El conejo no cuidó las zanahorias

El refrán “pusieron al conejo a cuidar las zanahorias” cobra vida en las recientes elecciones primarias, donde la traición y el sabotaje minaron la democracia

  • Actualizado: 18 de marzo de 2025 a las 00:00

Hay un refrán muy popular que dice: pusieron al conejo a cuidar las zanahorias. Esta es una expresión que ilustra la ironía de confiar una responsabilidad a alguien que, por naturaleza, podría sabotearla.

Este refrán recobra tanto sentido en las recientes elecciones primarias en Honduras, ya que reflejan que el conejo no cuidó las zanahorias, porque los intereses personales chocaron con el deber asignado.

El centro de logística del Consejo Nacional Electoral (CNE) fue invadido por varios conejos negros que se coludieron para sabotear parcialmente el proceso electoral. Lo que debió haber sido una muestra de democracia se convirtió en pocas horas en un espectáculo de intereses partidarios pisoteando el deber colectivo.

El Consejo Nacional Electoral, encargado de velar por la transparencia del proceso y la logística, en coordinación con las Fuerzas Armadas de Honduras, cayeron estrepitosamente.

Los reportes en las principales ciudades con más carga electoral indicaban, a primeras horas de la mañana, que las urnas no habían llegado, que los biométricos no funcionaban.

Pero esto no fue mera ineptitud; hubo señales claras de que algo más oscuro se planificó.

El centro de logística del CNE, corazón del proceso, fue invadido por “conejos negros” -metafóricos saboteadores- que, probablemente, coludidos, torcieron parcialmente el rumbo de las primarias. ¿El objetivo? Minar la confianza en el sistema de cara a las elecciones generales de noviembre.

La ironía es cruel: quienes debían proteger y custodiar las “zanahorias” -las urnas y la voluntad popular- terminaron devorándolas.

Los intereses de partido y personales se impusieron, dejando a la moribunda democracia hondureña como víctima.

Este sabotaje parcial no solo evidencia la fragilidad institucional, sino que plantea una advertencia para noviembre: sin supervisión estricta y un compromiso real, el conejo seguirá siendo el guardián equivocado.

¡Ya basta! Honduras, el país “libre, soberano e independiente” merece un proceso electoral limpio, no un huerto saqueado por conejos sin escrúpulos.

Las elecciones primarias debían ser un ensayo para un sistema electoral robusto, pero dejaron un sabor amargo de desconfianza.

Es así como urge depurar al CNE, fortalecer la logística y castigar a los responsables materiales e intelectuales. De lo contrario, el refrán se hará profecía, y en noviembre no quedarán zanahorias que contar.

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