; los sabios no tienen libros, y los ignorantes librerías enteras; los libros están sin doctor, y el doctor sin libros; la discreción del pobre es necedad, y la necedad del poderoso es celebrada; los que habrían de dar la vida, matan; los mozos se marchitan, y los viejos reverdecen”. La frase citada, que describe la inversión de valores que nos trajo la modernidad donde se exalta el vicio, la mentira y la ignorancia, mientras se persigue la virtud y la verdad, proviene de la obra “El Criticón” de Baltasar Gracián (España, 1601). El mundo, ha dicho otro célebre español, Agustín Redondo (1934), ha caído en estado de desorden.

Eduardo Galeano, laureado escritor uruguayo, con esa perspicacia que solo la tienen los grandes del pensamiento humano, decía en su libro “El mundo patas arriba: La escuela del mundo al revés”, que “caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”.

Cuando los constituyentes elaboraron la Constitución de la República de Honduras, aprobaron un artículo que penaliza a los que atenten contra la forma de gobierno, nadie pensó que a alguien se le ocurriría destruir el Estado, como figura superior a toda forma de gobierno. En este proceso electoral, el Partido Democracia Cristiana de Honduras, su candidato, “Chano” Rivera lleva como propuesta convertir al Estado de Honduras en Estado Libre Asociado de Estados Unidos. En esta fantasmagórica idea ni la institucionalidad electoral reparó cuando se le inscribió y pocos han condenado la iniciativa.

Hace un año, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) decidió declarar la inconstitucionalidad de todo lo actuado con relación a la Ley Orgánica de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), de acuerdo con la decisión, la ilegalidad declarada debe ejecutarse con efectos anulatorios, desde su origen. No obstante, las ZEDE siguen funcionando en el territorio nacional, como que si nada. Pareciera que ningún poder del Estado tiene la capacidad de ejecutar la decisión de la CSJ.

Ya se inició la campaña política. La oposición se atrincheró con una consigna anticomunista, como en los tiempos de caza de brujas. Hay asesores de Cuba y Venezuela -gritan frenéticos-, mientras tanto, esa misma oposición trae de Argentina a los mejores publicistas de Javier Milei, un presidente que está fracasando en su país, para que les asesore en contra del socialismo democrático, un raro socialismo que, en la
práctica, no conoce el pueblo hondureño.

Todo esto ocurre en una nación, que, según algunas agencias de cooperación, está entre las 20 más pobres del mundo y en último lugar en Centroamérica. Nadie podría sentirse sobrado, teniendo una patria donde hay muchos que mueren de hambre o por una violencia que no cesa.

En el mundo patas arriba, el mañana solo existe como incertidumbre. La mentira se vigoriza y la verdad enmudece.

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